Ver en bucle cortometrajes de seis minutos no es algo que suela pasar, pero con Lo siento mi amor, lo más nuevo de Eduardo Casanova, es imposible no querer hacerlo. Cada vez que vuelves a darle al play y ver los créditos finales, vas descubriendo detalles que hacen que te sumerjas en su mundo de ficción y tengas la impetuosa necesidad de cuestionarte todas y cada una de las teorías conspiratorias de este nuestro mundo (y quién sabe, a lo mejor, plantearte la existencia de otros y creer, por fin, que no estamos solos).
Quedamos por la tarde en Sitges, aprovechando que Eduardo viene a presentar su corto. Sentados en una mesa alejados del gentío –quedar con él es un flujo constante de fotos, autógrafos y alabanzas por sus trabajos–, se sienta y se cruje el cuello como señal de ‘empieza’. Cercano, observador y con una rapidez verbal vertiginosa, la pasión que transmite es contagiosa.  A veces, exponer al mundo tu propia versión de las cosas suele dar miedo. Pero él ha venido a jugar.
Eduardo, presentarte a estas alturas me parece absurdo, así que, si tuvieses que poner una banda sonora a tu vida hoy, ¿cuál sería y por qué?
¿Sabes cuáles son las canciones que más me tocan el alma y más me hacen identificarme? Cualquiera de Camilo Sesto. Camilo, para mí, es una estrella absoluta; cada día estoy más obsesionado con él. Por ejemplo, siento que Donde estés va mucho conmigo porque es una canción que define la obsesión, y si hay algo que a mí me ha definido siempre –y en este momento en concreto más– es eso precisamente. “Por más que intentes huir, y cuando hables de ti, digas que todo acabó, jamás me echarás de ti, aunque te duela reconocerlo” es algo que siempre está ahí. Es una estrella absoluta; la gran celebrity española. Tiene una voz y un talento increíbles, me parece fascinante tanto su música como todo lo que le rodea.
“Una historia sobre la conspiración, el amor a distancia, las sociedades secretas, el retrofuturismo de los 60 y Rocío Jurado.” Así describes Lo siento mi amor. ¿Cómo consigues unir todos estos inputs y que no quede un bizarrismo infumable o algo cutre y feo?
Puede que a lo mejor luego quede una cosa cutre y fea. Siempre hago un esfuerzo muy grande por mezclar cosas bastante imposibles de mezclar, y ahora estoy haciendo uno muy, muy grande en la estilización. Y fíjate, no sé si es algo positivo porque, al final, todos los artistas tiran hacia la allí –pierden la radicalidad, el gloss, los colores fuertes y empiezan a ir a una cosa más estilizada.
Creo que Lo siento mi amor es uno de mis primeros pasos hacia eso (espero continuar por ahí en mis próximos trabajos). Un extraterrestre follándose a Jackie Kennedy es como una peli Serie Z de los años 50. He intentado tirar por el ambiente bajo, la ópera, lo lírico y lo poético para no llegar a ese resultado. Aunque si hubiese quedado (que tal vez sí) muy Cine B o Serie Z, me encantaría igualmente porque soy un gran defensor de este género.
El título del corto es por la famosísima canción de Rocío Jurado. ¿Qué papel juega ella en este cortometraje? ¿Era totalmente imprescindible que fuese esa canción?
No, la verdad es que aunque ella me fascina, el personaje de Rocío no tiene nada que ver. Toda la historia que rodeaba a los Kennedy con respecto a las infidelidades que cometían ambos siempre llamó mi atención, y Lo siento mi amor es una canción que representa perfectamente esta historia. Fue muy curioso porque no conseguíamos los derechos del tema, llamamos a Sony pero era imposible. Hasta que al final tuve que llamar a la hija de Rocío Jurado para conseguirlos. Le envié el corto y me los dio.
“Quiero que las teorías de las conspiración sigan siendo teorías. No quiero saber la verdad porque seguramente sea mucho más aburrida y mucho más decepcionante.”
¿Fue la canción la inspiración principal?
No, empecé por el corto. La primera imagen que me vino fue la de Jackie Kennedy siendo penetrada analmente por un extraterrestre y, a partir de ahí, generé la historia. Lo siento mi amor vino después, al principio se llamaba We Are Not Alone. El día de su asesinato, Kennedy iba a dar un discurso en Roswell –lugar donde se hicieron los primeros avistamientos alienígenas–, y se dice que la primera frase del discurso era “Ciudadanos del mundo, no estamos solos”. La teoría es que iba a confesar al mundo que existía la vida extraterrestre y que por ese motivo le mataron.
El cortometraje gira en torno a eso e iba a titularse No estamos solos, pero al final me pareció mucho más interesante hacer hincapié en la historia interna que vivían los personajes más que lo que iba a comunicarle al mundo.
Fidel Castro, Marilyn Monroe, Lee Harvey Oswald, Jack Leon Ruby y James Earl Files puestos como si fuesen tarjetas de visita mientras Jackie desenfunda la escopeta con sólo tres balas. Nunca quedó claro que pasó. ¿Quieres decir con este frame que estás de acuerdo con la conspiración?
Me gusta que haya mensajes subliminales dentro de mis obras y que cada uno los interprete como quiera.
Hay algo que me ronda la cabeza todo el rato, el alienígena con carácter illuminati. ¿Pensaste en alguien en concreto cuando decidiste que debía ser un alienígena?
Pensé en Javier Botet, que es el actor que lo interpreta. Es la primera persona en la que pensé porque aparte de ser el monstruo del cine mundial, es un gran icono del cine de género. Este cortometraje requería a un gran actor como él, que tuviese movilidad, que pudiese expresar sentimientos y emociones. Además, tiene mucha experiencia con maquillajes de prostéticos, y el que lleva en el corto es de cuerpo entero. Para mí fue un honor porque considero que es una estrella absoluta, ha hecho todo lo más guay del mundo.
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Todo el corto está marcado por simbologías Illuminati y masónicas. ¿Tienes un fetiche con las sociedades secretas o crees que para hablar sobre los Estados Unidos son necesarias?
Es un fetiche, totalmente. A mí me interesa muchísimo la ficción. No tengo ni idea de si existen las sociedades secretas (creo que sí) o si las teorías de la conspiración son ciertas. Pero precisamente eso es lo interesante, que nunca llegas a saber si son reales o no. Es decir, te plantean un mundo de ficción, surrealista, en el que tú puedes vivir más cómodo. Evidentemente me interesa mucho más creer que existen los extraterrestres, que John Kennedy sabía que existían, y que Jackie podía enamorarse de uno. Y me interesa mucho más saber que Elvis no está muerto.
Prefiero creerme toda la teoría de la conspiración, por eso para mí es recurrente en este trabajo y en muchos otros también, porque hago ficción y eso es lo que me interesa. La realidad me aburre. Cuando la realidad te propone la conspiración, decido creérmela porque me entretiene, me divierte y me oxigena. Que sea o no verdad no me importa porque tampoco quiero saberlo. Quiero que las teorías de las conspiración sigan siendo teorías. No quiero saber la verdad porque seguramente sea mucho más aburrida y mucho más decepcionante.
Veo a Melania y a Donald Trump en la pared del comedor con gafas de sol fotografiados el día del eclipse. ¿Están siendo abducidos por los alienígenas en tu imaginario? ¿O debían estar presentes para hablar de la actualidad de Estados Unidos?
Hay un anacronismo ahí, porque el asesinato de Kennedy pasó en el 63 y, sin embargo, aparece la imagen de Melania y Donald en el momento del eclipse (2017). Si nos ponemos a pensar, todo puede estar unido. Me gusta mucho llenar mis trabajos de miles de detalles que no se perciban en un solo vistazo; que tengas que darle una vuelta o que tengas que pensarlo –que te estén contando historias paralelas aparte de la principal. Por ejemplo, la simbología triangular en todo el corto, Donald Trump en sí mismo, y muchas más.
Al igual que la teoría de la conspiración te invita a que descubras pequeños detalles en los que no te habías fijado (y que creo es lo que la hace divertida), me parecía interesante que el propio cortometraje también tuviese cosas que, a su vez, contasen otras. Que ya no solo tratara la historia de los Kennedy y la teoría que les rodea, sino que también contara algo sobre los Trump. Hace poco dijo que liberaría todos los archivos secretos del Área 51, que es lo que intentaron hacer Lincoln y Kennedy y les mataron. Si establecemos el axioma de que estamos en el mundo de la conspiración, Trump podría saber perfectamente que la vida extraterrestre existe. Me divierte mucho más pensar así, no que crean esto.
No he podido evitar fijarme en el slogan ‘Make America Great Again’ que acompaña el calendario de J.F. Kennedy en 1963. ¿Dónde querías llegar con eso?
Me parece que, al final, el slogan de Trump no dista mucho del de cualquier otro presidente de los Estados Unidos –aunque haya sido menos conservador que él. El ‘Make America Great Again’ y su ideología son prácticamente las mismas con cualquier presidente, simplemente que él lo ha dicho, esa es la realidad. Me parecía interesante unir la familia de los Kennedy, que siempre se ha vendido como el modelo de familia ideal y como el sueño americano, con el presidente actual, porque estoy seguro que la política que hace Trump es la misma que John F. e incluso Obama.
Igualmente, me interesan mucho los malos de las películas y de la vida. Y Trump, como personaje, como gran villano, me parece que es uno de los mejores que tenemos en la historia del mundo. Me parece un demonio, moral y éticamente; ahora, a nivel de ficción y de diversión, me parece el mejor.
Y por último, ¿crees que si los extraterrestres gobernasen el mundo sería todo más fácil?
Desde luego, ¡al menos sería mucho más divertido! Y eso es lo único importante en la realidad, que sea divertida. Es una muy buena frase para concluir, ¿no?
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