Lolita G es la primera modelo española generada por un ordenador, concretamente desde una dirección IP de Madrid. Constantemente se enfrenta a preguntas sobre quién es y cómo es que viene ‘de internet’. Este tema aviva debates entre nosotros, comenzando por su valor ético, a dónde nos conducen las nuevas tecnologías, el impacto psicológico de las redes sociales y la manipulación de lo que deseamos. Sin embargo, podemos celebrar miles de avances que nos ha traído el mundo digital. Y entre ellos está el modelaje 3D, que nos permite generar personas con programas como el C4.
Ella se diferencia de sus semejantes, es decir, de las otras modelos CGI que colman nuestros feeds de Instagram, en varios aspectos. Principalmente podríamos decir que la mayor diferencia es que Lolita ha sido concebida por una chica madrileña de 24 años, mientras que al resto, como Lil Miquela, Hatsune Miki, Noonoouri y Shudu Gram, las han creado agencias de comunicación o fotógrafos muy conocidos como Cameron-James Wilson.
A diferencia de Lolita, las primeras CGI han nacido exclusivamente con fines comerciales. La primera, Hastune Miku, desarrollada por la compañía de medios japonesa Crypto Future Media, es una de las cantantes e influencers más famosas de Japón. Hatsune es un holograma que puedes hasta comprar para que te acompañe en casa. El fenómeno de Hatsune Miku es tan brutal que el año pasado un hombre hasta decidió casarse con ella.
La chica detrás de Lolita ha decidido crearla a su imagen y semejanza. Como si fuese Dios, pero con un ordenador con cinema 4D y mucho tiempo libre. La biografía de su Instagram dice “I never age”, siendo en sí la epítome de lo que ha obsesionado a la raza humana desde su origen. Lolita es capaz de cambiar de cara, color de pelo, sexo, piernas, etc. todo con un solo click.