En Fortaleza, en la época que estudié, no habían cursos de arte, diseño o ilustración en las universidades. La Facultad de Arquitectura era el sitio donde iba toda la gente creativa. Muchos de mis amigos de la universidad trabajan actualmente en el diseño gráfico, la dirección de arte para cine, o el diseño de exposiciones. La arquitectura nos ha dado una base fundamental para trabajar con la creatividad. Sin embargo, he tardado mucho en entender que podía ganarme la vida con la ilustración. Cuando me di cuenta decidí cambiar de profesión (bajo una gran crisis psicológica), y fue la mejor decisión de mi vida.