En cuanto a lo primero, he de aclarar que lo que queremos proyectar a España y al mundo no es la mejor actuación profesional, sino la realidad que vivimos el día a día los hijos de inmigrantes en un barrio marginal.
Segundo, Ian de la Rosa conoció a Chiki, la madre de Hadoum, otra actriz que participa en el cortometraje, en una manifestación. Lo invitó a venir al barrio y cuando estuvo aquí le gustó mucho, por lo que quiso realizar algún proyecto en este. Contactó con la asociación almeriense Ítaca y se vino con nosotras a una de las excursiones. Fuimos a Almócita y ahí nos conoció. Quiso que ese proyecto que tenía en mente fuera con nosotras; y así surgió.