Imágenes como visiones, formas que parecen fruto de una alucinación. Xavi Bou nos transporta a una dimensión paralela con su proyecto Ornitografías. Este fotógrafo juega con nuestros sentidos y pone en cuestión los límites de la percepción que definen nuestro mundo de humanos. Mediante una combinación de ciencia, tecnología y creatividad, consigue estas sugerentes imágenes y siluetas casi extraterrestres. La inquietud del autor por captar momentos que pasan desapercibidos le ha llevado a congelar el movimiento, lo cual significa, según él, “ver” el tiempo. Este ejercicio de poesía visual está, además, cubierto de un halo de inocencia y curiosidad muy propio de la infancia. Y es que Xavi Bou quiere que veamos algo con el asombro de la primera vez, como cuando éramos niños.
Tu proyecto Ornitografías es muy sugerente y original. ¿Cuál es su origen? ¿Qué pasa con los pájaros? ¿Es algún tipo de afición o tiene que ver con la simbología que rodea a estos animales?
Me gusta explorar las posibilidades del medio fotográfico, en especial aquellas que nos invitan a cuestionarnos nuestra percepción de la realidad. Por otro lado toda mi vida me ha acompañado una gran afición por la naturaleza, especialmente por las aves. Supongo que era natural que tarde o temprano acabara uniendo mi pasión por la naturaleza con mi otra gran pasión y profesión: la fotografía.
Aparte de la belleza que hay en las imágenes, este es un proyecto en que la técnica se impone también como protagonista. El movimiento está ahí, pero lo vemos congelado en todo su proceso. ¿Cómo llegaste a concebir este tipo de fotos y cómo las consigues?
El reto era conseguir captar las formas que generan las aves al volar en el cielo. Para ello debía condensar varios segundos en una sola imagen. Una vez planteado el reto de lo que quería conseguir, faltaba encontrar el cómo. Tenía claro que no podía lograrlo mediante una larga exposición, ya que desaparecería el ave de la imagen. Así que tuve que encontrar el método apropiado. La mejor opción resultó ser una evolución de la cronofotografía que Marei y Muybridge ya hicieron a finales del siglo XIX en sus estudios de movimiento, es decir, un gran número de imágenes superpuestas.
El ejercicio poético es también uno de los protagonistas. Al mirar estas imágenes, nos vienen a la mente lejanas sensaciones de inocencia y de curiosidad por lo orgánico. Como si descubriéramos que el poder de la naturaleza va más allá de lo que habíamos pensado. ¿Qué más nos quieres contar?
Vemos miles de imágenes al día, la mayoría de ellas fácilmente reconocibles, muchas de ellas publicitarias que suelen repetir clichés. Ornitografías nos enfrenta a algo que no estamos habituados a ver y exige que dediquemos unos segundos más de lo “normal” para intentar comprender qué estamos viendo. La mayoría de veces la gente suele asociar las formas que ve a objetos que ya conoce, como cometas, alambres, cuerdas… en más de una ocasión han sido niños los que han llegado a descubrir que son aves mucho antes de que los adultos se rindieran, quizás porque su mente está más abierta. Con Ornitografías, más que contar algo en concreto, pretendo despertar curiosidad por ver lo que nos rodea con otros ojos, en este caso cómo sería nuestro mundo si percibiéramos nuestro entorno con otra percepción del tiempo.
“¿Qué pasaría si nuestros sentidos pudieran percibir el mundo de otra manera?”
Es curioso cómo transformas el sujeto de las fotografías en algo casi irreconocible que no parece de este mundo. Esos momentos, como el vuelo de un pájaro, que nuestro ojo no puede captar aunque formen parte de la realidad se convierten en irreales y mágicos. ¿La intención es jugar con la percepción de los espectadores?
Exactamente, las Ornitografías están ahí, están sucediendo constantemente. Simplemente somos incapaces de verlas debido a las limitaciones de nuestra propia percepción. Definimos nuestra realidad en base a la interpretación que nuestros sentidos hacen de ella. Así que podemos decir que vemos y entendemos el mundo a partir del filtro de nuestros sentidos. ¿Qué pasaría si nuestros sentidos pudieran percibir el mundo de otra manera? ¿Cómo sería percibir otros espectros de luz u otras frecuencias de sonido? ¿Y si pudiéramos “ver” el tiempo? Ornitografías es esto, una invitación a cuestionar los límites de nuestra percepción.
¿Cómo ha sido la experiencia de exponer tu trabajo junto a otros fotógrafos en el Utopia Photo Market?
Para mí ha sido un antes y un después, ya que es la primera vez que he mostrado mi proyecto y estoy orgulloso de decir que fue todo un éxito. Unir fuerzas siempre ha sido bueno y sobre todo rodeado de tan buenos compañeros con tanto talento. La fotografía, pese a su popularidad, es un medio que no se suele tener en cuenta como objeto de coleccionismo o decorativo. Utopia Photo Market ha conseguido acercar los fotógrafos al público, permitiéndoles enseñar su obra, no solo como un objeto expositivo, sino también como un artículo coleccionable.
¿Tienes otros proyectos sobre la mesa? ¿Se parecen a este?
Tengo varias ideas en mente, pero ahora mismo quiero centrar mi energía en seguir desarrollando Ornitografías. Quiero seguir sorprendiéndome con las imágenes que van surgiendo, y sobre todo me apetece ver hacia dónde va este proyecto, ya que el siguiente paso es traspasar del medio fotográfico a otras disciplinas. Por ejemplo, en el multimedia que preparamos para las proyecciones, el sonido que aparece de fondo surge a partir de las propias Ornitografías. El aleteo que generan las aves al volar crea una onda sinusoidal. Enric Valero, ingeniero de telecomunicaciones, me ayudó en el proceso de transformar las ondas de algunas de las imágenes en sus correspondientes sonidos.