IED Barcelona

Siempre he sentido interés por el mundo de la moda. Me gusta la libertad que permite a la hora de comunicarte y expresarte. Había estudiado Diseño Gráfico en el IED Barcelona, y la escuela me abrió las puertas de un nuevo mundo. Durante 4 años aprendí a explotar mi creatividad, lo cual fue realmente bueno. Nos enseñaron y educaron a ver las cosas desde nuevas y diferentes perspectivas. Lo más interesante del IED Barcelona es que aprendes a pensar de forma creativa al mismo tiempo que de forma técnica. Creo que ambas habilidades son necesarias. También me gusta poder acceder, a través de la escuela, a una comunidad multicultural, conocer a personas de diferentes perfiles y backgrounds, lo cual te permite luego, ser más abierto a la hora de entender el mundo.

A través de mi colección me gustaría transmitir una harmonía entre la moda actual y la moda tradicional coreana. Mezclar prendas y siluetas tradicionales con la modernidad actual: colores vibrantes, materiales nuevos y siluetas andróginas. Mi target son entusiastas del streetwear, quizás un poco víctimas del hype de estos tiempos, con conocimiento y fuerte atracción por el high fashion. Me gusta la fusión del streetwear y la alta costura, eso es lo que quiero plasmar.

Cuando una idea aparece en mi cabeza trato de conseguir toda la información posible acerca de ella. Mucho research online o net hunting. Para mí también es fundamental revisar revistas, no sólo actuales, también antiguas. Diseño lo que me gusta, lo que en ese momento me motiva, lo que me gustaría vestir. Intento diseñar y crear prendas que la gente pueda incluir en sus outfits del día a día, pero añadiéndoles un punto de creatividad evidente.

Me gustaría acceder al mundo laboral lo antes posible para crecer de manera profesional, y algún día, tener los medios y conocimientos para hacer algo por mi cuenta.

Supongo que lo que más me atrae es la fuerza y el impacto que tiene el mundo de la moda en el individuo, a niveles socio-económicos. Desde el punto de vista social, veo la moda como nuestra primera acción de expresión. Nuestra herramienta para manifestarnos y comunicarnos al mundo, una necesidad de proyectar emociones y estados de ánimo. Al mismo tiempo, es una forma de crear y reinventarse a uno mismo. Desde el punto de vista personal, es liberación: una manera para acercarme a la sociedad e interactuar con ella. Hace dos años, tuve la oportunidad de conocer el IED Barcelona cursando un CSP en Moda Ética y Sostenible impartido por Elena Salcedo, y me gustó mucho la metodología de la escuela. Se aprende de una forma diferente: la experimentación, el ensayo y error, consigue crear nuevos caminos en tu mente, y ampliar de forma natural tus conocimientos. De esta manera, la libertad, junto a la disciplina y a la riqueza de los contenidos, permite que la creatividad y la innovación crezcan.

Libertad de expresión, pensamiento crítico, tiempo, sostenibilidad. Louise Bourgeois y Pina Baush son mis referentes artísticos. Mujeres valiosas, fieles a sí mismas, unos de los grandes retos que me planteo en mi colección, hacer algo que realmente me emocione y que pueda de esta forma llegar a los demás. Comme de Garçons, Jean Paul Gautier, Alexander McQueen y Daniel Lismore son mis maestros y fuentes de inspiración constante. Me dirijo al ser humano, a hombres y mujeres que en un momento dado se quieran sentir más femeninos o masculinos... Cada prenda que estoy desarrollando está pensada para ambos géneros en un determinado momento o estado de ánimo.

¡Me siento encantada! (risas) Soy afortunada de poder ponerme a prueba en tan poco tiempo, y poder hacer y experimentar cosas que siempre he tenido en mi cabeza y que nunca he podido desarrollar. El Máster en Diseño de Moda te da la oportunidad de ser totalmente libre. Aunque, al mismo tiempo, esta libertad significa un mayor reto para mí. Debemos ser fieles a uno mismo. Sin dejar de seguir el ritmo de trabajo requerido para llegar a la esencia de mi creatividad y ser eficiente y resolutiva en la parte más técnica.

Presentar mi trabajo a empresas de moda españolas y participar en diferentes concursos para diseñadores emergentes.

Siempre he tenido claro, desde pequeña, que quería dedicarme al mundo de la moda, pero no sabía en qué ámbito. Solía dibujar y pintar mucho, me gusta la ilustración. Para mí, la moda es un reflejo del alma. Una bella forma de expresarse sin palabras, que ayuda a mostrar y definir la personalidad o el estilo de vida que uno tiene. Con el Máster en Diseño de Moda del IED Barcelona encontré la forma de entrar en contacto con el diseño de moda desde muchas perspectivas diferentes y sin tener conocimientos previos.

Quiero hablar de la evolución del carbón al diamante como paralelismo a mi experiencia en el mundo de la moda. Empiezo con tonos más oscuros, que evocan las inseguridades y dudas con prendas drapeadas, sin estructura; y evoluciona hacia al diamante, la luz o el éxito, con colores más claros y prendas estructuradas que simulan las diferentes caras del diamante y del triunfo, cada una diferente. Es una colección de mujer con la que quiero vestir a las personas que se sientan identificadas con esta historia. Poderosas, inseguras y sensibles.

El ritmo del Máster es intenso. Son muchas horas de trabajo en el taller, aprendiendo. No sólo se trata de conseguir unos resultados, sino que deben estar acordes con mi visión. Quiero hacer colecciones de las que esté orgullosa y me impongo mucha disciplina para conseguirlo.

No lo tengo claro de momento (risas). Supongo que seguir formándome con nuevos cursos o workshops especializados en diseño de moda. También tengo ganas de hacer prácticas en grandes empresas españolas o italianas. Me gusta mucho el diseño italiano y creo que es muy interesante aprender su punto de vista en cuanto al diseño de moda.

Se trata de una profesión en la que se pueden contar muchas historias. Retratar una o varias realidades de la sociedad a través de la moda es algo que me apasiona. El IED Barcelona es un espacio que me proporciona todas las herramientas para desarrollar mi creatividad. Creo que ofrece un espacio lejano a la tendencia, centrándose en la técnica y la propia creatividad del estudiante. De esta manera, podemos encontrar nuestra propia voz. Además, la escuela está en Barcelona, ciudad con un amplio crisol cultural, y esto es una ventaja muy grande.

El punto de partida era hablar de una situación que estaba viviendo en mi país cuando vine a Barcelona: la paz y el post conflicto. Quería transmitir con la colección de final de Máster la importancia de la memoria colombiana. Mi generación, como generación, no ha vivido situaciones difíciles, pero otras anteriores, como la de mis abuelos o padres sí, y actualmente no se las tiene en cuenta. Quiero recuperar el pasado histórico del país para darle voz y lugar entre las nuevas generaciones. Me fijé en el trabajo de artistas colombianos que exploran el concepto del conflicto armado como Doris Salcedo, Carlos Mota, Oscar Muñoz. Es una colección femenina que va dirigida a personas que buscan prendas con personalidad e historia. Individuos afines a mi punto de vista que aprecian el valor de lo artesanal.

Es difícil trasladar mis ideas a algo físico. Es el mayor reto, en principio. 

Mi idea es hacer mis prácticas y quedarme en Barcelona más tiempo. Me encanta el ambiente cultural de la ciudad, pero nunca se sabe qué oportunidades pueden surgir. A nivel creativo y a raíz de mi colección, quiero seguir explorando esta idea de crear colecciones discursivas, que hablen de temas comprometidos.

Lo que más me atrae es que es una disciplina muy artística y creativa, pero a la vez, muy útil. El IED Barcelona tiene un programa muy intensivo y versátil, que me aporta una visión más global del diseño de moda, desde la ideación hasta la confección.

Mi inspiración es la arquitectura contemporánea. Me fijo en los volúmenes y estructuras del arte contemporáneo. Quiero que quien vista mis propuestas sea una mujer moderna y apasionada del arte.

Lo que más me ha costado es pasar de una idea general y abstracta a algo más concreto y físico. Tenía algunos conocimientos de moda. Sabía cómo construir, a nivel de patronaje, una prenda convencional, pero cuando dejo fluir mi creatividad, el reto más grande es saber cómo estructurar la prenda que tengo en mi mente.

Me gustaría hacer prácticas, tal vez en China, y con el tiempo, llegar a tener mi propia marca. Esa es mi meta final.