Reivindica el uso del amarillo, diseña gorras, presentará un libro en septiembre y ha expuesto en distintas ciudades del mundo. David Méndez Alonso es un joven creativo y dinámico que trabaja como ilustrador, diseñador y director artístico, y es uno de los talentos emergentes más interesantes de la escena cultural de Barcelona. Según dice, se considera un intruso en el mundo de la moda, pero su talento no pasa desapercibido y ha colaborado con marcas como Reebok o Pull&Bear.
Eres ilustrador, director artístico y diseñador. ¿De pequeño querías ser algo de esto?
De pequeño quería ser pintor de paredes, así que de una manera más primitiva iba bastante bien encaminado.
¿Por qué tantas profesiones?
Me considero un artista que interviene diferentes superficies. Nunca sé cómo definirme cuando me preguntan a qué me dedico. Creo que decir que soy artista me viene un poco grande todavía, espero que en unos años pueda presentarme así. Profesionalmente podría decir que soy ilustrador, ha sido algo totalmente espontáneo aunque no es donde más cómodo me encuentro. La obra de un creador tiene que ser algo vivo, en constante transformación. Lo que un día me apasionaba puede que no me inquiete en el futuro. Llevo mucho tiempo obsesionado con el diseño de mobiliario y me alucinaría poder llevar a la realidad todos los bocetos de mi libreta.
¿En qué aspectos te ayuda tener una formación tan polifacética?
Disponer de varias miradas y recursos a la hora de realizar un proyecto hace que sea mucho más potente. Siempre digo que para romper las normas hay que conocerlas y de los errores suelen salir las ideas más brillantes. Definirte solamente en una profesión limita tu campo de acción como artista. En el arte no existen normas, hay que aprovecharse.
El color es muy importante en tu trabajo, y el amarillo es uno de los colores predominantes. ¿Qué simboliza para ti? ¿Por qué está tan presente en tus creaciones?
El uso del amarillo me da el balance que necesito. El amarillo me inquieta, no necesito muchos más elementos en una composición si tengo mucho amarillo. Es el color más bonito y por desgracia el menos usado. Reivindico el uso del amarillo. En cuanto al simbolismo: el amarillo como color en sí no significa nada en concreto para mí. Es la relación emocional que tengo cuando lo veo. Es el uso que le doy lo que me interesa. El amarillo es mi negro.
Has experimentado con la pintura, el metacrilato, la cerámica o el textil. ¿Cómo decides con qué material trabajar y por qué? ¿Hay alguno con el que te gustaría hacer una obra y que todavía no hayas probado?
Los materiales solamente son superficies y técnicas que me ayudan a materializar ideas. No hay un momento concreto. El uso metódico de un mismo material provoca que el resultado de tu trabajo sea el mismo. Me interesa la manipulación brutalista de los materiales. Herramienta = Material. Es importante dejar que los materiales se comporten como quieran y no intentar modificarlos y cambiar su naturaleza. Me encantaría poder seguir investigando con la cerámica, empezar a usar el cemento y producir obras de gran formato.
Con tan sólo 27 años has expuesto en ciudades de todo el mundo y has colaborado con marcas muy importantes. ¿Cuál consideras que es la clave de este éxito?
No me gusta la palabra éxito. No quiero entrar en esa escala de valores. Trabajar duro desde hace mucho tiempo es lo que te hace más fuerte y lo que hace que la gente reconozca tus imágenes. Para mí el éxito es que alguien reconozca tu obra sin ver la firma. También es una hoja de doble filo, porque tu trabajo coge polvo cuando antes se veía fresco. Renovarse o morir. Es una labor muy complicada.
Como decíamos, has expuesto en ciudades como Londres, Estocolmo, Ciudad del Cabo, Seúl o Shanghai. ¿Qué se siente al ver que tu trabajo es reconocido a nivel internacional?
Todas esas exposiciones, menos la de Londres, han sido muestras colectivas en las que no estuve en persona. Creo que todo artista inquieto y trabajador puede exponer en casi cualquier parte del mundo. Lo importante para mí es donde expongas y como lo expongas. Volviendo a la parte emocional, me siento muy bien llegando tan lejos.
Has colaborado en varios proyectos con marcas del mundo de la moda. ¿Cómo es tu relación con este sector? ¿Por qué te interesa?
Mi relación supongo que es buena. Me considero un intruso, ya que no he estudiado moda y no tengo los conocimientos técnicos que debería. Creo que esa es la parte que hace que mi perfil sea más interesante. Mi interés reside en que me gusta la moda. Disfruto mucho diseñando ropa y creando escenarios y sets para disparar los lookbooks.
¿Qué crees que puedes aportar como artista al mundo de la moda?
Probablemente mis referentes y mi background sean totalmente distintos a los de un diseñador de moda. Siendo sincero, me encantaría desarrollar una colección con muchos looks que sea coherente, pero no tengo medios ahora mismo para eso. Soy todo lo que tus profesores de moda te dijeron que no hicieses.
Una de las marcas más importantes y con la que has colaborado en diferentes ocasiones es Reebok. Hace escasas semanas se publicó Lost Atlantis, un video de animación que has escrito e ilustrado para ellos. ¿Cómo te sientes al ver tus ilustraciones en movimiento?
Es la primera vez que veo mis dibujos moviéndose a 12 frames por segundo. Me siento muy satisfecho, creo que hemos hecho un buen trabajo. Decidimos hacer todos los dibujos a mano, lo que suponía encerrarme dos semanas a pintar 12 horas al día. Nos han dado mucha libertad y hemos tenido un feedback muy positivo en general. Estamos muy contentos. ¡Gracias a Reebok, Soonintokyo y Animal studio!
Esquiar en el mar, bucear entre peces y amaestrarlos para conquistar la Atlántida. Esta es la idea que ganó el concurso Reebok Creative Hub y de la que partiste para hacer Lost Atlantis. ¿Qué pensaste la primera vez que la leíste?
Esta fue la idea que más me gustó de las que tuve que ir dibujando semana tras semana. Me imaginé un gran trineo acuático dirigido por un banco de peces en una travesía colorista hacia la Atlántida. Recibí la idea por whats app cuando estaba en el Pick Me Up en Londres, así que no tuve mucho tiempo para dejar escapar la imaginación.
El corto también está basado en el poema homérico La Odisea y refleja la importancia de los caminos que vamos tomando en la vida. ¿Estás satisfecho con los que has seguido tú?
No me puedo quejar. Siempre piensas, “qué hubiera pasado si”… Y así en círculos. Estoy satisfecho.
El año pasado ya trabajaste con Reebok en el proyecto La ciudad en movimiento junto con Bflecha, Elena Gallén y Krizia Robustella. ¿Cómo fue la experiencia?
¡Muy divertida! Mi trabajo era hacer el vestuario con Krizia, que consistía en unos disfraces geométricos con formas de edificios. Estas estructuras representaban la ciudad que se movía, que hacía referencia al título del vídeo dirigido por Tomás Peña. Es interesante aportar parte de tu trabajo y ver cómo se integra en un videoclip en el que hay mucha más gente implicada. Repetiría.
¿Cómo valoras el hecho de que marcas como Reebok apuesten por el talento y el potencial de nuevos creadores como tú?
Obviamente me parece estupendo. Es una apuesta sincera y arriesgada. Una manera de conectar con un público testarudo y difícil de convencer. Son campañas que incluyen a gente creativa que respeto mucho y eso hace que me sienta orgulloso de participar en todos estos proyectos. Aplaudo la selección de artistas y el respeto hacia nuestra labor como creadores.
¿Qué proyectos tienes entre manos actualmente?
En septiembre presento un libro llamado Matissology con el que voy a cerrar una etapa estética en la que llevo trabajando dos años. También quiero ponerme a producir arte de nuevo y dejar un poco apartadas las pantallas y volver a pintar. Quiero construir muebles, seguir diseñando para Outsiders Division, preparar una expo con Pau Sampera y hacer más colecciones con Krizia Robustella. En definitiva, seguir trabajando.
¿Tienes alguna meta marcada a corto o a largo plazo? ¿Cuál/es?
Es difícil pensar en el futuro. El futuro no me inspira demasiado. Quiero vivir bien, tener un perro y estar feliz.
