Un espejo, ese objeto que siempre nos devuelve la mirada, que nos muestra a un ser curioso que explora desde el otro lado. Un espejo es, en esencia, el reflejo más real de uno mismo; pero ese reflejo también se pude romper. ¿Qué pasa entonces? Bajo esa premisa nace Mirall, una marca de moda que nace en Barcelona de la mano de Cristina Gonzalez, diseñadora de moda, y Carles Medina, arquitecto. Mirall, que significa espejo en catalán, adopta un enfoque elegante para la ropa de calle y está hecha para la vida cotidiana.
Inspirado por la arquitectura, el arte y el entorno, Mirall ha presentado en diciembre su primera colección para hombre y mujer, llamada Superstitions, que parte del mito del espejo roto y nos muestra pinceladas de un concepto mucho mayor: la superstición. La colección sale a la luz con un especial cuidado en los detalles bordados, cierres de cremallera ocultos y hardware plateado. Piezas en una paleta acromática se combinan con un estallido en rojo como símbolo de la superstición, el color de esa herradura oxidada, el talismán, la esencia de la suerte.

Cabe destacar un conjunto metálico en tela ligera arrugada y acabado en lamé plateado, además de la clásica chaqueta vaquera en negro pero adornada con el logotipo original de la marca que cubre las costuras y el forro en piel sintética que le da un toque de gato negro a la pieza. Pero sobre todo, es interesante subrayar la intención con la que Mirall enmarca esta colección, caracterizada por su atención al detalle y con un guiño a su esencia: tanto el diseño de las piezas como la página web, pasando por sus visuales, los logos y palabras que encontramos en todos ellos solo se pueden leer correctamente frente a un espejo.

Superstitions es la primera de una serie de colecciones cápsula que saldrán cada dos meses el día 13 –cómo no– hasta agosto de 2018, todas ellas con una visión contemporánea e influencias retro que no dejarán que pierdas de vista tu reflejo.
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