“Podrían ser unas zapatillas de deporte Balenciaga o unas gafas de sol”, comenta Sílvia Ventosa cuando le preguntamos cuáles son los accesorios que encierran una mayor carga simbólica en la vestimenta actual. Además de conservadora de tejidos e indumentaria del Museu del Disseny de Barcelona, Sílvia es la responsable de comisariar, junto a Igor Uría, conservador del Museo Cristóbal Balenciaga, la primera exposición internacional centrada en los sombreros y tocados del maestro de Getaria, Balenciaga. La elegancia del sombrero. Del casquette al pillbox pasando por el tricornio, la muestra que verá la luz este próximo jueves congrega más de ochenta creaciones cargadas de significado, un espacio de conocimiento y hasta una colaboración con uno de los nombres imprescindibles de la sombrerería moderna, el irlandés Philip Treacy. Puedes visitarla hasta el 3 de octubre en el Museu del Disseny.
Muestras retrospectivas, recorridos por la evolución de los más prestigiosos diseñadores de moda y galas cuyo tema central gira en torno a una estética concreta. Son muchos los acontecimientos y exposiciones con los que se rinde homenaje al sector textil, desde la época victoriana y renacentista, hasta los desfiles más transgresores y el camp más absoluto. Pero son pocos los que se atreven a hacer de un complemento como el sombrero el leitmotiv de su propuesta. “En esta exposición les damos valor porque son objetos especiales en los que se conjugan formas, materiales y técnicas”, comenta Ventosa, quien hace apenas dos años redescubrió las colecciones de tocados firmadas por la casa Balenciaga, albergadas por el Museo del Diseño de Barcelona y el Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria.

De la silueta a la tradición, sin dejar de lado la modernidad y la influencia de culturas como la japonesa o la africana. Igor Uría no duda en destacar la influencia que ejerció el maestro en sus coetáneos, así como en las generaciones venideras, a través de sus espectaculares tocados planos y redondos, sombreros de paja, gorros y redecillas, entre otras muchas piezas que encontramos en la muestra inédita, que comprende desde finales de los años treinta hasta 1968, año en el que las casas de Balenciaga cierran sus puertas. “Balenciaga marcaba las tendencias, era el pacesetter”, apunta. Y es que los volúmenes depurados y las formas en las que la moda se encontraba con la escultura hicieron de la sombrerería del creador originario de la costa vasca una propuesta única adelantada a su época.

Más allá de las casi noventa creaciones que presenta Balenciaga. La elegancia del sombrero, las verdaderas protagonistas de la muestra son las mujeres, principales responsables de este oficio y encargadas de transformar sueños e ideas en sorprendentes tocados. Sin dejar de lado a las clientas de los estratos sociales más altos, quienes recurrían a las piezas de la casa Balenciaga, tanto de París como de Madrid, para reivindicar su estatus y poder. La exposición, que cuenta con el impulso del Disenny Hub Barcelona, puede verse hasta el próximo mes de octubre en la Ciudad Condal, y en el museo dedicado al maestro de Getaria del 28 de octubre de 2021 al 8 de mayo de 2022. Ahora, con motivo de su apertura al público, hablamos con sus comisarios para conocer cómo ha surgido esta muestra, cuáles son sus piezas más representativas y por qué el sombrero esconde un enorme simbolismo.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 18.jpg
Pamela relevée, 1945-1948. Celofán trenzado y faja de faya de seda. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Sílvia, la exposición incluye ochenta y siete sombreros, nueve de ellos presentados con un conjunto y un vestido de estola. Una selección representativa del legado del maestro, que se nutre de colecciones mucho más amplias provenientes del Museu del Disseny y del Museo Cristóbal Balenciaga. ¿Cuáles han sido los criterios a la hora de elegir qué piezas formarían parte de la muestra?
Los criterios de selección son, en principio, que estén bien representadas todas las épocas de la casa Balenciaga, tanto de París como de Madrid, donde había departamentos de sombrerería. También se quería mostrar las diferentes tipologías de sombreros, como los pillbox, boinas o turbantes, desde la diminuta pastille hasta la enorme pamela paillasson. También queríamos hablar del trabajo de las sombrereras, de la selección de materiales de la naturaleza como paja y rafia, o de elementos animales como las plumas, o el pelo y las pieles. Hemos escogido los sombreros por su atractivo y elegancia, que seducen a las personas que los ven.
Igor, ¿cuáles son las características más destacadas de la sombrerería firmada por Balenciaga? ¿Qué le diferencia de sus coetáneos?
La sombrerería de Balenciaga refuerza la idea de elegancia, de prestigio y de exuberancia que conjugan las creaciones de modistería y sastrería de los diferentes salones. La silueta es un todo, en el que el tocado es parte integrante. Sus creaciones de sombrerería fueron consideradas las más nuevas, las modernas de su momento. También se inspiró en la tradición y en las tipologías de tocados para relanzarlos hasta el punto de que se llegó a considerar que el pillbox era una creación suya. Balenciaga marcaba las tendencias de la moda, era el pacesetter.
¿Qué os ha llevado a comisariar una muestra dedicada única y exclusivamente a los sombreros? ¿Tiende a quedar esta pieza relegada a un segundo plano frente a las prendas?
 Sílvia: En 2019, Igor y yo redescubrimos las colecciones de sombreros y tocados del Museo del Diseño de Barcelona y del Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria. Cuando vimos la calidad y la variedad de los tocados y sombreros, quisimos investigar las colecciones, su contexto, cómo estaban hechos los sombreros, quién los hacía y qué significaban, y nos dimos cuenta de que eran unos objetos casi desconocidos, pero muy sugerentes. Los sombreros suelen tratarse como complementos en las exposiciones de moda. En esta exposición les damos valor porque son objetos especiales en los que se conjugan formas, materiales, técnicas en un volumen esférico; como en una escultura. 
Balenciaga. La elegancia del sombrero recoge piezas que van desde finales de la década de los treinta hasta 1968, año en el que las casas de Balenciaga cierran sus puertas. E imagino que, al igual que en la moda, los sombreros evolucionaron a medida que transcurría el tiempo. ¿Cuáles son los cambios más significativos de las piezas de los primeros años respecto a los últimos?
Igor: Balenciaga, teniendo en cuenta los ideales estéticos de cada una de las épocas, creó modelos de sombreros que remarcaban las siluetas innovadoras, elegantes y cómodas. El aura de misterio, de distinción que desprenden los sombreros del modisto getarriara no varió a lo largo de su trayectoria creativa y empresarial. En sus palabras, “el sombrero corona la silueta”. El equilibrio en la silueta es uno de los ejes a lo largo de su trayectoria.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 15.jpg
Toque violette et bijou doré Casquete, agosto de 1959.  Tafetán de seda sobre esparterina, plumas y broche de bisutería de piedras facetadas redondas y piedras elípticas de cristal. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
¿Y qué papel juegan los sombreros en la sociedad actual? ¿Están recobrando un significado que trasciende lo meramente estético, o se conciben como piezas únicamente decorativas?
Sílvia: Seguimos llevando sombreros en diferentes contextos. Puede ser la gorra con visera, hacia delante o hacia atrás, los gorros de lana para el frío o los sombreros de paja en la playa, los fedora, clásicos sombreros de hombre de ala ancha, con cinta de grogén. También se ven sombreros en las ceremonias y en las fiestas.
Igor, de entre todos los sombreros que integran la exposición, ¿cuál destacarías? ¿Por qué?
Janey Ironside definió en 1969 a los sombreros grandes y bulbosos, que cual cascos enmarcaban y velaban el rostro, como Balenciaga shape. Dentro de la exposición existen varios modelos realizados en diferentes materiales
Sílvia, las mujeres son las grandes protagonistas de un oficio en el que asumían la dirección de los departamentos y la venta final, además de ser las clientas por excelencia. Sin embargo, el mérito ha recaído históricamente sobre los hombres, cabezas visibles de un sector con una abrumadora mayoría femenina. ¿Estamos avanzando en términos de visibilidad y reconocimiento del talento femenino?
Esta exposición habla de diferentes mundos de mujeres. El de las clientas, de un club social elitista inaccesible para la mayoría de personas; y otro universo de costureras, modistas, sombrereras, vendedoras, y artesanas de plumas o flores. Se muestran libros de bocetos de la responsable del taller de París, de las vendedoras de sombreros en Madrid y París, dibujos de la responsable de la sombrerería en Madrid, María Ozcáriz, e instrumentos de trabajo como tijeras o moldes. En el caso de Balenciaga, fueron Wladzio d’Attainville y el propio Cristóbal Balenciaga los diseñadores, pero nunca trabajaron solos, era un trabajo en equipo con todas las trabajadores de la casa Balenciaga.
En los tocados del maestro natural de Getaria confluyen tradiciones de la cultura popular, influencias de la geografía española, e incluso inspiraciones de carácter religioso. ¿Podríamos hablar de los sombreros de Balenciaga como un testimonio fidedigno de una época, como si de un libro de historia se tratara?
Sílvia: Balenciaga, como todo creador, se inspiró en diferentes fuentes culturales. Estudió piezas de la indumentaria popular española, como la gorra de paja de Montehermoso, de la que conservaba una pieza en su colección particular. También conocía piezas de diferentes culturas, como los fez de Turquía o los turbantes de la India. Se interesó por las órdenes religiosas formadas por mujeres, que cubren la cabeza y esconden el pelo con tocas, o los sombreros de ala ancha y plana de los curas. También recreó los sombreros de los pescadores vascos, e hizo muchas versiones de la boina. Estuvo atento a los retratos de la pintura española, que reflejó en algunos de sus modelos, y prestó atención a elementos estéticos de culturas como la japonesa o la africana, entre otras . Hizo una lectura de diversos elementos culturales de su época y de diferentes culturas, y las reinterpretó en clave atemporal.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 7.jpg
Modelo 174, febrero de 1957. Tocado: organza de algodón sobre tul sintético. Etiqueta EISA, Madrid Donación Anna M. Torre de Gili, 1988. MDB 13.685. Vestido: lana bouclé azul marino y morada Etiqueta Balenciaga», París Donación Mrs. Rachel Mellon, 2014.
El catálogo de la exposición cuenta además con una colaboración con Philip Treacy, figura imprescindible en lo que a historia moderna del sombrero se refiere. Y es que, desde que inaugurase su primera tienda en 1994, no ha dejado de vestir a personajes ilustres y colaborar con firmas de lujo. ¿Cómo surgió esta colaboración y de qué forma se ha materializado?
Igor: La colaboración se fraguó tras varias conversaciones con él, en las que nos expresó diáfanamente su visión del sombrero, de la belleza y el sentido estético. Su discreción, su exquisitez en la selección de materiales y su gusto por el equilibrio fueron los detonantes para solicitarle un artículo para el catálogo de la exposición.
¿En qué estado se encuentra el proyecto Las manos que cosen? ¿En qué consiste y cuándo verá la luz?
Igor: Las manos que cosen es un proyecto sin cese alguno, que se va completando gracias a los testimonios directos de las personas que trabajaron para él, y testimonios indirectos aportados por los familiares de estas últimas. Queremos aprovechar esta ocasión para hacer un llamamiento a todas las personas que no se han puesto en contacto con nosotros, antes de mostrar los resultados de esta investigación.
Si antes eran los sombreros los elementos que servían para marcar el estatus y la condición social, ¿qué piezas son ahora las que gozan actualmente de una mayor carga simbólica en nuestra vestimenta?
Sílvia: Ha cambiado completamente el contexto social desde los años 1960, en que los sombreros dejaron de ser un complemento obligatorio para salir a la calle. Es difícil concretar las piezas que ahora marcan estatus social, ya que se ha democratizado y complicado la red de símbolos en un mundo global. Podrían ser unas zapatillas de deporte Balenciaga, unas gafas de sol o un pintalabios Chanel.
La muestra podrá verse en el Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria a partir de octubre de 2021. ¿Prevé exponerse fuera de nuestras fronteras?
Ígor: Balenciaga. la elegancia del sombrero es una exposición que quiere dar un haz de luz a las creaciones de este departamento, sin olvidar su conjunción con los vestidos, por lo que consideramos que resulta de gran atractivo e interés para otras instituciones nacionales e internacionales.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 1.jpg
Cagoule jersey angora moutarde Capucha, agosto de 1967 (modelo 90). Género de punto de lana sobre esparterina. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 3.jpg
Casquete, 1959. Hojas vegetales plegadas y trenzadas sobre tul, adorno de cinta de grosgrain Etiqueta EISA, Madrid. Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 4.jpg
Casquete, 1960. Raso de seda sobre esparterina. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 14.jpg
Tocado, 1950-1955. Pompón de plumón de cisne teñido, cintas y tela de raso de seda, sobre estructura de esparterina. Etiqueta EISA, Madrid Donación Anna M. Torre Amat de Gili, 1988.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 2.jpg
Casquete, agosto de 1955 (modelo 6). Organza de algodón sobre esparterina. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 5.jpg
Casquete, 1964-1965. Plumas de marabú sobre estructura en esparterina, con adorno frontal imitando pétalos de crisantemo. Etiqueta Balenciaga. París Donación Silvia de Cuevas, 2000.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 6.jpg
Conjunto compuesto por abrigo y falda, estola y casquete, otoño-invierno de 1933-1934. Terciopelo de algodón con costuras diagonales simulando acanalados Madrid. Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 11.jpg
Pillbox, febrero de 1955 (modelo 69). Tafetán de rafia sobre esparterina. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 16.jpg
Vestido de noche, 1949. Cloqué y faya de seda. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 9.jpg
Pamela relevée, 1945-1948. Celofán trenzado y faja de faya de seda. Etiqueta EISA, Madrid Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 10.jpg
Pamela Tambourine, 1948-1950. Organza de algodón con una estructura interior de tarlatana. Etiqueta EISA, Madrid Donación Arturo de Suqué i Puig, 1998.
Balenciaga Laeleganciadelsombrero Metalmagazine 8.jpg
Pamela, febrero de 1957 (modelo 135). Organza de algodón sobre esparterina. Etiqueta Balenciaga, París Donación Asociación Española de Productoras de Fibras Químicas, 1981.