Le tengo especial cariño a ese proyecto, ya que era muy divertido y lo creé junto a una gran amiga, Alba Rihe. Las dos teníamos muchas ganas de hacer algo juntas y con un punto macarra. Nos fue bastante bien durante un tiempo, pero a las dos nos surgieron proyectos paralelos que nos quitaban tiempo y no nos podíamos dedicar a Morbid Laws. Finalmente decidimos aparcarlo. Aunque ya no está activo, en su día nos introdujo al mundo de la autoedición y también nos ayudó a conocer gente que nos ha ayudado en nuestros trabajos.
Por mi parte, desde que hice Morbid Laws he seguido ilustrando y haciendo más productos, así como asistiendo a varios markets. Creo que ahora estoy en un buen punto en mi carrera, donde estoy recibiendo el fruto de todo el esfuerzo que he llevado a cabo durante estos últimos dos años, ¡no me quejo para nada! Me llegan proyectos que me encantan y tengo tiempo para mis invenciones.