Don Patricio, Uge y Bejo. Colegas de toda la vida que ahora estarían obligados a verse únicamente en verano en la playa del pueblo, pero prefirieron inventarse una excusa para no separarse. Y precisamente sus canciones con letras sobre el pueblo, la playa y el verano, se han convertido en singulares referentes literarios y en genios extravagantes de lo visual, por lo que no siempre se entiende lo que hacen. Pero a Locoplaya se le disfruta, no se le cuestiona.
Sois de La Caleta, un pequeño pueblo de El Hierro donde siempre hace sol –aunque un viento de cojones. Solo os preguntaré una cosa sobre eso: ¿os ralla que constantemente os masacren a preguntas sobre Canarias como si fuera la Atlántida?
Siempre está bien poner en el mapa el sitio de donde eres, y si eso sirve un poco para explicar la esencia del grupo, bienvenido sea. Nosotros estamos orgullosos de ser de donde somos, pero es cierto que a veces son un poco pesaditos. Tampoco es que estemos en Tokio.
¿Playa de arena o de piedras?
Depende, si estás inspirado para hacer un castillo de arena o retozar sobre ella o sobre las olas, o si bien prefieres una cala para practicar tus saltos mortales de varios metros o bucear. Cada cosa tiene sus ventajas, pero nunca inconvenientes. Siempre viene bien un baño donde sea.
Obviamente, la estación de Locoplaya es el verano. Pero concretando un poco, ¿junio, julio o agosto? ¿O septiembre? ¿Por qué?
En agosto se está más a gusto; el verano ya está asentado, las pieles están más morenas y la playa está más llena. También son las fiestas de los pueblos y con ellas llegan las verbenas. Nada como un cóctel al aire libre escuchando ritmos latinos con tus amigos en manga corta.
Bejo tiene un estilo –etiquetándolo muy mal– más old school, muy Mucho Muchacho, mientras que Don Patricio y Uge son más salseros que raperos. Se podría decir que hacéis una especie de hip hop tropical. ¿La diferencia de tendencias musicales supone un problema o una virtud?
La variedad musical siempre es una virtud. A los tres nos gustan músicas diferentes pero a la hora de hacer un tema juntos encontramos puntos en común que creemos que es lo que lo hace más rico.
Puede que el contexto y las referencias sean playeras y siempre mirando a cosas de vuestro día a día –Canarias, la playa o lo que hacéis tirados en el sofá–, pero las temáticas en sí son muy anárquicas. ¿Existe algún tipo de consenso previo entre los tres o cada uno hace sus versos y luego los unís?
Últimamente intentamos llegar a una idea más común. Nos juntamos para el proceso creativo de la obra en general y llegar a un consenso en cuanto a melodía y/o estribillo y tema de la canción se refiere. Luego cada uno fluye a su manera con su parte en la canción. Nunca se ponen límites, cada uno escribe su parte y si hay que ayudar al compañero para finiquitar con un buen punch line pues se hace, no pasa nada. La familia se ayuda.
“Otro temazo de Locoplaya sin hablar de ná” dice Bejo en En su carro. En ocasiones, sin necesidad de decir nada relevante o profundo, vuestras letras no pierden importancia. Es más, las frases sueltas y los juegos de palabras tirados a su suerte –o no– casi como si fueran improvisadas son algo inconfundible del colectivo. ¿Estas construcciones jocosas salen de vuestras conversaciones, de darle mil vueltas a los versos o de paranoias mentales propias?
Lo cierto es que nos gusta dejarnos llevar por el flow y acabar diciendo cosas guapas. Muchas de estas cosas salen de conversaciones entre nosotros o con los colegas, de expresiones que escuchamos de los viejitos del pueblo, de anécdotas, etc. Intentamos que los vaciles que tenemos entre nosotros sean entendidos de alguna manera por quienes nos escuchan. Imaginamos que es algo que se va creando poco a poco, como cuando conoces a alguien y vas cogiéndole afinidad.
La edición de los videoclips es también algo muy característico vuestro. Corre a cargo de Cachi Richi, pero por lo que sé, por lo menos Bejo tiene un bagaje en lo audiovisual. ¿Os metéis a consciencia en el formato y el montaje de los vídeos? ¿Qué es primero, la idea para la grabación o la letra de la canción?
Nos gusta cuidar los ‘vidéos’ tanto como las canciones, que ambas cosas formen el trabajo final. Las ideas suelen ser bastante improvisadas: tenemos tres o cuatro ‘vidéos’ en la misma playa y otros tres o cuatro dentro de la casa de Bejo. Repetimos localizaciones pero los resultados son diferentes porque intentamos darle protagonismo a las acciones que hacemos. Luego le pagamos a Cachi Richi para que nos adorne los paisajes. A veces los grabamos sin tener ni siquiera la canción para aprovechar la situación, así que nos hacemos unas tomas haciendo como que cantamos y listo, igual que como se doblan las pelis.
El primer álbum que habéis sacado en formato Spotify, ¿Qué dice la juventud?, viene producido por vuestro propio sello discográfico. ¿Os importaría que unos terceros se metieran en vuestro trabajo? ¿Habéis rechazado propuestas para ello?
Desde que empezamos hemos auto-editado todo nuestro contenido. Tenemos nuestros cacharros y un estudio en casa y desde allí grabamos las canciones. Hemos aprendido a medida que hemos ido haciendo. Disfrutamos del proceso, no solo del resultado. Hay sellos que nos han ofrecido propuestas, pero por lo pronto seguimos a nuestra bola.
En La vuelta al cole es evidente, pero en vuestros temas la referencias a los deberes y el cole son más o menos constantes. En realidad, la estética de ropa de colores y manguitos y el tema que siempre sea verano y siempre haga buen tiempo es algo que evoca a cuando uno es niño y todo es ideal. ¿Puede que el late motiv interno de Locoplaya sea un poco el síndrome de Peter Pan?
El tema del verano en nuestra música surge de que somos tres amigos que han coincidido a lo largo de su vida en los veranos. Y es en esa época en la que nos hemos podido juntar para hacer música estos últimos años. Ahora la cosa ha cambiado y vivimos los tres en Madrid. Hace frío pero ese rollito de toallas en la playa va con nosotros a todos lados. Igual un día hacemos un álbum navideño para llevarnos la contraria. Nunca se sabe.
Ya acabamos. ¿Dónde os podemos ver como grupo próximamente?
El 16 de febrero estamos en el Festival Cara·B, en la Fabra i Coats de Barcelona. Luego, 8 de marzo en Salamanca, 9 en La Coruña y 10 en Gijón, y ya hasta mayo nada, que iremos a Terrassa y Mataró.