Unidos por la música, Antonio García, José Ángel Mercader, Pepe Estéban y Dani Sánchez crearon la banda Arde Bogotá. ¿Pero quiénes son Arde Bogotá? Ellos mismos se definen como “cuatro tipos de Cartagena que hacen música”. A mediados de junio lanzaron su primer EP, El tiempo y la actitud, compuesto por cinco temas que revelan la ‘explosión floral’ de la protagonista.
Los cuatro sois de Cartagena (Murcia). Entonces, ¿por qué Arde Bogotá? ¿Hay algún elemento que os una a Bogotá?
Bogotá es el primer lugar del mundo en el que sonaron las maquetas que compusimos al formar la banda. De noche, de fiesta, en un coche, los amigos de Antonio (voz) escucharon en primicia lo que estábamos preparando cuando él fue a visitarlos allá por el 2018. Cuando compartió la historia con el resto se nos ocurrió el nombre.
Con tan solo un single os confirmaron para el Sonarama, y con tres fuisteis seleccionados para participar en el LAMC, donde habéis actuado online junto a otros artistas como Rozalén o Fuel Fandango. ¿De qué modo han influenciado estas oportunidades en vuestra carrera musical?
Dándonos visibilidad. La confianza de festivales e iniciativas como las que citas nos permite aparecer en carteles de enorme repercusión, y eso es un escaparate estupendo para que la gente nos conozca y nos escuche.
Durante el confinamiento participasteis en el festival #YoMeQuedoEnCasaFestival, donde tuvisteis mucho éxito y doblasteis la popularidad. ¿Creéis que el confinamiento ha sido una etapa clave de vuestra carrera musical?
Desde luego que no. El confinamiento y los estragos de la pandemia no pueden haber sido positivos para una banda emergente como la nuestra. Este verano teníamos que haber tocado en muchos festivales y haber tenido contacto con muchísima gente. Nos hemos adaptado y hemos seguido trabajando. Algunas iniciativas como la que nombras nos han ayudado a expandir nuestro trabajo y por ello nos sentimos afortunados. ¿Pero una etapa clave quedarnos sin el verano de carretera que íbamos a pasar? No, lamentablemente no.
Ya ha pasado un mes desde que sacasteis vuestro primer EP, El tiempo y la actitud. ¿Cómo habéis vivido el proceso de sacar un álbum en medio de una pandemia mundial?
Pues con mucha paciencia y WhatsApp, Skype, Zoom y WeTransfer. Mandando audios y haciendo reuniones a distancia. Tomando decisiones en discusiones interminables por mensajes y aburriendo a todos los que nos han ayudado con nuestros mails interminables.
Hablemos un poco más de El tiempo y la actitud. ¿Cómo ha sido el proceso creativo y de producción de vuestro primer álbum? 
Este EP era desde el origen de la banda el que queríamos que fuese nuestro primer trabajo porque nos parece una carta de presentación muy resumida de lo que queremos proponer. Muestra de qué queremos hablar y cómo queremos sonar, por lo que sentimos que nos define muy bien.
Y todo eso es en gran parte porque el proceso de composición y producción fue muy natural. Son algunas de nuestras primeras composiciones y vienen de nuestra más inmediata intuición, de nuestros instintos más espontáneos. Tanto nosotros como Lalo Gómez Vizcaíno (productor) nos dejamos llevar mucho por impulsos y por flashazos de creatividad, y así, idea a idea e impulso a impulso, se fue componiendo el collage de mensajes que es este trabajo.
Antonio, tú eres el que se encarga de escribir las letras de las canciones. ¿De dónde surge tu inspiración? ¿Dirías que las canciones reflejan aspectos de tu vida personal? ¿Y de la vida personal de los demás miembros del grupo?
Todas las letras hablan de historias reales, reflexionan sobre situaciones reales y se dirigen a personas reales. Todos los temas de este EP son mensajes muy directos que quiero mandar a alguien usando el código secreto de las canciones. Son cosas que quiero decir a gente real, por lo que vienen de aspectos reales de mi vida. Sé que mis compañeros también comparten esos mensajes que yo mando porque también encuentran justificaciones en sus propias vidas, y porque al final cada uno está mandando ese mismo mensaje a alguien pero, en vez de con palabras, con su instrumento.
Durante estas semanas imagino que habéis recibido el feedback de la crítica y los fans. ¿Cómo se ha recibido el álbum? ¿Habéis superado vuestras expectativas?
Las reacciones que nos llegan son muy positivas y están muy por encima de cualquier cosa que hubiésemos pensado cuando compusimos estos temas. Lo que nos falta ahora –y estamos por fin empezando a conocer– es el feedback en directo; cómo se cantan las canciones, cómo se bailan… Eso es lo que más nos intriga y en lo que estamos deseando que también se superen nuestras expectativas.
Os definís como una banda de rock y lo reivindicáis justamente porque creéis que se está perdiendo el uso de esa nominación. ¿Qué pasa si en un futuro decidís experimentar con otros géneros musicales? ¿Os seguiréis etiquetando como banda de rock?
El término banda de rock es tan amplio como flexible. Caben infinidad de cosas distintas y con todas ellas nos sentimos cómodos ahora mismo. Pero si en el futuro decidimos hacer algo lo suficientemente distinto como para no poder llamarnos banda de rock, véase, por ejemplo, cumbia, pues nos llamaremos conjunto de cumbia y reivindicaremos la cumbia todo lo que podamos.
Al final, las etiquetas solo son términos que usamos para ubicarnos cuando consumimos cosas, pero cuando uno compra el producto y se lo lleva a su casa, la etiqueta la tira y se centra en disfrutar el producto, y ya da igual la pegatina que llevase. Con la música pasa igual. Una vez entras y te gusta, ya te da igual si era una banda de rock o los reyes de la bachata. Lo importante es que estés cantando.
Vuestras referencias musicales son muy variadas. Entre ellas podemos encontrar artistas como Arctic Monkeys o Miley Cyrus. ¿Tenéis otras referencias musicales o fuentes de inspiración que se alejen de lo mainstream?
Sí, desde luego. Hay muchas referencias nuestras que se alejan de lo híper conocido. El problema es que admiramos tanto a los artistas que seguimos, que todos nos parecen mainstream y super famosos. Pero si nos guiamos por su repercusión en los medios de por aquí, podemos citar algunas referencias más recónditas como Carlos Cano, Arawato, Enjambre, The National, Sumatra, Petit Fellas, Viva Belgrado, The Merchants, o Los Bengala, entre muchos otros.
La imagen visual de vuestro EP ha sido realizada íntegramente a mano por Carmen Iñiguez, artista de Cartagena, de donde también sois vosotros. ¿Por qué decidís colaborar con ella? ¿Tenéis pensado seguir trabajando con artistas locales en el futuro?
Trabajamos con Carmen porque nos deslumbró con sus ideas para Big Bang y decidimos que era la artista adecuada para dar forma a todo el proyecto. Y así ha sido, no podemos estar más contentos. En el futuro las colaboraciones dependerán de lo que necesite cada proyecto, pero desde luego nos encanta buscar entre los artistas de Cartagena porque hay muchísimos y muy buenos, y entienden nuestras referencias y nuestros orígenes como nadie porque, a fin de cuentas, son los mismos que los suyos.
Asimismo, ¿hay algún motivo concreto por el que hayáis decidido no usar herramientas digitales para realizar el arte?
Ha sido por la manera de trabajar de Carmen. Ella es, además de artista, una artesana, y al ponernos en sus manos buscábamos también sus técnicas y su ejecución. Más allá de eso, estamos a favor de la digitalización en todos los ámbitos.
También comentáis que las portadas del EP muestran la historia de la protagonista, más concretamente su “explosión floral”. ¿Qué papel juegan las flores en vuestro trabajo? ¿Cómo se relacionan con la línea conceptual del EP?
Todas las canciones del EP son mensajes directos que mandamos a personas concretas, pero en vez de decirlo claro en un SMS, envolvemos lo que queremos decir en canciones –de igual manera que la gente envuelve mensajes y sentimientos en las flores que regala. Flores y canciones son vehículos para mandar mensajes. Nuestro conjunto de canciones bien pudiera ser un ramo de flores.
Cuando empezó el confinamiento todos pensábamos que este verano nos quedaríamos sin música en directo, pero no ha sido así. En vuestro caso, tenéis la agenda llena de festivales y conciertos, entre ellos el festival Cooltural Go en Almería (30 julio) o el Sonora Mad Ribera en Madrid (14 de agosto). ¿Qué es lo que más os gusta de actuar en directo? ¿Cómo está siendo la experiencia de volver a actuar tras el confinamiento?
Lo que más nos gusta es disfrutar de la música que hacemos con más gente. Para nosotros esto tiene algo de tribal, de comunidad. Las canciones hay que cantarlas con más gente y bailarlas con más gente para que cobren su verdadero sentido. Por eso entendemos que lo mejor del directo es descubrir cómo viven los demás nuestra música y expresarla de la forma en la que queríamos hacerlo cuando la creamos.
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