Hace cosa de seis años una horda de seres humanos salíamos del CCCB, acababa la última sesión del día de aquel Sónar, cuando de pronto, doblando la esquina de Valdonzella, apareció un tipo abordo de una especie de coche loco con forma de Gameboy que lanzaba un ruido ensordecedor. Parecía un rey sobre un elefante, pero en lugar de un cetro llevaba una Gameboy y un micrófono, y en lugar de un paquidermo iba sobre el Meneomóvil. Y, a Youtube pongo por testigo, desató la locura. Durante todos estos años he ido viendo al susodicho encima de diferentes escenarios en los que siempre termina desnudo. Este año volvió al Sónar, esta vez para hacernos bailar frente a los autos de choque. Le dicen Rigo, le llaman Meneo.
En aquella época en la que Rigo apareció frente al CCCB tenía un álbum en la calle, “Santa Nalga”, un disco que combinaba de manera exquisita ritmos tropicales con sonidos 8bit, en el que destacaban temas como Papi y sobre todo la descacharrante Okupa. A lo largo de estos años, en lugar de entregar nuevos álbumes ha editado un par de EPs incluyendo temas excitantes y divertidos como Vamo A Ve. Y vídeos, muchos vídeos, como El Jardín, en colaboración con el artista urbano Okuda, y hasta se ha atrevido con clases de Aerobics Para DJs. Lo último es Su-Su-Suave, donde Meneo se convierte en un chamán. Su música ha cambiado, Rigo ha dejado de lado el chiptune para ir arriesgando y explorando diferentes géneros que incorpora a su mundo tropical. Su próximo reto son los sonidos ibéricos. A dónde llevará su música a Rigo Pex no lo sabemos… pero vamos a averiguarlo.
La primera vez que te vi en acción fue a la salida de un Sónar, en la esquina de la calle encima del Meneomóvil, este año, en cambio, has estado dentro del festival, ¿qué ha pasado durante todo este tiempo en el mundo de Meneo?
He dejado de crear con la Gameboy pero no de presentarme con ella en directo, es decir, toco el mismo set que tocaba hace cinco años, sin una canción nueva, pero es porque el set es tan redondo que se ha convertido en una narración medieval, una especie de performance clásica que te cuenta una historia, con principio y fin. Mis DJ sets sin embargo sí que han ido cambiando, con producciones propias al ritmo del merenstep, el cumbiatón y ahora al trapmenco, sonoridades en estado de ebullición.
Hace poco presentaste "Su-Su-Suave”, ¿la idea de convertirte en un fake chamán fue tuya?
Sí, la idea viene porque tuve un par de vivencias en las que había chamanes cuando probaba psicotrópicos y siempre resultaba mucho mejor cuando lo hacíamos en el campo con amigos. Así que el tema va de cómo suponemos que tenemos que aprender muchas cosas de los demás, de que alguien nos tiene que guiar, pero en el fondo podemos aprender por nosotros mismos.
Meses antes presentaste el video “El Jardín”, dirigido por Okuda, ¿cómo cerraste esa colaboración?
La verdad es que somos colegas de Madrid, de estar dando vueltas por todos lados. Es una persona muy activa y me propuso hacerle un vídeo cuando escuchó el tema. Es un poco la dinámica que últimamente está ocurriendo con los visuales de Meneo: viene de gente de fuera que me dice que les encantaría hacer algo y eso está súper bien porque le da una vuelta de tuerca a mi trabajo, lo hace menos personal y el mensaje se enriquece en el camino.
Viendo tus últimos trabajos supongo que la idea es ir sacando sencillos en lugar de trabajar en un LP, ¿no?
Sí, exacto, EPs. Los productores con lo que últimamente coincido me cuentan que tardan tres o cuatro meses en hacer un tema porque tiene que sonar fresco, ya que con la democratización del software para hacer música, ya no es suficiente hacer un tema; se busca un sonido reconocible a los pocos segundos y esto puede acabar convirtiéndose en un proceso infinito. Luego es contradictorio porque pones la radio y todo suena un poco a lo mismo. Sin embargo, lograr que suene bien bien es algo especial y lleva mucho trabajo. Así que los singles me vienen mucho mejor para concentrarme en ideas frescas, son piezas únicas, las lanzamos, la digerimos y luego a otra cosa para evitar ser cansinos.
Así que no te planteas parar y pensar un álbum entero…
En realidad estoy trabajando en un álbum, pero para otro proyecto que yo llamo Peinetta, que es electrónica con raíces ibéricas: copla, cuplé, flamenco, zarzuela, todo acompañado de sintetizadores que le dan un toque mas actual. Igual me estoy metiendo en problemas porque estoy sampleando a Lole y Manuel, a Camarón y grabando mis propias vocales.
En tu época chiptunera vivías en Barcelona y luego marchaste a Madrid, ¿ese cambio de ciudad tiene algo que ver con todo esto que estás contando?
Sí sí, mis amigos en Madrid me muestran siempre cosas muy interesantes y de alguna forma me he dado cuenta que hay un campo para explorar muy amplio; me interesa jugar con elementos autóctonos de España. Sin embargo aquí hay mucho respeto por esa música, mucha solera, así que voy con cuidado, con mucho gusto, porque creo que hay que dar el siguiente paso y darnos cuenta que las tablas de circuitos no pelean con las partituras.
Bueno, ese perder el respeto es muy tú, igual que el humor.
Jejeje, la música latina en sí es payasa, por ejemplo hay letras de cumbia como “¿dónde te agarró el temblor, dónde te agarró el temblor? En medio de la cocina...", canciones que te las tomas muy en serio (risas). Ese rollo jocoso no lo puedo llevar a la música ibérica por ejemplo, eso no pega.
¿Y cómo es la música ibérica?
Es como, "yo sé que tú no estás por mí, que lo sé así, que lo siento aquí..." Y luego pones un drum&bass (risas). Es complicado hacer cosas finas con esto, bueno, con el cuplé sí que se me está dando bien.
¿Y volverás a los 8bits?
Lo de los 8bits fue puntual, hice diez temas y ya está. Al igual que Santa Nalga, mi primer álbum que tiene ya siete años, pues este material ha añejado bastante bien y esa es la razón por la cual no he vuelto a hacer nada así. Ahora estoy en otra onda pero me sigue encantando hacer esos conciertos, creo que nunca dejaré de hacerlos. Luego que desnudarme con la edad ¡resulta cada vez mas punk!
Ahora con la muchachada hay un rollo muy latino.
Sí, mogollón. Es increíble la cantidad de gente que escucha electro latino, todo el mundo lo pincha cuando se gradúa a los 16, 18 años, aquí, en España. Algo que hace 4 años era impensable, pero ahora es EL género entre los adolescentes. Está bien producido pero a mí me aburre, nunca pensé que el electropical que hacíamos podría ayudar a construir esta fórmula de pop tan adorablemente odiosa.
Hablando de tus otras ondas, tienes un programa en Radio 3, háblame de él.
Se llama LATINATOR y es un podcast semanal dentro de Radio 3 Extra, la que es online. Básicamente resulta por el nacimiento de muchos festivales ahora en Latinoamérica; aparte de los clásicos como el Vive Latino, Rock al Parque y demás, ahora hay muchos otros como el Ceremonia, el Corona, etc… festivales independientes que ayudan a que haya nueva peña haciendo música; y es que los latinos normalmente no se salían de las normas y estilos tradicionales, pero ahora ya se puede vivir de eso, digamos, así que el programa va de esto, del reciente talento iberoamericano. He hecho especiales sobre trapmenco (trap + flamenco), de los latinos invitados a la Red Bull Musica Academy de Paris este año y también monográficos: la semana del Sónar fue sobre Silverio.
¿Has tocado alguna vez con él?
Pues no, pero es la voz de mi próximo single: Tumba la Casa. Es una persona genial, se ha quedado a dormir en mi casa y tenemos mucho en común. Sin embargo de aquí a que salga, pues los cuatro meses que te comentaba antes, a ver...
Es raro que nunca hayáis actuado juntos, porque él ha estado tocando por aquí además.
Sí, lo es. Pero el humor que tiene Silverio aquí no funciona, le dice a la gente, "¡bailen, putos!" y la gente se queda paradísima…
Una vez lo contrataron en el norte de México y duró una canción, lo bajaron del escenario nada más subir. ¿A ti nunca te ha pasado algo así?
Recuerdo que una vez en Londres, había un segurata con guantes quirúrgicos bajándome desnudo del escenario, y luego aparecía mi compañero VJ Entter desnudo también, y lo bajaba a él, y luego aparecía yo de nuevo, y aquello era como los Monty Python. Así estuvimos durante diez minutos y la gente se partía el culo. También nos pasó algo así en Suecia pero ahora ya no suele pasar, porque “si ya saben como me pongo…”