La diseñadora Andrea Pimentel nos presenta Botica Lingerie, una firma de lencería en la que erotismo, poesía y delicadeza se entrelazan. “El derroche de lo bello, lo sutil de la decadencia…", como ella misma nos comenta. Sus diseños nos trasladan a un boudoir de los años 20 con tintes románticos. Cada pieza se realiza de forma totalmente artesanal y los detalles se cuidan al máximo, las prendas acarician la figura femenina, sin apresarla ni disfrazarla. Su primera colección, Powder, es un homenaje al erotismo sutil, a la sensualidad natural y a la belleza sin artificios. En la siguiente entrevista, Andrea nos desvela más detalles acerca de Botica y sus creaciones.
¿Cómo surgió Botica?
Botica surge de la necesidad de recuperar el ritual de “vestir por dentro”, recordando a cada momento ese instante tan hermoso de un cuerpo ligeramente vestido, sin olvidar al Eros, que es tónica principal de Botica.
Cinco años atrás, ¿hubieras imaginado que acabarías creando una firma de lencería?
Botica nació hace unos cinco años, y desde entonces, ha crecido y madurado. Ahora lo disfruto cada día, junto con lo que fue el proceso y el lanzamiento.
Al ver las prendas, enseguida nos vienen a la mente conceptos como erotismo, delicadeza, naturalidad… ¿Qué referentes se esconden tras el universo de Botica?
Partimos del absoluto Eros, fertilidad, sexualidad, lo delicado del deseo. Las connotaciones que tiene este dios o palabra, es todo lo que abraza Botica. El derroche de lo bello, lo sutil de la decadencia y, después, la bacanal, el disfrute.
¿De dónde nació la colección Powder?
El polvo siempre me ha llamado la atención. Partículas que se posan y no vemos generalmente. De vez en cuando, la luz nos hace prestar atención a su existencia, por la manera en la que toca todo. Es algo que me embelesa. Es una poesía silenciosa. Así es la esencia de las prendas de Botica y Powder. Refleja la proyección del polvo a lencería que te toca, se posa y te acaricia sin ser a penas percibida.
¿Cuáles han sido los materiales utilizados en la confección de cada prenda? ¿Con que materiales te gustaría trabajar en un futuro?
Seda natural, más concretamente tul de seda, material que parece levitar. El futuro siempre sorprende, así que, ¡ya veremos! (risas).
¿Con que parte del proceso de creación es con la que más disfrutas?
Creo que cuando algo me deslumbra de forma que se convierte en una fuente inspiración total, desbordando mi mente y mi cuerpo de curiosidad.
¿Qué destacarías del proceso de producción? ¿Qué retos se han presentado en el camino?
Esta fase del proyecto es de las que hay que mimar al detalle. La cadena de procesos es absolutamente femenina. Está confeccionada y diseñada por mujeres de manera 100% artesanal. El reto más grande es, y seguirá siendo, encontrar un equilibrio entre los tejidos, el deseo de sorprender y lo poético del alma de Botica.
¿Cual es ese lugar especial al que acudes cuando necesitas inspiración?
Tengo la suerte de tener el Real Jardín Botánico casi como si estuviera en la parte trasera de casa. Los paseos por ahí se convierten en mi “Paradiso Perduto”. Las estufas me refugian y me dan la libertad para tocar la inspiración que mis ojos imaginan.
¿Un cóctel, un dulce y una canción que reflejen el espíritu de Botica?
El Cóctel un Dry Martini, el dulce After Eight y en cuanto a la canción... Exótica de Martín Denny.
¿Dónde podemos adquirir las creaciones de Botica?
Por ahora, nuestro punto de encuentro es online, además del estudio, situado en la calle Lope de Vega 21, Madrid. Recibo a todo el que quiera conocer de cerca Botica, tomar un piscolabis o simplemente charlar un rato (risas).
¿En que proyectos estás inmersa actualmente?
Enfocada en Botica, en el próximo lanzamiento y colaboración artística. ¡Para los amantes del juego en la cama será jugoso! (risas).
¿Cómo te gustaría que acabase el año para Botica Lingerie?
“Nude is the colour of the soul”. Tener el alma desnuda, transparente, para poder seguir disfrutado de esta puerta al mundo del deleite.
