Hay fantasías relacionadas con la época adolescente pululando por el imaginario colectivo. Podríamos denominarlas teenage dreams, ya sabéis, chocarse con alguien en un pasillo escoltado por hileras de taquillas, agacharse a recoger los cuadernos, mirarse a los ojos y enamorarse perdidamente... También, entrar con tus colegas en el instituto, irrumpiendo entre la gente con un outfit brutal desfilando cual Devon Aoki en plena pasarela. Porque el mundo adolescente es así, a veces brillante, agridulce y siempre tragicómico. Y Rakky Ripper nos los demuestra en su nuevo tema, Whatever, un caramelo irresistible que no solo nos invita revivir nuestras locuras juveniles, sino que afianza a esta cantante como una de las personalidades más únicas de la industria musical española .
Según tengo entendido, tu música responde a la necesidad de un cierto tipo de temas reclamados por el público. Cuéntanos, ¿qué tipo de música es esa y por qué crees que el público tiene necesidad de ella?
Considero que hago pop a secas, ya que fluctúo y pruebo muchos sonidos; por como suena se puede catalogar de hyperpop, bubblegum bass… Es un sonido brillante y divertido, con mucha influencia del kpop, jpop, pop dosmilero, europop y electrónica. En verdad, hasta hace poco esta corriente ni siquiera tenía un nombre como tal. Soy muy fan de esta música desde hace mucho, al igual que mucha gente en este país, pero el 99,9% de los artistas que hacen esto son de UK y USA, así que era una necesidad generalizada el que hubiera algo así en español u otros idiomas que no fueran el inglés. Tarde o temprano iba a llegar.
A los 15 quince años ya subías videos de covers a tu canal de YouTube. ¿De qué manera crees que has evolucionado como cantante?
Empecé con covers, pero no me llenaba. Sentía que necesitaba cantar cosas que salieran de mí e incluso componer yo la música. Con 18 empecé a trastear con programas de edición musical, para intentar hacerme mis propios beats. Me fijaba en artistas multidisciplinares como Grimes, Björk o FKA Twigs, y me fascinaba que alguien pudiera cantar, bailar, interpretar, componer y producir a la vez.
Estudiaste comunicación audiovisual en la universidad. ¿Dónde crees que estarías si no hubieses decidido apostar por tu carrera de cantante? Cuando echas la vista hacia atrás, ¿crees que has ido tomando las decisiones correctas?
Siempre he sido una niña de artes. He estudiado arte dramático, doblaje, he tocado instrumentos y también dibujaba de pequeña. Pero nunca me he imaginado dedicándome a otra cosa que no fuera la música. De hecho, uno de los mayores puntos de inflexión en mi vida, fue algo que me sucedió con 19 años y que hizo que me diera cuenta de que o hacía música o no quería otra cosa. Estaba a la vez en una escuela de modelos, en otra de doblaje, en la uni, en el gym, en yoga y sacándome el C2 de inglés. Mil cosas que supuestamente 'tenían más salidas' que la música. Me daba mucho miedo reconocer delante de mi familia que quería hacer música por culpa de los estereotipos de que 'eso son fantasías' o que 'no es un trabajo serio', y simplemente, un día yendo a la facultad, sin esperarlo, me dio mi primer ataque de pánico; desde ahí estuve meses con un cuadro de ansiedad muy fuerte (despersonalización, ahogos, hormigueos, etc). Me di cuenta de que no era feliz. Dejé todo salvo la uni, el yoga y el gym. Empecé a tomarme la música en serio, y poco a poco fui encontrando la paz hasta que me curé. A día de hoy no he vuelto a tener más cuadros de ansiedad. El año pasado fui a una escuela de arte dramático y también disfruté mucho de ese aprendizaje, aunque lo tuve que dejar porque no daba abasto para compaginarlo con la música. ¿Que preferiría haber estudiado eso hace años, en vez de mi carrera? Sí. Y también preferiría haber empezado a tomarme la música en serio antes, saber tocar bien el piano y mil cosas, pero es que al final somos lo que somos por las decisiones que tomamos, así que es lo que hay.
La situación de muchos jóvenes es muy similar a lo que nos cuentas, estudian una carrera teniendo aspiraciones creativas. ¿Qué consejo les darías? ¿Cuál crees que es el camino más fácil hoy en día para construir una base de seguidores?
Si tus aspiraciones son creativas y lo tienes claro, no gastes años de tu vida y dinero en algo que no tiene nada que ver, como carreras o módulos. Sirven para tener un título y conocimientos teóricos, pero a la hora de la verdad eso no te vale para nada. Simplemente enfócate en currar día a día en lo que quieres, haz cosas que potencien tu creatividad, ten iniciativa y crea tus proyectos, ve a escuelas de danza, música o teatro y si no puedes permitírtelo, usa YouTube para aprender. Yo por ejemplo todo lo que sé de producción, programas, edición y tal, lo aprendí en Internet, no en la carrera. Un micro decente para empezar vale 80 euros. Si eres constante, puedes llegar a donde quieras. Si eres genuino, los seguidores ya vendrán.
¿De dónde surgió tu nombre artístico, Rakky Ripper?
De mi época emo en MySpace, Fotolog… Me lo puse con 12 o 13 años. Rakky de Raquel y Ripper por Jack The Ripper. Pero hace ya muchísimos años que Ripper no lo identifico con el personaje de Jack el Destripador, obviamente (risas). Solo es una palabra que ha quedado como parte de mi identidad, como si fuese un apellido sin significado evidente.
Tu primer disco, Neptune Diamond, vino acompañado de una estética muy kawaii, marcada por los tonos rosas de tu pelo, que recuerdan a personajes como el de Krul Tepes de Seraph of the End o a Chibiusa de Sailor Moon. ¿Por qué te decantaste por este tipo de looks?
Es que soy muy otaku. Me gustan mucho el manga y el anime. Las coletas eran mi peinado favorito de pequeña, por animes que veía como Azuki o Sailor Moon. Tuve el pelo rosa en 2012 y de nuevo en 2016 cuando el videoclip de Free Shots, ahí justo llevaba el look de las coletas rosas. Luego cuando el Neptune simplemente me apeteció volver a ponerme ese pelo, y quedó esa portada tan bonita y acorde con el sonido, pero no estaba ni planeado, la verdad. El rosa, junto al naranja, es de los colores favoritos que he llevado. Seguramente en nada vuelva (jaja).
Neptune Diamond presenta colaboraciones con artistas como Maria Sioke o Ivanka Dumb, ¿Cómo surgen este tipo de colaboraciones? ¿Con qué otros artistas tienes en mente participar en algún proyecto conjunto?
Las tres colaboraciones del Neptune Diamond son con amigos míos. Ivanka Dumb es mi mejor amigo de toda la vida. Me gusta colaborar con gente con la que tengo medianamente una relación y, sobre todo, que sean buenas personas y compartamos valores y gustos similares. Ahora mismo estoy trabajando también con artistas de fuera de España y se vienen cosas muy guays, ya veréis.
Recientemente has modificado tu aspecto, luciendo una melena rubia y larga con un aspecto angelical pero cañero. ¿Por qué este cambio y cómo influencia tu aspecto a tu faceta creativa?
El look de rubia explosiva, es porque el EP que viene es un lanzamiento cápsula, con una narrativa muy clara. Quería que evocara esas historias de evolución icónica, de estrella Disney que crece y se empieza a mostrar sexual, rebelde y escandalosa, como Britney, Lindsay, Christina Aguilera, Miley Cyrus…
En 2020 lanzaste Coyote, un tema que evoca la vida nocturna de clubs y chicas bailando toda la noche. ¿Por qué te decantaste por este tema en un año como 2020 donde la fiesta y salir están prácticamente prohibidos?
Parece raro, pero es que el tema llevaba hecho desde antes del lanzamiento de Neptune Diamond, y al final ha salido cuando ha salido (risas). A veces las cosas tardan mucho en salir porque los procesos llevan su tiempo. Luego llegó la pandemia, nos cancelaron la gira, y no pudimos vivir la era del Neptune y simplemente decidimos esperar y sacarlo más adelante. ¡De todos modos creo que no está mal! Siempre hay huecos para canciones sobre fiesta, ¿eh? Ya que no podemos tener jaleito de verdad, por lo menos que la gente se monte la peli en su cabeza creyéndose una camarera del Bar Coyote (risas).
Tu nuevo videoclip Whatever tiene un aire muy retro, muy americano y parece beber de las influencias de cineastas como John Hughes. Cuéntanos, ¿cómo surgió la idea de situarlo en este escenario tan característico? ¿En quién te has inspirado para componerlo visualmente?
Quería recrear la estética de pelis como Chicas malas, Una Conejita en el campus o Clueless; la típica comedia-romántica-adolescente americana de principios de los 2000. La canción habla sobre una relación, en la que ambas personas niegan estar pilladas por la otra, por puro orgullo. Me puse a ello de la mano de Kinki Factory, y se les ocurrió esta historia loquísima en la que yo veo a mi crush en todas partes y empiezo a pensar que estoy desquiciada o que tengo alucinaciones, pero al final resulta que es mi crush el que está literalmente obsesionado conmigo, hasta el punto de disfrazarse de personas distintas para hacerme enloquecer. Vimos que era como el típico guión de peli adolescente de enredo y que sería divertidísimo llevarlo a cabo. Con Oriol Robert como jefe de estilismo, Sergio Serpiente en maquillaje y pelo y Laura de Dolores como directora de arte, conseguimos recrear la estética a la perfección. Creo que el resultado es una pasada.
Puede observarse en tu carrera una evolución que va desde el reggaetón a una música más techno, más propia de una rave, pero, cuéntanoslo tú. ¿Aprecias cambios en tu propio estilo musical? ¿Han variado tus influencias?
Claro, mi sonido ha cambiado un montón. Pero las influencias siguen siendo más o menos las mismas. Lo que pasa, es que escucho muchísimos tipos de música distintos y he experimentado con muchos palos hasta encontrarme realmente cómoda con lo que hago. Ha habido años que me ha apetecido probar con el reggaetón y el trap, hubo años antes de eso que tuve una banda de rock, probé el pop experimental, la electrónica… Pero es porque tengo un bagaje musical bastante amplio y nunca me he limitado. Cuando era adolescente, en un mismo día según el mood que tuviera podía escuchar flamenco, drum&bass, metal, pop mainstream, pop de los 80 o reggaetón, y todo lo disfrutaba al mismo nivel.
¿Cómo ha vivido Rakky Ripper el 2020? ¿De qué manera te ha afectado como artista?
Como artista es una putada. Conciertos y mil planes cancelados. Cuando creías que lo tenías ahí al alcance de la mano te lo arrebatan de un plumazo; eso nos ha pasado a muchos que estábamos empezando a despegar, y en general a toda la gente que ha perdido sus trabajos. Pero como persona me lo he tomado (sobre todo la cuarentena) como un tiempo para descansar. Es agridulce porque sientes que ha sido un año desaprovechado, mucha gente lo ha pasado fatal y parece que todo está perdido, pero a la vez ha sido una pausa global, que no ha estado del todo mal, sobre todo para el planeta. No sé, soy una persona positiva y siempre intento ver lo bueno, así que me he dedicado a componer muchísima música, disfrutar de estar con mi familia y planear mis proyectos futuros. Si la vida te da limones, haz limonada.