No lo recuerdo, quizá porque no lo siento como un acontecimiento importante en mi vida. Los recuerdos más especiales en los que relaciono al collage y al tiempo son los de mi padre recortando en casa desde que soy pequeño.
Estéticamente me interesa indagar en el buen gusto, me parece admirable y aburrido a partes iguales. Admirable porque implica un razonamiento y aburrido porque en el momento en el que lo consigues descubres una especie de perfección inapetente. En mi trabajo intento diseñar una imagen de buen gusto y cuando creo que me acerco a ella, añado algo fuera de lugar para situarla en ese espacio inquietante que queda entre la incorrección y el equilibrio estético. Me interesa la debilidad, los defectos delatadores, pero no como características negativas de las personas si no como su máximo atractivo. Suelo representar figuras despiezadas, sin caras, con los brazos cortados o las manos en posición de entrega, con eso pretendo que quienes lo vean se coloquen a sí mismos en ese personaje anónimo, se sientan identificados con esa vulnerabilidad que todos tenemos y quieran abrazarla y disfrutar de ella.
La música es básica, en casa casi nunca hago nada que me parezca importante sin antes darle al play en Spotify. Aparte de la banda sonora, corto, últimamente pinto mucho, a mano y digitalmente. También coso mis collages y sobre todo, fotografío. Aunque a veces utilizo fotos de otros, cada vez más intento recortar mis propias fotografías. Así siento que el resultado es totalmente mío.
Últimamente estoy muy pesado con Sorolla. La semana pasada fui a su casa, que es un palacete en mitad de Madrid donde han colocado muchas de sus obras, la experiencia me conmovió de arriba abajo. Admiro su luz y sus colores, la espontaneidad de sus brochazos. Poder ver todo aquello en su propio hogar fue muy especial. También me interesa la escultura griega y la imaginería católica, los retratos renacentistas y el cubismo. En moda sigo el trabajo de Raf Simons y en internet un par de tumblrs que hilan admirablemente imágenes en apariencia inconexas. La danza me inspira y me frustra a la vez, acabo de ver el nuevo espectáculo de la Compañía Nacional de Danza en la Zarzuela y solo quería estar yo mismo ahí subido en el escenario. Angélica Liddell, voy a verla cada vez que viene al Festival de Otoño a Primavera de Madrid. Es una egocéntrica estupenda. Y la música y el cine. Pero sobre todo me inspira la gente que tengo cerca.
Me cuesta un poco responder al título de artista, creo que es una responsabilidad que todavía no sé si puedo permitirme... El caso es que soy tan tremendo que no puedo evitar entender esta pregunta como “¿qué esperas de tu vida?”. Así que con tu permiso, responderé en consecuencia: Espero hacer cada vez mejor el amor. Esto es, querer mejor a la gente a la que quiero. También sentirme más libre y estar fuera de lugar de vez en cuando, sin molestar a nadie. Espero que me quieran locamente y querer cada vez más a cada uno de mis defectos. Y perfeccionar mi receta de la tortilla de patata. Supongo que algo de todo esto se reflejará en mis creaciones.
Relaciono el término armonía con el de confianza. Por ejemplo, cuando tienes una conversación con alguien a quien no necesitas agradar, ni tienes que pensar en cómo decir las cosas para no equivocarte, entonces hay una gran armonía entre vosotros. La belleza tendría que ver con el amor, con lo que te emociona, con las partes que hacen que merezca la pena.
Últimamente mi producción es básicamente comercial - para campañas, colaboraciones con diseñadores o revistas - así que el proceso creativo parte de un briefing. Entonces mi intención es tomarme el brief de manera personal, como si lo hubiese ideado yo. El objetivo: crear un espacio común donde el cliente y yo mismo nos sintamos cómodos. Tengo la suerte de que normalmente me dan bastante libertad. Si cuando envío el arte final, el cliente se emociona y siente que he expresado justamente lo que quería transmitir, entonces el trabajo está bien hecho. En mi producción personal, el proceso no sigue ningún esquema.
Creo que cualquier manifestación social puede tener una lectura artística pero, siendo un poco más estricto, diría que la moda no lo es aunque diseñar ropa sí puede serlo.
No tanto de lo que le haré, si no que soy consciente de lo que me separa de ella, sobre todo cuando fotografío moda por encargo. El hecho de que muchas veces utilice editoriales que yo mismo he fotografiado como base de mis collages, es precisamente para quitarles su función meramente comercial y convertirlas en algo propio.
Creo que todas. Me encantaría cantar pero no tengo ese don. Voy a clases de flamenco en la escuela Amor de Dios, mi hermana Victoria es bailaora profesional y me regaló unas botas las navidades pasadas. Bailar flamenco es una de las mejores formas de evadirme. También escribo mucho, de hecho creo que es la faceta en la que siento que me aproximo más a lo artístico porque es cuando soy más honesto conmigo mismo, pero de momento es más una necesidad personal que algo que quiera compartir. Me gustaría hacer algo de diseño de vestuario o escenografía para algún montaje de teatro o danza.
Creo que la educación que me han dado mis padres es el mejor consejo que he tenido nunca.
El de David me gusta, cuando lo fotografié para un editorial de belleza me pareció efectivamente bello, tanto que desde mi objetivo no encontraba ningún detalle que delatase esa imperfección que me interesa, así que tuve que deformarlo a través de un collage para que fuese más bello aún.
Me gustaría investigar cómo conseguir collages a través de una fotografía propia sin recortar.
En Madrid. Es donde desarrollo todo mi trabajo pero todavía no he tenido ninguna exposición en solitario.
Creo que lo tecnológico es una opción pero no la única, me interesa mucho seguir desarrollando la parte más pictórica.
Ahora no pienso en proyectos idílicos, si no en disfrutar los que tengo en proceso.










