Para “pasarlo bien, bailar y llorar desde su habitación”. Sin más pretensiones que estas, Stephen Please empezó a ponerle melodía, ritmo y letra a sus propias experiencias. Unas experiencias marcadas por la fiesta, la pena, la procrastinación y, muy a menudo, la frustración –que son las de toda una generación.
Con un total de siete canciones, ha lanzado hace unos días su nuevo EP, MXXVII. Aprendiendo sobre la marcha e improvisando, ha dejado un testimonio que, a medio camino entre el pop y la música indie, refleja a la perfección la realidad del momento vital por el que han pasado él, sus amigos y muchos otros jóvenes que no tienen claro “cómo salir de ese bucle” en el que las ganas de hacer cosas se convierten en tiempo desaprovechado que se desvanece. Sin embargo, ahora que estamos todos encerrados por el Covid-19, ese bucle se hace más tedioso que nunca, pero las oportunidades para aprovechar el tiempo parecen mayores. De momento, conecta con él este domingo 22 de marzo en el Cuarentena Fest, para el que hará un directo en streaming.
Para los que aún no te conozcan, ¿cómo te definirías a ti mismo? ¿Y a tu música?
Un chaval haciendo pop pa’ pasarlo bien, bailar y llorar desde su habitación. La música supongo que un poco de bedroom pop, indie-pop, electrónica y un poco lo que surja en el momento.
Acabas de lanzar MXXVII, tu primer EP, sin embargo, ¿cuándo empezaste a plantearte que la música podía ser una buena vía de expresión?
Desde siempre me gusta un montón la música, llevo tocando instrumentos desde que tenía unos 12 años y tocando en grupos desde los 15. A los 17 empecé dos proyectos en los que sigo a día de hoy –Axolotes Mexicanos y No Fucks.
¿Siempre te has considerado una persona creativa? ¿Es la música la primera disciplina artística mediante la que intentas expresarte o ya ha habido otras que la han precedido?
Tampoco sé cómo de creativo soy como tal (risas), pero siempre me ha gustado hacer cosas artísticas. Des pequeño me encantaba dibujar, hacer fotos, la música, etc. Ahora, sobre todo, hago música y cosas de diseño gráfico, y un poco de fotografía.
Este primer EP está formado por siete canciones que tratan sobre la fiesta, la pena y la procrastinación. Son asuntos muy actuales, sobre todo para nuestra generación. ¿Hasta qué punto tus propias experiencias (y las de amigos cercanos) han sido fuente de inspiración para el disco?
Supongo que la inspiración para todo el disco han sido únicamente experiencias propias o experiencias vividas con otros amigos, pero todo un poco ‘mío’ quizás. Aunque, al final, toda la gente de mi alrededor vivirá experiencias similares y nos lo podemos aplicar todos.
Además de estos tres conceptos, ¿qué más crees que es lo que define a nuestra generación?
Diría que la frustración, la empatía, ¿la necesidad de cambio? No lo tengo muy claro aun, la verdad, y tampoco sé si esos conceptos serían aplicables solo a la nuestra o un poco a todas las generaciones en su momento, pero eso es lo que me viene a la cabeza.
Con MXXVII hablas de tu experiencia que, a la vez, es el reflejo de toda una generación. Canciones como Desgana o No sé muy bien qué hacer conmigo mismo son un claro ejemplo de la sensación de desinterés o la apatía frente al día a día. ¿De qué crees que son fruto estas sensaciones? Y, a nivel personal, ¿hubo alguna experiencia concreta (que puedas compartir) que te llevase a escribir estas dos canciones?
Me pasaba básicamente que me levantaba todos los días, iba a trabajar a la oficina, terminaba y volvía a casa queriendo hacer cosas, pero gran parte del tiempo no hacía absolutamente nada además de estar con el móvil y ver series, no tenía claro cómo salir de ese bucle… Además, estaba en una relación bastante tóxica que me tenía bastante mal de ánimos, lo cual no ayudaba con la productividad y, como no me daba cuenta, me echaba la culpa de todo a mí mismo, de ahí esas letras (risas).
Se trata de tu primer EP, por lo tanto, ha sido una experiencia nueva para ti. ¿El proceso de grabación del disco ha cumplido tus expectativas? ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de darle forma a MXXVII?
Bueno, anteriormente sí que había grabado discos con los otros grupos en los que estoy, pero esta era la primera vez que hacía algo completamente por mi cuenta y en mi casa, sin un estudio profesional y sin saber qué hacer exactamente. Luego le pedí a un amigo (Mane López) algo de ayuda con algunas cosas más técnicas y el máster.
No sabía qué esperar porque, básicamente, era yo en mi casa aprendiendo a hacer todo sobre la marcha, improvisando, abriendo los proyectos, haciendo cambios mínimos y cerrándolos hasta el día siguiente porque, de tanto escucharlas, ¡ya no sabía si estaba bien o no! Lo mejor es poder decidir cómo quiero que sea todo y que pueda hacerlo a mi manera; lo malo de eso es que, si algo sale mal, es cutre, o lo que sea, toda la responsabilidad es mía. Y qué vergüenza, la verdad.
Has desarrollado un estilo musical que, aunque puede enmarcarse dentro de la música indie, es único y reconocible; pero, ¿siempre has sido capaz de abanderar esta diferencia? O, en algún momento, ¿el apostar por algo distinto te ha dado miedo? ¿Cómo se consigue creer en una propuesta que se aleja considerablemente de las del resto?
¡No tengo claro si es único o no! Yo voy haciendo un poco lo que me salga, mezclando todo lo que me gusta, sin tener muy claro cómo quedará. Estaba contento con los resultados que iban saliendo. No me costaba creer que podría salir más o menos bien una propuesta que igual tiene ligeras diferencias con otras cosas dentro de la escena del pop, ya que tampoco es un proyecto de canciones de ambient noise de nueve minutos.
Parece que tu grupo de amigos es uno de los pilares de tu creatividad. ¿Consideras que tener un entorno que te apoye y crea en ti a nivel creativo es fundamental? ¿Cómo ha sido el proceso hasta encontrarte y rodearte de personas con las que realmente eres afín?
No sé si es fundamental, pero a mí me ha ayudado muchísimo. Sí que es verdad que, cuando empecé estas canciones, estaba un poco fuera del rollito música y la mayoría de mis amigos en Barcelona no hacían nada relacionado con eso, estaba un poco aislado haciéndolo. Ahora que vivo en Madrid, muchos de mis amigos se dedican a estas cosas también, estamos todo el rato yendo a conciertos, queriendo hacer cosas juntos, y eso siempre motiva muchísimo. En realidad, desde bachillerato me he juntado con gente afín a mí y mi grupo de amigos simplemente se ha expandido desde ahí.
Uno de los ejemplos de este vínculo está en After. Dedicas una canción a las noches de desenfreno y lo culminas con un video en el que aparecen escenas –grabadas con el móvil– en las que se os ve de fiesta. Sin artificios. ¿Crees que este tipo de autenticidad es algo que hace falta en la industria de la música?
Creo que, en gran parte, la música ahora mismo ya es más o menos auténtica, tanto los artistas pequeños como los más grandes, con el mundo de las redes e internet, la autenticidad (o la ilusión de ello) es una parte bastante importante de la música. Quiero decir, ese rollo de aparecer yo con mis amigos tan tranquilamente, en plan normal/real, es algo que está muy extendido ya.
Se trata de un EP que refleja las preocupaciones más contemporáneas pero que se lanza en formato de casete y en el que, además, haces un guiño a uno de los temas más míticos de los 70 –Te estoy amando locamente, de Las Grecas. ¿Se puede decir que Stephen Please es una combinación de modernidad y cierto aire nostálgico?
Tampoco sé si tendría mucho de nostálgico más allá de lo que podrían ser un poco influencias sutiles o indirectas. La cosa es que Te estoy amando locamente simplemente es un temazo y quería hacer una versión más a mi rollo. Y lo del casete es porque Snap!Clap!Club suelen editar casetes ya que es un formato bastante barato para producir a una pequeña escala, si no, no sé si tendría sentido que yo sacase algo en físico (risas).
Abrirse paso en el mundo de la música puede ser más complejo de lo que parece. Ahora has lanzado tu primer EP en solitario y lo has hecho con el apoyo de tu discográfica. Sin embargo, ¿ha sido difícil lograr que alguien creyese en tu propuesta?
Pues no me ha sido muy complicado por ahora, toda la gente de mi alrededor me ha apoyado bastante con ello y, al poco de sacar Desgana, ya habló conmigo Dani de Snap!Clap!Club, para ver si querría sacar algo con ellas.
¿A qué otros retos –además de encontrar ese apoyo– has tenido que enfrentarte para sacar el proyecto adelante?
Supongo que mis mayores ‘retos’ eran compaginar, en su momento, la vida laboral con hacer todo esto, y mi propia falta de motivación a veces.
Y, para terminar, ¿cuál es la filosofía que quieres que guíe este nuevo camino que ahora empiezas de la mano de la música?
Tampoco lo tengo muy claro la verdad… Quiero asegurarme de hacer las cosas bien, hacer más canciones felices, y poder aportar algo en un futuro para la gente (risas).
Además de tus proyectos, ¿hay algún otro artista al que creas que no debemos perderle la pista?
Uno de mis proyectos favoritos ahora en España es Daniel Daniel, que está todo el rato sacando temas, sacando remixes y haciendo cosas buenísimas tanto por su cuenta como con Chavales, El Buen Hijo… Si no lo peta en el próximo año, me enfadaré muchísimo.
Stephen Please Metalmagazine 2.jpg