Cuando se unen trabajo y talento, mucho talento, surgen proyectos tan especiales como el de Miguel Becer con MANÉMANÉ. Partiendo siempre de un concepto bien definido, con cada una de sus colecciones es capaz de crear propuestas completamente nuevas respecto a las anteriores, pero sin perder la esencia de su marca y siempre con esa frescura que le caracteriza y diferencia del resto. Como él mismo afirma: “La mujer Manémané se viste para sí misma”. Femenina que no sensual y con mucha individualidad, explora una belleza más profunda y vanguardista, jugando con la dualidad femenino-masculino. A la calidad de los tejidos, la gama cromática y el patronaje minimalista que utiliza, le pone la guinda un cuidado calzado que enriquece todo el look. No sé vosotros, pero yo muero de ganas de ver sus propuestas para la primavera/verano 2015 y os adelanto que la espera ya no será muy larga…
Manémané lo inventó mi hermano gemelo sin darse cuenta. Quiero que Manémané sea el nombre de una marca donde un equipo creativo trabaje por colecciones, y donde lo más importante sea la moda y no la persona.
En esta profesión nunca se termina de estudiar y evolucionar, por lo tanto es un honor para mí poder aprender de los mejores.
Empecé con ropa de mujer sin planteármelo, pero no cierro las puertas a diseñar hombre.
Tenemos la suerte de producir en Madrid y estar completamente pendientes de todo el proceso. Controlamos al mínimo detalle la producción de cada prenda. Para nosotros es muy importante que las prendas se hagan tal y como nosotros queremos.
Podríamos decir que la esencia de Manémané es hacer prendas que las mujeres pueden decidir utilizar por sí mismas, sin prejuicios ni condicionantes externos.
Siempre hay que tener los ojos bien abiertos, pero la creatividad llega cuando has echado muchas horas de trabajo.
Decidimos plantearla en torno a un escenario, el circo, que era la excusa perfecta para inventar personajes que pudieran vivir en él.
Suelo trabajar a través del estilismo porque es una parte de la moda que me interesa mucho y que disfruto al máximo.
Estoy encantado de poder colaborar con otros compañeros y otras disciplinas artísticas.
Podría decir que la música y la moda son mí día a día. Puedo perder muchas horas investigando música nueva, letras y melodía.
Me he traído las pilas cargadas para trabajar en moda al menos hasta mi siguiente viaje. Nueva York es una ciudad donde la energía fashion se vive en las calles, en las tiendas y esto da mucho ánimo.
Estamos hablando con algún punto de venta en Nueva York para introducir nuestras próximas colecciones.
Sólo puedo decir que será diferente, pero será Manémané.