Jordi Estrada es director de cortometrajes, videoclips, y todo un sad boy. Y no lo decimos con ironía ni con mofa. Él mismo admite que es más tímido y cerrado de lo que le gustaría, y que siempre ha sido algo solitario. Y esa nostalgia y melancolía agridulce de cosas que nunca vivió, recuerdos que no generó y gente a la que no conoció se ven reflejadas en los mundos idílicos que recrea en sus cortometrajes, poblados por adolescentes felices, sociales, libres. Nos adentramos en una entrevista personal, casi confesional, con uno de los directores –y personas– más especiales que hemos conocido hasta hoy.
¿Cuándo comenzaste a tener interés por la imagen en movimiento? ¿Y cómo decidiste hacerlo tu profesión?
No lo pensé de esta manera. Era el típico que iba al multicine y se veía todas las películas, era algo que me emocionaba y me salió espontáneamente. Hacer vídeos era algo que me propuse cuando decidí estudiar la carrera, y precisamente la escogí por eso. Pero nunca pensé en ello de forma profesional, sino que era algo más a nivel personal y creativo. Ya en el instituto me gustaba mucho y era aficionado a ver pelis porque me atraían a nivel visual, me emocionaban y me hacían pensar; así que salió de forma espontánea.
¿Cómo ha sido tu evolución profesional a lo largo de los años?
En realidad me veo bastante igual, he estado haciendo lo mismo. Siempre tengo la idea de hacer mis cosas, mis cortos, mis vídeos y mis movidas pero siempre es difícil conseguir pasta para ello. Desde que dejé la escuela he ido buscando y me han ido saliendo videoclips, que son la única manera que tengo de hacer proyectos personales y con un presupuesto que no tengo que poner yo. Suelo elegirlos yo porque me gusta el artista, no hay ninguna productora de por medio. El resultado final no es completamente mío, pero sí que disfruto de mucha libertad. Mi idea es seguir haciendo lo mismo pero con más presupuesto.
Aunque los videoclips me gustan, intentaré dejarlos un poco más de lado para empezar a rodar mis propias obras. Y es que, a pesar de que no trabajo en modo cliente, el producto final es para él, y además es difícil trabajarlo porque hay un minutaje y tiempo concretos; es algo más mecánico, y por eso prefiero dedicarme a hacer cosas mías con las que pueda experimentar mucho más –aunque sea con menos presupuesto.
En tus cortometrajes muestras una juventud que explora la sexualidad, y parece que los protagonistas vivan en un mundo paralelo a la realidad. ¿Siempre has seguido esta temática?
En realidad sí. En la universidad hice un par de vídeos con adultos y el primer corto al acabar ya era muy teenager, y desde entonces casi todo ha sido con esta temática. Ahora me estoy aburriendo un poco y voy a intentar cambiar. Estoy empezando a incluir a chicas en algunos proyectos, y la verdad, me está gustando. Estoy intentado ser más selectivo y más serio a la hora de hacer mis cortos, entender por qué lo hago, por qué nunca meto chicas cuando tengo algunas en mi vida y, sobre todo, saber por qué pongo a chicas y a chicos juntos, ya que para mí es diferente. Ahí muestro cómo veo a un sexo y a otro.
Voy a intentar coger a gente más mayor no por estilo, sino para explorar otros temas y no estar tan obsesionado con los adolescentes. Estoy intentado abrirme más porque siempre me sale hacerlo con chavales. Quiero pensar el porqué de todo, el porqué utilizo estos teenagers que no tienen ni la mitad de edad que yo para hablar de mis cosas.
Pasemos a alguno de tus obras. Como Arcadia es una expresión emocional de una experiencia traumática que te tocó vivir en un momento determinado de tu vida. ¿Sueles basarte en tus sentimientos y experiencias para crear tus historias?
Igual de traumático que cualquier otra cosa que pueda pasar, pero sí que fue un momento bastante jodido. Como en Arcadia en concreto lo trabajé de forma más consciente, con esa experiencia como base. Ahora tengo otro corto que sigue el mismo patrón. Lo dejé con mi novio y todo el proyecto viene inspirado por ese momento. Transmite el sentimiento en el que yo estoy ahora, y entenderlo me sirve como terapia. Además lo utilizo para pensar en positivo, aprender y crear. La verdad es que cuando mejor me siento y mejor me lo paso creando es cuando utilizo mis sentimientos; siento que estoy haciendo algo de verdad.
¿Qué referencias e inspiraciones usas en tu trabajo?
Veo muy pocas películas últimamente, aunque me siento más inspirado por la calle porque suelo mirar bastante a la gente. Realmente mi inspiración es un cúmulo de muchos factores. Me inspiran las relaciones que tengo con la gente. Paso mucho tiempo conmigo mismo, y siempre estoy pensando en cómo me relaciono con el mundo o con la realidad. Por ejemplo, ahora estoy triste, intento ponerme en mi lugar, cómo me siento por dentro y con el exterior, e igual junto todo esto y luego lo grabo con dos chavales. En cuanto a cine, me molan muchos directores y al mismo tiempo me inspiran. Pero más que inspiraciones son referencias en realidad –cómo hacen sus obras, etc.
¿Te hubiera gustado vivir en la misma burbuja adolescente que representan la mayoría de los personajes de tus videos?
Estoy intentando entender por qué me atrae hacer siempre lo mismo. Muchas veces pienso que si pudiese volvería a hacerlo todo de nuevo porque me veo muy negativo. Pero respondiendo a tu pregunta, sí, cuando hago cortos con chavales, los ‘utilizo’ (entre comillas, porque me aporta mucho grabar con ellos), y pienso que esas historias son las que me gustaría haber vivido; son como mis alter egos.
Me gusta desubicarlos un poco del mundo real, que es tan complicado (sobre todo cuando eres más mayor, como yo). Solo por el echo de ser jóvenes tienen menos mierda en la cabeza. Para mí es bastante traumático tener pocos amigos y ser muy solitario, aunque siempre he sido así. Por una parte es como mi realidad del día a día, así que sí, en mis vídeos creo recuerdos que en su momento me hubiera gustado vivir. Ahora estoy intentando verlo de otra manera y dar otro paso, intento ser más ‘serio’ y utilizar a los adolescentes de manera más conceptual que estética.
En la adolescencia siempre sufrimos muchos cambios y exploramos sensaciones nuevas, además de pasar por procesos que uno mismo a veces no entiende. Y mirando hacia atrás, siempre vemos los errores. ¿Qué cambiarías si pudieras volver a esa época?
Cambiaría lo mismo que cambiaria ahora, aspectos que en realidad son muy difíciles de cambiar, sobre todo de mi personalidad (la inseguridad, ser tan cerrado, etc.). Siempre me he sentido súper diferente, me cuesta mucho relacionarme con la gente. Estar relajado o dejarme ir son cosas muy difíciles para mí. En el cole era el raro, el tímido, el que no hablaba. Ahora soy mucho menos tímido que con quince años, pero sigo siéndolo. Creo que es algo que me va a perseguir toda la vida; estoy algo desencantado y lo cambiaría. También cambiaría, teniendo la experiencia que tengo ahora, la relación con mis padres. En vez de estar ahora intentando arreglarlo, no hubiese sido tan idiota en su momento. Me diría a mí mismo: drógate más, bebe más, falta más a clase, no hagas la carrera, vete de viaje y aprovecha tu juventud.
¿Qué obra ha sido la que más te ha satisfecho de toda tu carrera? ¿O alguna que tenga un sitio especial en tu corazón por algún motivo en particular?
Como en Arcadia, sin duda, aunque cuando la veo muchas veces pienso que está medio mal. En su momento estuve muy contento porque la experiencia de rodarlo me sirvió mucho y aprendí. Todo el rodaje en general me gustó, y de alguna forma me sirvió personalmente para dejar cosas atrás o para entender otras que pienso o que siento. Casi nunca me gustan las cosas que hago, siempre las veo fatal, pero no sé si es demasiada autocrítica o negativismo. Ahora igual soy más constructivo: si una cosa no me sale bien, a la próxima lo haré mejor. Antes pensaba más que era un desastre.
Estos meses hemos rodado un par de vídeos pequeños con un colega y son obras con poco presupuesto pero han salido muy bien. Además rodar me pone muy nervioso y en estos últimos proyectos éramos muy pocos, así que todo fue más fluido, me lo pasé bien y fue guay. He quedado muy contento con el resultado y tengo ganas de sacarlos, porque creo que transmiten algo.
Además de cortometrajes también realizas videoclips. ¿Con qué diferencias te encuentras a la hora de grabar cada formato? ¿Prefieres alguno sobre el otro?
Prefiero la ficción o los cortos porque no hay ningún filtro que me bloquee –aunque muchas veces me planteo los videoclips como cortos porque los veo más de ficción. Pero siempre prefiero hacer los primeros porque no hay nadie de por medio ni un tiempo estimado. También depende mucho de la canción: si es una que me gusta me lo paso bien, aunque haya una línea que tenga que seguir. Además siempre queremos hacer mucho más de lo que podemos, y si en el rodaje de un videoclip la cosa no sale bien, te enganchas más los dedos..Ahora estamos preparando uno con un chico, cuya canción es más electrónica y sensorial, así que va a ser mucho mas fácil. Lo curioso es que hasta este año no me he dado cuenta de que los videoclips me cuestan más que la ficción.
En estos videoclips, ¿propones tú las ideas?
En general, como hay poco dinero, se entiende que es una colaboración. Siempre pregunto al equipo de personas involucrado qué ideas han pensado (aunque casi nunca tienen ninguna), y al final hago el vídeo más a mi estilo porque les suele gustar lo que hago. Siempre les pregunto por la historia que hay detrás de la canción, qué significa en sí misma, si hay algo personal que les vincule a ella, etc. Y casi siempre hay una conexión.
En general hago propuestas personales que naturalmente se parecen a lo que yo hago para mí, luego informo y me suelen dejar bastante libertad. Intento aprovechar el dinero y el tiempo para que me sirvan para expresarme. Luego se dan casos en los que a la banda les gusta mi trabajo pero no creen que lo que esté haciendo sea interesante. Entonces hay que negociar y ver por dónde tirar.
¿Alguna colaboración futura que nos puedas adelantar? ¿Y alguien de ensueño con quien te gustaría trabajar?
Hay gente en Barcelona a la que tengo fichada y con la que he hablado. Son personas con las que me gustaría trabajar, así cuando tenga algo de dinero ya haré algo (risas). También hay bandas y grupos de música que me gustan y con quienes me molaría mucho hacer algo. Por ejemplo, Triángulo de Amor Bizarro, el universo que tienen me flipa. Una vez les mandé un corto sobre una canción suya, pero no estaba bien como para enviárselo. No sé si lo vieron, pero espero que no…
En tu web se pueden ver adelantos de algunos de tus próximos trabajos como Dark Skin, Gold Soul, Los ojos de Pablo o As we die. ¿Cuándo los podremos ver? ¿Estás trabajando en algún otro actualmente? 
Este mes estoy a tope, tengo que terminarlo todo. Desde mayo estoy bastante deprimido y me puse a rodar para no pensar, y ahora tengo que montarlo todo. Dark Skin lo he cerrado hace nada y lo he mandado, ahora estoy esperando contestación para sacarlo. As we die es un corto que está muy bien, todavía tengo que trabajar el color y el sonido, así que espero que en un mes esté acabado y vea la luz. Los ojos de Pablo es un videoclip que tenía que estar listo hace un par de meses, pero intentaré sacarlo cuanto antes. En estos meses voy a intentar publicarlo todo, si puedo.
Tenemos un videoclip nuevo que se llama Crush. Lo grabamos hace unas semanas y saldrá en un par de semanas seguramente. La cantante es Brigitte Laverne; su música me gusta mucho, es indie pop electrónico tirando a lo ochentero. Y eso es lo que tengo ahora para sacar. Llevo encerrado en casa montándolo dos semanas.