Y siguen: “Fucking Young! suena perfecto. Es una celebración de la juventud, una forma de vida, una actitud y curiosidad, no hay límites de edad, ciudad o país, todos podemos sentirnos jóvenes”. El rubio es el punto de partida para este primer número, algo que, dicen, va más allá del color, “es un estado de la mente, algo que tiene que ver con el espíritu”. Para dar la bienvenida a este nuevo proyecto editorial, en inglés y por tanto con vocación internacional, con dos números al año, uno por temporada, charlamos un rato con Eduardo y Adriano.
Eduardo: La verdad es que nosotros somos muy autocríticos y no somos como esas madres que se niegan a ver que sus recién nacidos no son tan guapos como la gente les hace creer. En general estamos muy contentos, de todas formas aunque el número ya esté impreso, el ajetreo no ha acabado del todo…
Adriano: En este número hemos dejado el listón a la altura adecuada para poder superar las expectativas de cara al próximo ejemplar.
Eduardo: Nosotros planteamos un número muy ambicioso, unos contenidos ideales que fueron mermando según nuestras posibilidades. Es nuestra primera aventura editorial y no todo el mundo quiere aparecer en un primer número de una revista con un nombre casi pornográfico…
Adriano: Nos gustaría haber entrevistado a algunas personalidades rubias, que para nosotros eran auténticos bombazos, pero ya caerán más adelante.
Eduardo: Nos conocimos un verano hace 3 años y desde el minuto uno nos convertimos en inseparables. Adriano es fotógrafo y yo tenía una vocación editorial, así que comenzamos con proyectos online, cuya inversión era mínima. Ya tenía experiencia con otros blogs y el mundo online, así que comencé un blog de tendencias masculinas para publicar el trabajo de mis amigos (en aquel entonces, estudiantes de moda…). El proyecto gustó, las visitas se duplicaban mes a mes y Adriano comenzó a ayudarme, porque yo sólo no podía con todo.
Eduardo: Desde el principio yo siempre quise que Fucking Young! fuera una revista. Empezamos con el proyecto online para tantear un poco el terreno, pero viendo el mercado, pensamos que era mucho mejor conseguir primero un proyecto sólido online y una vez, tuviéramos un público al que dirigirnos, lanzar la revista. Llevábamos hablando con Albert Folch al menos un año y medio y finalmente en mayo nos pusimos a trabajar en el proyecto.
Eduardo: Nuestra generación quiere coleccionar cosas, quiere tener pequeños trofeos en sus casas, objetos especiales. Puede ser una prenda de ropa, una revista independiente o una vajilla pintada a mano. Con esto quiero decir que aún existe mercado para el papel. Si me hablas de nuestro proyecto, te diré que buscábamos la autorrealización. Si me hablas de Style.com, sólo veo una gran editorial buscando nuevas oportunidades de negocio.
Adriano: Hemos disfrutado mucho proponiendo a los fotógrafos, estilistas, redactores, muchos de ellos amigos o conocidos que colaboraran con nosotros. Para muchos era una sorpresa y la mayoría acogía el proyecto con mucho entusiasmo. Nos dio dolor de cabeza hacer el lanzado, suprimir algunos contenidos que finalmente no encajaban o reducir algunos editoriales, aunque el esfuerzo vale la pena una vez está todo acabado.
Eduardo: Lo mejor para mí fue conocer en persona a Carles Congost o Anthony Goicolea que protagonizan el capítulo de arte y a los que admiro desde hace muchos años. Compartir una Coca-Cola y poder contar con su portfolio fue un lujo.
Eduardo: Algún tema tenía que ser el primero… No te voy a engañar, no hay ningún trasfondo. Solo nos divertía la idea de llevar una peluca en la presentación.
Eduardo: Teníamos un montón de referencias, en estos tres años hemos hecho una lista enorme de fotógrafos, estilistas que ya han colaborado para la plataforma online y que nos encantó volver a plantear para la versión papel. Además, cada día miramos decenas de editoriales, nos revisamos muchísimas publicaciones, nos envían centenares de trabajos. Algunos se hicieron imprescindibles por su curriculum y otros por un impulso o una foto en concreto que nos encantaba. Para los escritores, hemos tirado de agenda, todos eran amigos o conocidos.
Adriano: Llevamos dos semanas inmersos en el próximo número, pero somos muy supersticiosos, así que no diremos nada que podamos gafar.
Eduardo: Cada mes solemos engrosar nuestra biblioteca particular. Hay portadas que deseamos tener, formatos extraños (medidas que no son las standards, papeles especiales…), números uno a los que nos gusta apoyar, casi por solidaridad. Cuando compro una revista, sinceramente, me vuelve loco que pese mucho…
Adriano: Depende de la revista, solemos comprar muchos ejemplares alemanes, japoneses, etc. Donde la lectura no es nuestra prioridad. Nos va mucho el visual y el “leer” historias en las imágenes. Tal vez por eso nuestro primer numero es mucho más visual, un poco como nuestra web.
Eduardo: Hay revistas que me encanta ojear una y otra vez en bucle como Apartamento, que confieso haber leído rara vez, pese a tener cada número. Otras revistas como GARAGE, se convierten en biblias y se convierten en nuestro “libro” junto a la cama.
Eduardo: Yo no era demasiado presumido. Mi madre se ocupaba de llenar el armario… casi hasta que cumplí los 18 y descubrí Inditex. Ahora, la cosa ha cambiado bastante, pero no tenía pasión por la industria hasta que llegue a Barcelona a los 20 años.
Adriano: Yo siempre he sido muy presumido. Siempre me gustó ser diferente y un poco extravagante. Hasta el punto que era víctima de bulling por ello. Me encantaba ojear las revistas de mi madre y comprar por La Redoute (que era lo más en el pueblo de 400 habitantes de donde vengo).
Eduardo: Yo tengo cierto fetichismo con METAL, de hecho, siempre la pongo como referencia cuando me preguntan por mis publicaciones favoritas. Le tengo mucho cariño porque es una de las pocas revistas “raras” que llegaban al quiosco de mi pueblo. Aun era grapada, el papel tenía textura, los contenidos se mezclaban en inglés y español… nunca pensé que acabaría conociéndote.
Adriano: El papel siempre me gustó. Me trae muchos recuerdos. Tanto las revistas “prohibidas” que ojeábamos entre amigos en la pubertad como las que leía en casa de las amigas de mi madre como la Vogue o la Harper's Bazaar. Más que pensar en “hacer una revista”, deseaba ser el fotógrafo o elegir los estilismos.
Eduardo: Sí, al principio de todo, pretendíamos hablar también de chica, pero nos dimos cuenta que había demasiados blogs repitiendo los mismos contenidos. Si queríamos destacar, teníamos que centrarnos en chico, que además, era lo que más nos gustaba.
Adriano: Edu y yo somos como el día y la noche. Él es más minimal en todo. Yo soy más maximal. Mi debilidad es Versace. También me gustan las prendas oversized de Juun J., el negro y blanco de Alber Elbaz para Lanvin, la jungla de Kenzo y por supuesto, la última de Nicolas Guesquière para Balenciaga.
Te decimos: Love.















