Aunque muchos españoles escaparon de la crisis mudándose a otros países europeos, Eva Losada –más conocida como Eva Al Desnudo– se fue a Londres por voluntad propia; y fue una decisión que le ha cambiado la vida para siempre. Sin una formación específica en fotografía a sus espaldas, su intuición y gusto por la moda alternativa han sido las claves de su éxito, que la han llevado a viajar por medio mundo capturando los looks de street style y documentando lo que pasa en los backstage. Ahora, con la experiencia acumulada, se dedica también a la fotografía comercial y de moda en todas sus facetas. 
Para empezar, ¿podrías presentarte a nuestros lectores?
Mi nombre es Eva Losada Membibre, aunque para evitar confusiones y hacerlo mas fácil utilizo solo el primer apellido. La gente me conoce más por Eva Al Desnudo, explicaré más adelante el porqué de este nombre. Soy zamorana de nacimiento pero vivo desde hace seis años en Londres, ciudad a la que me mudé no por obligación sino buscando más opciones culturales en música y moda, y para vivir la experiencia que vivió mi tía en los 80 –crecí escuchando historias súper locas de Londres. Soy fotógrafa de moda y aunque la gente me conoce más por el street style –que es como empecé y es una gran parte en mi social– hago también backstage, lookbook, editoriales y algo de vídeo.
¿Cuándo y cómo decidiste convertirte en fotógrafa y, más concretamente, en fotógrafa de street style? ¿Qué has estudiado para llegar donde estás ahora?
Pues fue en Londres. Siempre, desde muy pequeña, he tenido cámaras y he estado sacando fotos. Mi padre era fotógrafo en su tiempo libre y lo he visto desde pequeña. Siempre me encantó la moda y solía ver desfiles como los de John Galliano, McQueen o Margiela. Estudié ingeniería y tecnología de los alimentos ya que cuando yo estudié las opciones reales de trabajar en moda era limitadas, y más en Zamora. Yo seguía sacando fotos pero sin pensar que en un futuro podría llegar a vivir de ello.
En Londres estudié varios cursos de estilismo en distintas universidades como hobby y empecé a ir a la semana de la moda. Mi estilo siempre ha sido muy diferente y atrevido, y al final era yo la que acababa en la sección de street style de revistas como Vogue o i-D, entre otras. Decidí llevarme mi cámara y sacar fotos yo también, pero recuerdo que me daba un montón de vergüenza pedirle fotos a la gente. Yo las subía en mi Instagram (posiblemente con ciento y pico seguidores en aquel entonces), y una revista inglesa me contactó porque las quería publicar. Y así empezó todo. La gente me decía que veía algo diferente en ellas, y decidí que tenía que intentarlo.
También he estudiado varios cursos de iluminación de estudio en distintas universidades de renombre de Londres, pero nunca he estudiado fotografía como tal. Creo que si conociera más reglas tal vez perdería un poco mi esencia. Por cierto, quiero decir que mi familia me apoyó desde el principio cuando decidí dejar un buen curro en una oficina de la city de Londres para dedicarme a esto, lo que entiendo no es fácil.
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Eva Al Desnudo es toda una declaración de intenciones. ¿Por qué elegiste este sobrenombre?
(Risas) El nombre de Eva Al Desnudo en realidad viene de bastante antes de dedicarme a esto. Siempre me ha gustado mucho el cine, y mi prima y yo –de la manera más tonta– nos pusimos cada una un título de una película de culto como si fueran nuestros nombres en los perfiles de redes sociales. Ella, Irma la Dulce y yo Eva al Desnudo. La mía es una película de los años 50 protagonizada por Bette Davis. Como todo vino sin planear la gente empezó a conocerme con este nombre, ¡y aquí seguimos! A mí me gusta porque engloba un poco mi vida también, y en realidad pongo todo de mí misma en la fotografía, así que tiene sentido.
¿Qué te influencia en tu día a día? ¿Qué te empujó hacia la fotografía de moda, y qué te ha ofrecido para seguir en ella?
Como he dicho anteriormente el cine es una gran fuente de inspiración; me gustan mucho el francés y el asiático. En cuanto a moda, diseñadores como Rei Kawakubo, Yohji Yamamoto (de nuevo una clara influencia asiática) y también Margiela han sido mis grandes influencias desde siempre. Me encanta no solo lo que hacen –que es arte– si no la filosofía que hay detrás, su particular entendimiento de la palabra ‘moda’.
La razón por la que soy fotógrafa de moda y no de otro tipo es porque siempre me ha fascinado ver lo que diseñadores como Galliano en Dior, McQueen, Rei Kawakubo en Comme Des Garçons, o Margiela lograban transmitir en cada uno de sus desfiles, y siempre quise formar parte de ello. Ahora puedo decir que he fotografiado backstage en la mayoría de estos shows.
¿Cómo han cambiado las cosas desde que te mudaste a Londres? ¿Crees que vivir en una ciudad que es una de las capitales de la moda ha contribuido a difundir más tu trabajo o a hacerlo más famoso?
Bueno yo empecé a trabajar como fotógrafa aquí, así que puedo decir que Londres ha cambiado mi vida por completo. Creo que si hubiera seguido en España no hubiera llegado a donde estoy, aunque ahora hay bastantes más posibilidades que antes. Ayuda también el hecho de que muchos trabajos tienen lugar aquí; entonces, el que la gente sepa que vives en la ciudad ayuda a la hora de ser contactado.
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¿Cómo describirías tu carrera y tu estilo de fotografía hasta ahora? ¿Qué momentos/fotografías consideras los más icónicos de tu trayectoria?
No es fácil describir tu propio trabajo, yo suelo quedarme con lo que algunas personas me han dicho que ve en mi fotografía. Hay muchas pinceladas cinematográficas en mis fotos, en general tengo mayor atracción por lo no comercial, por estilismos y diseñadores fuera de las masas. Mi sentido de la belleza es diferente también, me encantan las ‘imperfecciones’, suelo huir de la belleza ‘perfecta’: me encanta lo oscuro, las sombras, lo no convencional.
En el street style cada vez está más complicado, ya que en las últimas temporadas se ha globalizado mucho el estilo y la gente viste más parecida en todos los países que visito. Hoy en día, a mi parecer, encuentras menos esencia personal en como viste la gente, lo que es una pena.
Como momentos importantes en mi carrera, destaco uno que siempre recuerdo: la primera vez que pude hacer backstage en Yohji Yamamoto, el gran maestro. El ambiente es completamente diferente a cualquier otro, el silencio es lo que predomina, todo está organizado y sigue un ritmo establecido; es increíble verle trabajar, cómo toca las prendas, cómo todo sigue su curso. Poder hablar con él y sacarle un retrato han sido de los momentos más importantes de manera personal.
Tener perfil como fotógrafa en SHOWstudio, el proyecto creado por el increíble Nick Knight, mi fotógrafo preferido y con el que comparto ese sentido de la belleza, es otro de los grandes momentos de mi carrera. Poder fotografiar en su estudio para un proyecto que hice para la edición impresa de Highsnobiety fue también increíble. Respecto a fotografías, hay una que se hizo súper viral, de A$AP Rocky en el coche enseñando los grillz después del desfile de JW Anderson. Me gusta mucho el rap, así que las imágenes de raperos son bastante frecuentes en mi trabajo.
Es muy difícil fotografiar street style porque las personas no siempre se esperan que les hagas una fotografía, ¿verdad? Y también pasa al revés: hay gente que solo espera salir en todas las fotos cuando llegan las semanas de la moda. ¿Cómo gestionas esos dos tipos de perfiles a la hora de trabajar? ¿Y qué características debe tener alguien para que le consideres suficientemente interesante para retratar?
En las semanas de la moda la mayoría de la gente quiere la foto, y además, la gente que va a los shows sabe que estamos allí y que normalmente no preguntamos. Pero sí que hay algunas personas a las que no les gusta –pero son las que menos. En cuanto al otro extremo, sí que los hay. Es gracioso cómo algunas personas te miran pidiéndote con los ojos una foto, algunos incluso se paran cuando te ven, o directamente te lo piden. Yo normalmente no saco fotos a gente que solo va a las semanas de la moda para salir en revistas, sino que me centro más en gente de la industria: buyers, estilistas, editores, etc. En general no sigo reglas, tiene que tener algo que llame mi atención. A veces es el estilismo, otras la actitud, o una cara muy peculiar con una belleza diferente, o todo junto. En cuanto al estilismo, normalmente saco a gente con looks bastante extremos. Me gusta el high-end streetwear y lo avant-garde. Me encanta cómo hacen los estilismos la gente de Japón o Corea, son siempre muy creativos.
El street style vivió un gran auge hace unos años, y tú llevas en él desde el principio. ¿Cómo has vivido la evolución de este fenómeno? ¿Y qué crees que ha aportado este estilo de fotografía al mundo de la moda?
Bueno yo no llevo tanto tiempo en realidad, no soy de las primeras. Pero aun así puedes ver perfectamente la evolución. La verdad es que ahora es un momento un poco bajo, creo que con todo el movimiento blogger se ha saturado mucho y está un poco en horas bajas. Esta temporada se está viendo un cambio grande, las marcas no invitan más que a la gente estrictamente necesaria, así que creo que estamos viviendo un ‘refresh’, que hacía falta.
Yo recuerdo que cuando empecé veías a gente llevando piezas de pasarela de Comme Des Garçons por la calle, la gente era super creativa, diferente, con más esencia; cada show era una sorpresa, era muy divertido. Luego empezó a saturarse con personas que iban vestidas de pies a cabeza de la marca que les pagaba, y perdió un poco ese interés. Creo y espero que después de esta etapa más baja venga de nuevo algo sorprendente. El street style ha sido y sigue siendo una parte importante de la moda, ya que la lleva a la calle. La gente se ve más identificada con el street que con la pasarela (y también ha sido una importante fuente de publicidad para marcas).
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También tomas fotografías de lo que pasa entre bambalinas, es decir, en el backstage. ¿Cómo te sientes al estar presente en el corazón de las preparaciones de los desfiles? Además, te ha permitido conocer algunos de los diseñadores más famosos de nuestro tiempo. ¿Qué inputs te aporta el hecho de estar cerca de figuras como Yohji Yamamoto o Raf Simons?
Estar en el backstage es muy divertido, disfruto mucho sacando fotos entre bambalinas, especialmente cuando el acceso es mayor y puedes moverte libremente por el espacio (cosa que no siempre ocurre). Me gusta captar momentos de lo que ocurre detrás y no se ve con tanta frecuencia.
Yohji Yamamoto, como he mencionado antes, es una de las figuras más importantes en la moda para mí y poder verlo trabajar es una maravilla, es muy difícil tener acceso. Disfruto como una niña cada temporada. ¡Es el único backstage donde acabo sacando más fotos del diseñador que de las modelos! La verdad es que tener la posibilidad de trabajar cerca de Raf Simons y otras figuras tan importantes es un sueño, puedes encontrar una gran fuente de inspiración en sus colecciones y también conociéndolos a ellos.
El backstage es complicado algunas veces porque no hay mucho tiempo y hay muchísima gente, en muchas ocasiones tienes no más de cinco minutos para tomar todas las fotos. A mí me gusta porque nunca sabes lo que te vas a encontrar –de qué color son las paredes, el tipo de luz, la cantidad de gente, la colección en sí misma, el tipo de acceso, etc.–, pero cuanto peores son las condiciones más divertido es, mayor es el reto.
¿Qué diferencias y semejanzas existen entre trabajar capturando looks en la calle y documentar el backstage? ¿Sigues algún proceso distinto?
En realidad uso la luz existente en ambos casos. No uso flash en el backstage ya que me gusta jugar con las sombras, y me encanta cuando hay un único punto de luz. Y en la calle la luz puede cambiar dramáticamente de un segundo a otro y tienes que ser rápido cambiando los ajustes de la cámara.
En un backstage fotografías a modelos, o sea que hay una gran diferencia porque saben cómo moverse. Y si cuentas con espacio, puedes tomar fotos que podrían ser de editorial porque lo tienes todo: el maquillaje, el pelo, el estilismo y, en algunas ocasiones, fondos muy interesantes.
También has hecho algunos lookbooks y editoriales. ¿Puedes hablarnos de la diferencia entre la fotografía de street style y backstage, que intuyo es más improvisada e incluso caótica, con la de los lookbooks y editoriales?
Sí, exactamente. En backstage y en street la fotografía es más documental; fotografías el momento pero tú no puedes controlarlo todo. La luz es la que tienes (en mi caso, que no utilizo flash), el sujeto es el que te encuentras –por decirlo de alguna manera–, y la localización es la que es. Luego ya está tu ojo para utilizar los recursos que tienes para crear la imagen que quieres. Puedes ver fotos del mismo momento tomadas por diferentes fotógrafos y los resultados pueden ser completamente distintos.
En cuanto a lookbook y editorial –especialmente en editorial porque en lookbook tienes que adaptarte un poco a los requerimientos de la marca, a que se vea bien la ropa, etc.–, tú creas primero la imagen en tu cabeza y a partir de ahí desarrollas, buscas el equipo que necesitas, la localización, la iluminación, etc. Es más creativo pero también es más complicado de organizar. A mí me encantan los dos tipos de trabajo, la verdad, así que el poder hacer ambos es una suerte.
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Colaboras en revistas omnipresentes en el sector como Highsnobiety, Dazed o i-D, para citar algunas. ¿Cuál fue tu reacción cuando te contactaron por primera vez?
Con Highsnobiety llevo mucho tiempo ya creando contenido continuamente durante las fashion weeks con backstage, street style, entrevistas, vídeo, etc.; pero también con editoriales, drops y otros proyectos. La verdad es que ellos me dijeron que estaban interesados cuando yo casi estaba empezando, creyeron en mí desde un principio y les tengo que estar muy agradecida. A parte, me gusta mucho su contenido y me siento muy libre cuando trabajo con ellos.
Hace poco he cubierto Gucci Cruise para Vogue internacional, y ver tus fotos publicadas en once Vogues diferentes de todo el mundo es muy reconfortante, ¡incluida la edición española! He hecho trabajos también en print para Dazed; la verdad es que es increíble ver tu trabajo en publicaciones tan grandes.
También has trabajado para distintas marcas, como por ejemplo Nike. ¿Cómo gestionas la mezcla de tu propio estilo con las exigencias de una marca o cliente?
Siempre intento darle mi toque personal, incluso cuando es un trabajo más comercial. Pero precisamente es por lo que grandes compañías me contactan, porque tengo un estilo muy definido. Normalmente cuando me contactan a mí es porque están buscando algo similar a lo que yo hago, si buscan algo diferente contactan a otras personas. Entonces, aunque siempre tengas que adaptarte a ciertas recomendaciones o puntos acordados, buscan un poco tu punto de vista en el resultado final.
¿En qué proyectos andas ahora? ¿Y dónde te ves en diez años?
Ahora mismo sigo con fashion weeks, en los próximos meses haré ciudades como Copenhague, Oslo, Nueva York, Londres, Milán, París, Tokio o Seúl. Tengo algunos proyectos de editorial con tiendas de distintos países, y continuaré haciendo lookbook.
Es difícil pensar en diez años y tampoco me gusta pensar demasiado en el futuro porque nunca imaginé que estaría haciendo lo que hago ahora mismo, así que seguir trabajando y seguir mejorando y haciendo nuevos proyectos, y ya veremos en qué desemboca. ¡Una portada me encantaría a corto plazo!
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