Es una forma de expresión.
Al igual que nuestras prendas, nuestros clientes destacan por su personalidad. Temporada tras temporada apuestan por la marca y están muy pendientes de los nuevos diseños, a la espera siempre de que les sigan sorprendiendo. Con lo cual esa búsqueda no ha terminado: con cada colección hay un largo estudio y un desarrollo de cada de una de las prendas, con nuevas técnicas y diferentes evoluciones. Esto no ha hecho más que empezar, me queda un largo camino para encontrarme a mí misma como diseñadora.
Recuerdo aquel día como uno de los mejores de mi carrera. La magia, nervios e ingenuidad que se escondían en ese primer desfile han sido irrepetibles.
Con los años adquieres experiencia y aprendes a controlar todo lo que conlleva un desfile. No obstante, soy una mujer muy visceral, y siendo este el día para el que se ha estado trabajando durante toda la temporada, estar nerviosa justo antes es inevitable.
Es una colección en la que, como bien sabéis, la protagonista es la margarita. Nace de una premisa sencilla, llevar la margarita a su máxima expresión. Una de mis ideas era un cuerpo desnudo de mujer sobre el que se tiran miles de margaritas: de ahí las flores de charol, napa y lentejuelas recortadas y bordadas sobre bases de vestidos en tulle nude. Margaritas de luz que se proyectan en los conciertos de un cielo eléctrico.
En el momento de la búsqueda de un concepto soy una esponja, mi mente está abierta y deseando encontrar ese concepto o idea en el que me apetecerá sumergirme durante meses y hacerlo completamente mío. Es una de las cosas que más me gustan de mi trabajo. En cualquier caso, no hay límites a la hora de encontrar una fuente de inspiración: una colección puede nacer a partir de un cuadro, de una canción, de una recuerdo de la infancia… En definitiva, de cualquier cosa que me emocione.
Prefiero que la gente se quede con esa imagen idílica. La cara oscura del mundo de la moda se queda para los que trabajamos dentro de ella.
Creo que la cualidad más importante para un diseñador es tener su propio idioma, una marca con identidad y una fuerte personalidad. Para mí es importante el espíritu que hay detrás de cada marca, la historia que te transmite: que te llegue y te emocione.




