Es el momento de hablar alto, de decir lo que uno piensa, lo que uno siente, lo que te jode y hace sufrir. Estamos en los tiempos del basta, de alzar las manos y ponerle freno a todo eso que nos causa daño o nos abre las heridas. La música se ha convertido en un poderoso medio de curación y de expresión, todo un altavoz con el que hacer comprender al mundo que a la vida no se llega para sufrir. Eso es lo que supone el primer disco de la valiente Lara Rodríguez, aka Lhara, un espacio seguro donde plasmar sus miedos, su pasado, sus rincones oscuros… para renacer y convertirse en lo que ella siempre ha querido ser. Por Ké Ibas a Mentirme es un grito revelador en el que hay grandes temas como Arma blanca, que estrena hoy, donde Lhara empuña todo su carácter y talento.
A Lara Rodríguez siempre le gustó cantar y componer, ¿cómo fue el momento en el que se dio cuenta de que la figura de Lhara había tomado forma?
Creo que esa figura siempre estuvo ahí, pero por miedo e inseguridades no dejaba que saliese. A los 19 o 20 años fue cuando estalló; me di cuenta de que no podía seguir forzándome a hacer algo que no fuera arte, porque me hacía infeliz.
Fue entonces cuando volví a casa, lo dejé todo, volví a estudiar música, me puse a trabajar y comencé mi primer proyecto serio, que resultó ser este álbum.
Tú música nace de una juventud plagada de conflictos emocionales muy profundos, ¿cómo describirías tu propio universo?
Lo describiría como diverso y contrastado, ya que he de decir que, aunque en su día fuera bastante oscuro, ahora tiene más luz y mucho amor de todas las personas que me rodean, lo que me permite convertirlo en algo mejor y tratarlo con algo de humor, dentro de lo que cabe. En este momento, también dependiendo de mi estado de ánimo, estas dos partes tan opuestas conviven con bastante armonía en su día a día.
El productor Pau Aymí contactó contigo tras ver una de tus covers en Instagram, ¿cómo fue ese para ti ese momento? ¿Habías soñado alguna vez con que sucediese algo así?
Cuando Pau me contactó, él también estaba empezando, por lo que fue muy guay poder arrancar juntos. Agradecí muchísimo su mensaje, porque justo en ese momento estaba buscando a alguien que me ayudase con la producción del disco y no sabía cómo hacerlo. Conocerlo y ver que encajábamos fue genial, ya que lo estaba haciendo todo por mi cuenta y no podía alcanzar el nivel de calidad y sonido que yo quería para el disco. Gracias a Pau fue posible, se involucró de manera muy personal tanto en la producción como en la composición. Fue muy importante en todo el proceso del álbum y disfruté mucho el poder hacerlo juntos.
¿Crees que en tu caso la creación musical ha estado ligada al dolor? ¿Dirías que el componer ha supuesto una especie de bálsamo para las heridas?
Creo que en parte sí. Me encanta el arte y siempre me ha gustado mucho crear, ya fuera música, pintura, movimiento... Pero en el caso de este álbum, para mí fue una fuente de sanación, porque por primera vez me abrí sobre temas que me perturbaban y no había compartido con mucha gente, lo que me permitió cerrar etapas y crear algo bonito y sincero de periodos tan oscuros que siempre había guardado para mí y que me pesaban.
Sé Ke No Es Pa Mi fue tu primer single, la carta de presentación de tu primer disco Por Ké Ibas a Mentirme. Centrándonos en el single, en él tratas temas como las secuelas causadas por la ansiedad o la obsesión, háblanos un poco de su proceso de creación. ¿En qué momento te sentiste preparada para hablar al mundo de esos problemas tan personales?
Nunca me he sentido preparada, de hecho, a día de hoy, se me hace un poco difícil que la gente vea mi parte más vulnerable, pero me sentía así y necesitaba expresarlo de alguna manera. Esta canción empezó más como un juego mientras probaba melodías y acordes en el piano. Después decidí producirla, fue la primera vez que produje una canción entera, aunque luego se rehizo con Pau Aymí.
¡La verdad es que yo no sabía que el mensaje resultaría tan obvio! Supongo que aunque yo intenté tratar estos temas con algo de ‘humor’ y de alguna manera disfrazarlos, el trasfondo al final siempre se palpa.
Hoy en día ciertos artistas han decidido usar sus letras para hablar de problemas mentales y psicológicos, ¿piensas que en la música actual se le da suficiente voz a ese tipo de temas? ¿Qué papel deberían tener los cantantes para poder aportar su ayuda a quienes escuchan sus canciones?
Pienso que hay muchos artistas que dan mucha voz a este tipo de problemas o secuelas, aunque, a lo mejor, la causa sea diferente. No sé hasta qué punto se puede ayudar, solo sé que el poder sentir tuya una canción, aunque sea ajena, en momentos difíciles ya ayuda a sentirse un poco menos solo, acompañado, lo cual es muy reconfortante.
¿Cómo te sentiste tras lanzar al mundo tu primer gran trabajo, Por Ké Ibas a Mentirme en un año como 2020? ¿Hubo nervios a la hora de estrenarlo?
Muchísimos, pasé semanas nerviosísima y dudando de todo. Una vez salió y pude compartirlo con todo el mundo, ¡hasta lloré! Me hacía mucha ilusión haber cumplido ese ‘sueño’ de alguna manera, y en parte también me sentía orgullosa de haberlo terminado (ya que en algunos momentos pensaba que nunca lo haría).
Además, el amor que recibí de la gente y los mensajes que me enviaron me hicieron sentir mucho más feliz, agradecida y completa,  no solo estaban escuchando lo que yo quería expresar, sino que también les transmitía y les hacía sentir, que era una de las cosas más importantes para mí.
¿Dirías que estrenar Por Ké Ibas a Mentirme ha sido una forma de liberarte de tu pasado?
Sin duda; fue quitarme un peso de encima y enfrentarme a una realidad de la que había estado huyendo mucho tiempo, y ver que la gente lo entendía me hizo sentir muy arropada y comprendida.
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¿Da miedo exponer ante el mundo tu vulnerabilidad?
¡A mí me da pánico! Pero no puedo evitarlo, supongo. De hecho, pasé años escribiendo en inglés para poder cantar mis canciones en casa o en la calle sin que nadie supiera de lo que hablaba, ya fuera porque no sabían inglés o porque parecía más impersonal y pensaban que las canciones eran de otro artista, pero al final todo acabó saliendo, aunque yo intentase reprimirlo.
En tu álbum te lanzas a hablar de problemáticas como el de abuso y violencia ¿deseas que tu mensaje pueda servir de ayuda a quienes lo escuchen estando en situaciones similares?
Ojalá… Yo lo hice por necesidad, porque necesitaba cerrar heridas, aunque me encantaría que pudiera ayudar a gente que estuviera en situaciones similares a sentirse entendida y acompañada, tal y como hicieron muchas otras canciones de otros artistas para mí.
Uno de tus temas Me Kieres habla de la dependencia emocional, ¿crees que hoy en día el amor se ha deteriorado? ¿Debemos cambiar el concepto que tenemos del romanticismo?
No sabría decir si se ha deteriorado o no, pero supongo que a lo largo del tiempo sí que ha ido cambiando un poco y adaptándose. Aún así, sí considero que la idea de ‘amor romántico’ sigue bastante presente y que resulta bastante tóxico, o al menos lo ha sido para mí. Me hacía tener expectativas exageradas e irreales que me llevaban a sentirme continuamente decepcionada y a descuidar mucho mis relaciones personales, tanto con los demás como conmigo misma; por no hablar de los celos, que me hacían sufrir mucho. Creo que sí es necesario abordar el amor desde otro punto de vista más realista y sano, poco a poco lo vamos haciendo.
En el interludio de tu disco hablas del oro, la plata… las joyas, esos lujos tan preciosos como personales, ¿qué hay detrás de esas referencias?
Desde muy pequeña siempre me han gustado mucho las joyas, cada vez que podía me colaba en el cuarto de mi madre a probarme todo lo que tenía, y lo mezclaba todo, ya fuera oro, plata… lo que fuera. Entonces eso no se llevaba, era o todo oro o todo plata, por lo que me hacía gracia mezclar esas cosas que no ‘debían’ juntarse pero que a mi parecer se complementan (aparte de representar también la idea del éxito o la ambición).
Además, hacen referencia a esos recuerdos que tenía de cuando era pequeña, tanto buenos como malos, que constituyen el corazón del álbum, el núcleo y el comienzo de todo.
Estrenas el videoclip de Arma blanca, un tema que suena pegadizo, travieso y muy fogoso, ¿cuál es la historia detrás de esta canción?
Esta canción la escribí desde una posición muy irónica y de humor. La intención era reflejar a una niña sola, triste y perturbada que se revelaba y acababa con la fuente de su sufrimiento, pero que por el camino acababa volviéndose loca (le comían sus demonios, en cierta manera). A mí, que me encanta mezclar lo oscuro y macabro con la jocosidad, ¡hablar de una escena de violencia y aislamiento sobre un beat de reggaeton me parecía una idea genial!
La estética del videoclip es muy oscura pero a la vez íntima, un retrato personal en blanco y negro, nada que ver con el videoclip anterior, Me Kieres, donde todo era retro, muy años noventa. Cuéntanos un poco sobre el proceso creativo de este.
La idea principal de este vídeo fue de Jordi Estrada; cuando nos conocimos le expliqué de qué trataba la canción y cómo quería abordarlo de una manera que no fuera muy obvia pero que al mismo tiempo siguiera siendo perturbadora. Él enseguida captó la idea y nos presentó una propuesta conceptual que arriesgaba por la locura y la oscuridad, pero al mismo tiempo mostraba una parte muy íntima y delicada de este personaje, a la cual el blanco y negro se adaptaba a la perfección.
Después, pasamos un tiempo mirando cómo llevarlo a cabo de una manera que siguiera siendo atractiva para el público (arriesgando más con el vestuario y maquillaje, por ejemplo), pero sin perder de vista el mensaje, y creo que gracias al trabajo de todo el equipo pudimos sacarlo adelante. Fue una experiencia muy guay y que recuerdo con mucho cariño, aunque pasásemos mucho frío.
Por Ké Ibas a Mentirme ha sido como una sesión creativa de terapia ¿qué has aprendido tú y qué han aprendido los que te rodean de esa experiencia? ¿Te sientes más comprendida?
Creo que lo que he aprendido, sin duda, es que no se puede huir ni de los problemas ni del pasado; que para poder cerrar etapas hay que pasarlas y sentirlas. También he aprendido a confiar en el criterio de otros ya que enriquece y, en todo caso, aporta a la creación. Antes era muy desconfiada y esto hacía que me estancase.
Por otro lado, espero que los que me rodean también hayan sacado algo positivo de todo esto (porque tuvieron que aguantarme mucho); que se hayan sentido y se sientan escuchados, y que a día de hoy sepan que pueden contar conmigo para lo que sea, tal y como ellos hicieron por mí.