Si pensamos en el Reino Unido y su situación actual, nada más en efervescencia que el Brexit y las teorías sobre su impacto, las políticas migratorias o el desplazamiento de la clase trabajadora. Turk reflexiona, precisamente, sobre este horizonte confuso e incierto. Y además, tal como se ve claramente en las obras (y conociendo su pasión por apropiarse de lenguajes anteriores a él), ha tomado como referencia la macabra serie de Andy Warhol, Death and Disaster, en la que accidentes de coche y sillas eléctricas eran los protagonistas.
Turk, por su parte, coge la estética pop y la referencia automovilística como hilo conductor: el británico ha colocado los accidentes de coche en el centro de su obra y los ha materializado a través de una furgoneta Ford Transit blanca (de ahí el nombre de la exposición), el medio de transporte de reparto más común en la era post-Thatcher –y que va desapareciendo en el nuevo escenario británico.
El artista juega con la saturación del color, las sombras, la oscuridad, las texturas, los patrones y las formas. Tras todo esto, queda oculta la furgoneta Transit. Y la esencia de la clase trabajadora británica queda reducida a un amasijo irreconocible, igual que la escultura de uno de estos vehículos, en medio de la galería (haciendo referencia, en este caso, al francés César Baldaccini, uno de los mayores exponentes del Nuevo Realismo, un movimiento artístico surgido en los 60 del que también formaron parte Yves Klein, Arman, o Daniel Spoerri, entre otros).