Pocas veces te encuentras con un diseñador que lo tenga tan claro: la moda es negocio. Pablo Erroz, mallorquín afincado en Barcelona, llegó en 2010 para quedarse, y hasta el momento lo está consiguiendo con su marca homónima colección tras colección. MBFWM o 080 a sus espaldas, y un amplio recorrido en el mundo Inditex, hacen que el joven diseñador juegue sus cartas sin farol alguno, con paso firme y decisión. A punto de finalizar su nueva colección, nos reunimos con él para que nos cuente qué hay detrás de una marca como la suya.
Hola Pablo, si tuvieras que hacernos un breve resumen de tu carta de presentación y currículum, ¿qué nos dirías?
A día de hoy Pablo Erroz lleva cuatro años en activo, cuatro años de diferentes pasarelas, de muchas evoluciones (personales y de estilo) y trayectoria en diferentes ámbitos. La marca se encuentra hoy, quizá, en su mayor punto de madurez y con una clara visión y enfoque empresarial.
La colección presentada en la 080 de Barcelona se caracterizaba por líneas de inspiración navy, siendo el azul un gran protagonista en cada una de las prendas. ¿Qué nos quieres transmitir con ello? ¿Qué ha inspirado esta colección?
La colección surgió un poco a través de la temática pop, y no quería olvidarme del frescor característico del verano y de ese espíritu libre. El navy es un color casi siempre presente en mis colecciones, y en esta además se presentaba a través de diferentes tipos de rayas y superposiciones de colores.
¿Ha sido muy diferente el proceso creativo y de desarrollo de esta colección con respecto a las anteriores? ¿Cómo ha ido evolucionando tu forma de trabajar desde tus inicios hasta ahora? ¿Notas un gran cambio o por el contrario siempre has sido el mismo?
Después de ocho colecciones, el proceso creativo cada vez va estando más definido, no obstante, como todo en la vida, siempre hay una constante evolución que afecta también en tu trabajo y manera de trabajar. Cada vez la presión es mayor, y el intentar superarse colección tras colección hace que a todo se le dé muchas más vueltas, y el grado de ambición hacia la perfección sea mayor.
¿Qué es lo que te inspira para desarrollar una nueva colección? ¿Es más un click que despierta el comienzo de algo, o por el contrario es todo un proceso en el que vas descubriendo qué es lo que quieres y cómo?
Depende de muchas cosas. Siempre intento analizar diferentes temas que despierten en mí un cierto interés, y a través de ahí ir hilando una historia. No obstante, me gusta que en el proceso sigan interviniendo otros factores cotidianos, del día a día. Creo que la inspiración es un estado constante que pasa por diferentes fases. Al final, el proceso creativo se resume en uno o dos meses, y entonces intento dar cabida a todo lo que me despierta un interés especial en aquel momento.
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Si decimos que tus colecciones se acercan al terreno comercial, ¿crees que estamos confundidos? ¿Desarrollas toda la creatividad que quieres en tu marca? ¿O por el contrario te ves limitado por el mercado?
Ante todo me considero un diseñador bastante comercial, pero siempre con un punto diferencial, digamos que soy bastante de la filosofía ready to wear. Siempre digo que ser comercial y creativo a la vez no es imposible, de hecho es ahí donde me gusta jugar a encontrar el equilibrio.
Tienes una clara predilección por el uso de curtidos y piel, dejando claro que es aquí donde tu marca es fuerte y se define. ¿Por qué? Con todo este aluvión de criticas hacia el uso de pieles en el mundo de la moda, y la cantidad de gente que se niega a consumir prendas confeccionadas en este material, ¿sientes que tendrás que amoldarte en futuras colecciones o seguirás manteniendo tu sello?
Desde que empecé he trabajado la piel y supongo que, al no haber demasiados diseñadores que hagan lo mismo, se ha acabado convirtiendo en un sello de identidad. Tanto la piel como todo el proceso de producción se trabaja intentando ser lo más sostenible posible. Sólo se usan pieles de animales que están destinados a consumo doméstico, es decir, que en ningún caso se mata al animal para la extracción de la piel, sino para el propio alimento. Seguimos un proceso estricto con esto. Antes de trabajar con cualquier proveedor de curtidos, nos aseguramos de que cumpla con todos los requisitos para poder llevarse acabo.
Tienes cierta tendencia al uso de los colores sobrios, adultos y que aportan luz a cada una de las prendas. ¿Cómo escoges la gama de colores colección tras colección? Supongo que es como preguntar si fue primero el huevo o la gallina, pero cuéntanos cómo es ese proceso.
Me encanta juntar colores y hacer diferentes combinaciones. Es un ejercicio que suelo estar repitiendo constantemente, esté en ese momento creando el concepto de la colección o no. Muchas de esas combinaciones las fotografío y las guardo en un archivo. Antes de empezar una colección, me gusta tener claro la gama de colores que voy a usar, como mucho dejar un color pendiente que pueda ir saliendo según se va creando la colección. A través de colores que inspiren el tema y horas de mezclas y pruebas, es como mejor acabo definiendo el colorido. Pero también es verdad que influye mucho aquello que quiera transmitir con cada colección a la hora de seleccionar colores.
Si tuvieras que definir el tipo de cliente que te gustaría vestir con tu firma, ¿cómo sería? ¿Difiere mucho del que tienes actualmente?
La verdad que el tema del cliente es bastante ambiguo. Confieso que he llegado a tener clientes que nunca pensé que fuese a tener, o también es divertido ver cómo gente de diferentes estilos acaba haciéndose tu ropa. Creo que hoy la moda no está para definir clientes, sino para gente que sepa hacer suyas las prendas. Dicho esto, no tengo predilección especial por ningún tipo de cliente al que me gustaría vestir, muchas veces la gama de precios es lo que suele posicionarlos.
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Has recorrido varias pasarelas, como la de Viena, y has sido invitado a otras, como la de Canadá. Pero donde has tenido más protagonismo ha sido en las españolas, Ego de Cibeles y 080, ambas muy diferentes. ¿Podrías decirnos qué te han aportado cada una de ellas? ¿Cuál crees que tiene más nivel y por qué?
Cada una aporta cosas distintas. Creo que ambas tienen factores muy buenos. A día de hoy, el casting de 080 es equiparable al mismo que puedes encontrar en París, y eso siempre suma, sobre todo en mi caso, que primo mucho por un casting afín. Como diferencia está también que 080 cambia las localizaciones, y eso en cierta manera da un carisma diferente a cada colección. Por otro lado, MBFWM está más consolidada como pasarela y tiene una mayor aceptación en prensa nacional. Creo que ambas tienen cosas muy buenas. Para ser sincero, he quedado muy satisfecho siempre. La guinda sería quizás unir fuerzas y hacer una pasarela que reuniese lo mejor de cada una.
Aparte de tu trayectoria en tu propia firma, antes trabajabas para la industria de la moda en marcas comerciales. Decidiste abandonar ese mundo y dedicarte solamente a tu propia firma, y ahora mismo tienes puntos de venta en Taiwan, China o Los Ángeles y tu propia tienda online. ¿Era lo que esperabas al desvincularte de las firmas para las que trabajabas? ¿Te ha servido esta experiencia para saber hacer mejor las cosas por ti mismo?
Son mundos diferentes, sobre todo cuando se trabaja a escalas tan grandes, pero todo suma. Cuando te sumerges en un proyecto así, siempre esperas que el resultado sea el mejor posible en cuanto a funcionamiento a nivel de ventas y visibilidad, a fin de cuentas se trata de poder vivir de ello. No obstante, nunca he dejado de seguir colaborando con diferentes marcas, de muchas y diferentes maneras, creo que todo suma y, en mi caso, me he visto capacitado para poder seguir acaparando más de un sólo proyecto. Aunque por supuesto donde van la mayor parte de mis energías es hacía mi propia marca, como no podría ser de otra manera.
¿Actualmente cuáles son tus diseñadores referencia? ¿Cuál crees que es la principal diferencia que existe entre la moda en el extranjero y aquí?
Definitivamente, creo que la moda en el extranjero se trata como lo que realmente es, un auténtico negocio. De ello son bien conscientes los gobiernos y una gran parte de la industria económica y de inversores, que habiendo luchado durante muchos años por su patrimonio cultural y potenciándolo, han conseguido hacer de ello un punto económico clave. En España creo que se trata a la moda quizá con demasiada frivolidad, no acaba de tomarse todo lo en serio que debería, ni se acaba de hacer una apuesta firme por partes institucionales. Aunque ligeramente vayan empezando a notarse mejorías, creo que aún queda camino. A nivel creativo, no obstante, creo que hay talento de sobra.
Sobre mis diseñadores de referencia, no me caso con nadie, aunque mentiría si digo que no soy fiel devoto de la filosofía de Prada, de Mr. Kim Jones o del nuevo Valentino menswear. Como bien sería también de Dries Van Noten. A nivel nacional, me parece exquisito el trabajo y fascinante el reposicionamiento y la puesta internacional tan fuerte que se ha hecho con Delpozo.
Sé que no eres de los que descansan entre colección y colección, así que probablemente ya estás trabajando en la siguiente. ¿Qué nos puedes avanzar sobre ella?
Efectivamente, la colección está diseñada ya al 80%. Estamos en el proceso de unión y de descarte, viendo qué looks potencian mejor y acabando de cerrar los últimos pedidos de ferias.
Va a ser un poco un mix entre lo sobrio y lo moderno, tejidos clásicos y tejidos con mucha vida. Lanas, napas y mohairs, pero en contraposición también lentejuelas XL, glitter, militar renovado y alguna sorpresa más.
Pablo Erroz lleva ya unos años con nosotros establecido como firma, pero ¿cuáles son ahora mismo tus objetivos a largo y corto plazo?
Te lo puedo definir en uno: afianzarse. La consolidación de nuevos puntos de venta, crecimiento de negocio, branding y estrategia empresarial son los objetivos clave por los que estamos peleando y, por lo que imagino, seguiremos.
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