El equipo de Canadá se ha vuelto experto en organizar algunas de las fiestas más memorables de la ciudad condal. Y en esta noche de San Juan vuelven a la carga con la cuarta edición de Nueva Época, que se celebrará en el Teatre Principal de Barcelona. Como siempre, un cartel bastante heterogéneo en el que destacan artistas como Hidrogenesse o Clubz, y también la artista chilena Javiera Mena, referencia indiscutible del electropop. Hablamos con ella para descubrir cómo le influye la luna…
Últimamente no paras de cruzar el charco. Los chilenos podían verte el 13 de este mes en Santiago y hoy estás otra vez en España para un DJ set en la fiesta Nueva Época de Canadá. ¿Se ha convertido tu vida en un jet lag permanente al ser una artista con éxito a ambos lados del Atlántico?
La verdad es que ahora mismo sí que tengo un poco de jet lag (risas). Soy chilena, y Chile es un país que está alejado de todo, incluso de los países más cercanos. Si viajo a México, ¡también sufro jet lag! Es un arma de doble filo, tiene consecuencias duras pero al final resulta gratificante.
¿Y qué te espera en esta visita a España?
Tengo mucha gente a la que aprecio en este país. De momento tengo planeadas algunas presentaciones, en Galicia en el Festival Do Norte (el 3 de julio) y luego en Málaga, el día 7, y también estaré en La Mar de Músicas. Además tengo un par de dj sets…
Hablando de DJ sets, ¿en qué se diferencia la Javiera Mena dj de la Javiera Mena cantante?
Desde adolescente he sido DJ aficionada, me gusta mucho mostrar y comunicar lo que escucho. Pero por otro lado, como músico –como cantante–, los conciertos se enfocan más al espectáculo, al show, y creo que eso es a lo que me dedico realmente. Son dos cosas que van por lados diferentes, divertidas cada una a su manera.
Muchas veces han dicho que tu estilo está inspirado en los 80s. Sin embargo la letra de "Espada" me recuerda en ocasiones a hits del verano estilo "Bailando" de Paradisio, puro 90s. Si tuvieses que quedarte con una de las dos décadas, ¿cuál sería?
Qué pregunta más difícil (risas). Creo que los años 80… Entonces yo era una niña, y la música de esa época fue la que me llegó al cuerpo de verdad, ¡como un despertar de la vida! Y aunque luego en los años 90 también escuché mucha música, en Chile casi no había internet en esa época, así que lo que llegaba a mis oídos seguían siendo grupos ochenteros.
La luna está muy presente no sólo en tus letras sino también en Instagram. ¿Cómo influye en ti la luz de la luna y sus estados?
Pienso que la luna nos afecta a todas en general. Si me noto raro y echo un ojo al calendario lunar, veo la relación entre las dos cosas… Me sorprendió descubrir que era algo real. Pero al fin y al cabo somos de agua, y la dependencia entre ambas cosas es algo científicamente comprobado. ¡La luna es muy poderosa!
¿Qué te impulsó a lanzar tu último álbum, Otra Era? ¿Y de qué era hablamos?
Sigo siendo una persona a la que le motiva hacer discos. Para mí, como músico, es un hecho muy importante. Así que esa era la motivación número uno a la hora de lanzarlo. Otra Era habla de una nueva etapa, de decir las cosas de otra manera. He estado yendo de un lado para otro, tengo muchos recuerdos de España, del sur de Chile, de viajes largos. He crecido como persona, y esa es la nueva era.
Sabemos que te gusta cuidar la parte estética. ¿Cuánta importancia tiene para ti?
En el momento de hacer las letras, siempre pienso en paisajes, en fotografías, en un mundo onírico… Y me gusta trabajar con artistas que admiro, como Carlos Diez Diez. Junto a él inventamos el personaje de Otra Era, una estatua entre el pasado y el futuro, a lo futurista con un punto retro.
¿Esta importancia que das a lo visual es lo que te vincula a Canadá tan estrechamente?
Siempre he sido fanática de Canadá, de aspectos como el vídeo, el diseño gráfico… Tengo una unión muy especial con la escena audiovisual de Barcelona, y no es coincidencia que trabaje con ellos, los considero buenos amigos. Por ejemplo, tengo muy buena relación con Tuixén Benet, con quien hago mis coreografías.
Formarás parte de la fiesta Nueva Época, que se celebra en la noche más corta del año, la de San Juan, todo un clásico del imaginario de brujas, sueños, deseos…
Para mí, pasar un 23 de junio en verano ya es todo un sueño, porque en esta época del año en Chile es invierno y la pasamos bebiendo vino caliente (risas). No conozco mucho de la tradición de San Juan, dicen que si cantas con una guitarra debajo de una higuera te lleva el diablo… ¿No?
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