¿Quién no ha sufrido de desamor en algún momento de su vida? ¿A quién no le han roto el corazón alguna vez? O, ¿cuántas veces hemos querido cambiar nuestros sentimientos por el dolor que nos provocan? Citando a un clásico del cine musical (Moulin Rouge), “No hay nada más bonito que amar y ser amado a cambio”. Desgraciadamente, ese no es el caso de Xiao Xian, la protagonista del cortometraje homónimo de Jiajie Yu.
El director barcelonés trata los sentimientos más viscerales y profundos en un short film que te engancha desde el minuto uno, repleto de simbologías y metáforas que se presentan a través de una estética impoluta propia del cine oriental. Probablemente por eso –y por otros motivos técnicos que se escapan a quienes no tenemos una formación específica cinematográfica–, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España se está planteando premiar el cortometraje con un Premio Goya en su próxima gala de 2020.
Xiao Xian es un personaje LGTBQ+, pero “es en el fondo una historia de amor, sin etiquetas”, dice el director. Gracias a sus raíces chinas, Jiajie trae su interpretación del cine oriental a España con una historia cargada de emociones pero contada con una sutilidad que impregna de elegancia al dramatismo. Hablamos con él para que nos cuente su trayectoria, cómo ha vivido su primera selección a los premios y nos permita profundizar más en el cortometraje, Xiao Xian.
Xiao Xian es un personaje LGTBQ+, pero “es en el fondo una historia de amor, sin etiquetas”, dice el director. Gracias a sus raíces chinas, Jiajie trae su interpretación del cine oriental a España con una historia cargada de emociones pero contada con una sutilidad que impregna de elegancia al dramatismo. Hablamos con él para que nos cuente su trayectoria, cómo ha vivido su primera selección a los premios y nos permita profundizar más en el cortometraje, Xiao Xian.
La última vez que te entrevistamos, hablamos sobre tu pieza Aliens. Ahora, dos años más tarde, eres candidato a los Premios Goya 2020 por Xiao Xian, tu último cortometraje de ficción, que se encuentra entre los quince finalistas. ¿Qué ha pasado en estos dos últimos años? ¿En qué has estado metido?
Después de realizar mi pieza Aliens gané una beca para estudiar un máster de dirección de fotografía en EFTI y me mudé a Madrid. En estos dos últimos años he rodado bastante y he ganado mucha experiencia –tengo un par de videoclips, algunas piezas más experimentales e incluso un documental rodado en Tailandia. Pero Xiao Xian es mi proyecto más ambicioso y al que le tengo más cariño porque se trata de cine, y eso es lo que realmente me gusta.
Dicen que recordamos dónde estábamos y qué estábamos haciendo cuando sucede algo que nos cambia la vida. La preselección a un Goya imagino que es un punto de inflexión en tu carrera, ya que es el mayor reconocimiento que otorga la industria cinematográfica española. ¿Dónde estabas tú cuando recibiste la noticia? ¿Cómo te pilló?
Estaba en una productora de publicidad preparando un anuncio y había opciones de que se cancelara o se retrasara por motivos de causa mayor. Así que estaba con esa incertidumbre y nervios por lo que iba a pasar. Pero recibí una llamada que me comunicaba la candidatura de Xiao Xian en los Goya, así que eso ya me alegró todo el día y me dura hasta el día de hoy.
El corto empezó como el trabajo de final del Master en Cine Digital de EFTI, donde has estado estudiando. Explícanos más sobre cómo nace Xiao Xian, y cómo pasa de ser un trabajo universitario a convertirse en un finalista a los Goya.
Xiao Xian nace de mis ganas de retratar la comunidad china y de encontrarme a través del cine con mis orígenes y mi cultura. Yo no tenía un especial interés en la cultura china y ha sido a raíz de mi obsesión con el cine oriental que he encontrado una conexión. Me gusta ese cine más pausado, estilizado, con pocos diálogos, lleno de simbologías y metáforas visuales. Me gusta más sugerir que mostrar y, por eso, quise hacer Xiao Xian, un cortometraje que reuniera todo lo que me gusta del cine oriental.
La verdad es que este corto es un proyecto que, poco a poco, se ha ido haciendo más ambicioso y las exigencias del guion complicaron bastante el nivel de producción –especialmente con las localizaciones, porque no fue fácil encontrarlas. Pero me gustan los retos y me considero una persona ambiciosa, y aunque este proyecto no fue fácil, todo el equipo y yo luchamos para sacarlo adelante y cumplir con nuestras expectativas.
La verdad es que este corto es un proyecto que, poco a poco, se ha ido haciendo más ambicioso y las exigencias del guion complicaron bastante el nivel de producción –especialmente con las localizaciones, porque no fue fácil encontrarlas. Pero me gustan los retos y me considero una persona ambiciosa, y aunque este proyecto no fue fácil, todo el equipo y yo luchamos para sacarlo adelante y cumplir con nuestras expectativas.
En el film, la protagonista vive bajo unas normas muy estrictas y unos códigos sociales muy duros, algo que los occidentales, generalmente, asociamos a culturas orientales como la china o la japonesa, por ejemplo. Tú mismo vienes de una familia china aunque naciste y te has criado en Barcelona. Salvando las distancias, ¿hay algo de autobiográfico en Xiao Xian? ¿Tus padres te han educado siguiendo su propia tradición? ¿Cómo crees que ambas culturas (china y española/catalana/europea) convergen en ti?
La verdad es que mi familia lleva mucho tiempo en Barcelona, de hecho fueron de las primeras generaciones de chinos que llegaron a España. Esto hizo que, poco a poco, se fueran ‘occidentalizando’, con una mentalidad más abierta. Sin embargo, sí que es verdad que eran estrictos y le daban mucha importancia a los estudios y al esfuerzo. Me resulta difícil ver de qué manera convergen ambas culturas, yo siempre me he sentido español y la cultura china se ha ido incorporando en mi etapa más adulta a través del cine.
El corto presenta una protagonista del colectivo LGTBQ+. Si no me equivoco, en China todavía falta mucho para conseguir derechos como el matrimonio igualitario, por ejemplo –aunque es algo que pasa en Asia en general, de hecho. ¿Hay algún objetivo político detrás de tu corto? ¿Algún comentario o crítica social?
Con Xiao Xian no tenía la intención de hacer algo reivindicativo o político, aunque me parece importante crear conciencia y romper con los prejuicios. El matrimonio entre personas del mismo sexo sigue estando prohibido en China y sigue siento un tema tabú, por eso creo que la historia de este cortometraje es tan importante. Pero para mí, Xiao Xian es en el fondo una historia de amor, sin etiquetas.
El film está repleto de potentes sentimientos, que sobre todo afloran en la protagonista. Haces un retrato de esas sensaciones que despiertan el alma y duelen. No solo un corazón roto o la congoja, sino las ganas de darle la vuelta a una situación, el deseo por convertirte en ‘ese alguien especial’ de otra persona. Y también, el miedo a afrontar quién eres, las dudas, la vulnerabilidad y la fragilidad. ¿Creas desde tus propias experiencias? ¿Trabajas desde las emociones ‘oscuras’, como los llamados poetas malditos?
Creo que generalmente cualquier artista suele crear desde sus emociones y experiencias, y aunque el personaje de Xiao Xian está muy alejado de mí, probablemente de manera inconsciente hay algo de mí en ella –de la misma manera que habrá algo de ella en mí después del rodaje. La verdad es que es un personaje al que le he cogido mucho cariño, principalmente por su fragilidad y su dulzura.
Además de todos esos sentimientos tan viscerales y complicados, todo pasa en un escenario todavía más complicado e incluso hostil. ¿Hay algún doble mensaje? ¿O es más bien un recurso hiperbólico?
La intención es más bien hiperbólica porque siempre he planteado Xiao Xian como un oscuro cuento de hadas. No pretendía hacer una historia realista sino más bien buscar un tono de misterio y fantasia, y en ciertas escenas, incluso algo onírico.
Usas el sonido y la música para reforzar los sentimientos de la protagonista y crear una atmósfera más coherente, veraz. ¿Qué otras técnicas cinematográficas dirías que definen tu trabajo?
Yo creo que los encuadres, las composiciones y la paleta de colores también definen mi trabajo. En cada proyecto intento asociar los colores a un significado; en Xiao Xian he trabajado principalmente con tres colores: el rojo, el verde y el azul. El rojo representa la pasión, el deseo y el vestido que sirve como leitmotiv a lo largo de la historia. El verde es el color de la sastrería, y la madre de la protagonista. Por lo tanto, representa el trabajo y la responsabilidad. Finalmente, el azul representa el momento de intimidad, de complicidad y de erotismo entre las dos amigas en la escena del baño.
El tratamiento visual es impecable. ¿Cómo es tu proceso técnico? ¿Primero viene el guión y luego las referencias audiovisuales o…?
Desde el inicio, siempre trabajo primero el guion. Busco referencias tanto fotográficas como cinematográficas. Durante el proceso de guion me gusta mucho ver películas para coger ideas, para inspirarme y para empezar a visualizar cómo va a ser el proyecto.
Personalmente, mi escena favorita es la del maniquí con el vestido rojo. Muestra tanto diciendo tan poco… Es un claro ejemplo de las metáforas poéticas que encontramos a lo largo del cortometraje. ¿Qué crees que hace que un director sea bueno?
A mí me gusta mucho trabajar con simbologías y metáforas poéticas. Me considero un director muy visual y creo que cualquier cineasta debería serlo, ya que al fin y al cabo trabajamos con la imagen y contamos una historia a través de una cámara. Además, creo que un buen director tiene que tener claro lo que quiere, aportar su visión particular y arriesgar.
Los que hayan visto Xiao Xian saben que el final es abierto, libre a las interpretaciones personales de cada uno. ¿Te gusta crear confusión en los espectadores? Sin hacer spoilers, ¿cuál es tu objetivo con ese final?
Para este cortometraje me parecía interesante que el espectador se sintiera desubicado e incluso que no quedara del todo claro dónde ocurre la historia. Esa sensación de incomodidad y desorientación es como se siente la protagonista a lo largo del corto y quería crear ese sentimiento en el público. Respecto a la escena final, me gustaría suscitar en el espectador un final esperanzador y alentador, que haya una idea de consuelo con la protagonista después de su noche de experimentación.
Esperamos encontrarte entre los cinco grandes finalistas de los Goya en 2020, ¡mucha suerte! Pero premios aparte, ¿en qué estás trabajando actualmente o qué te gustaría hacer en el futuro?
¡Muchas gracias! Ahora mismo estoy preparando una trilogía junto a Xiao Xian, ya que me gustaría seguir explorando la comunidad china a través del cine. Sería una trilogía temática sobre los jóvenes chinos que viven en España. Además, me gustaría desarrollar el guion de mi primer largometraje, que también trataría sobre una familia china residente en España.