Cada proyecto es diferente y así hay que entenderlo, todos tenemos unas obsesiones pero hay que intentar no tenerlas en cuenta, sobre todo en la fase inicial de desarrollar una idea. Todo el trabajo empieza de algo que has visto, eso que tienes en la cabeza dando vueltas y de repente se conecta y puede llegar a ser, y dejar que el tiempo lo haga por ti. Hay que poner los medios para que eso pase, pero la forma se construye sola. El azar es muy caprichoso, por eso hay que ponerle las cosas difíciles, acotar soluciones, al final te das cuenta de que hay que ser terriblemente práctico, como todos los pasos que implican un gesto perfecto, un penalti siempre es una oportunidad de meter gol.