Pese a los privilegios de los que ha podido gozar por sus orígenes, Brianda Fitz-James Stuart siente que lo más grandioso e inspirador reside en lo más sencillo, en lo que está al alcance de todos. Y aunque no le gustan las etiquetas, dice que la suya perfecta sería la de diseñadora. Quizá su secreto está en haber sabido aprovechar sus privilegios, a la vez que ha intentado desmarcarse de ellos. Hablamos con ella después de mucho tiempo para descubrir ese, y algunos secretos más.
Nunca te ha gustado el término it girl para definirte. De hecho, odias las etiquetas. Pero si tuvieras que presentarte y de algún modo, etiquetarte: ¿quién es Brianda Fitz James Stuart, descrita por ella misma?
Si tuviera que ponerme una etiqueta sería la de diseñadora. Estudié diseño de moda y he trabajado en el sector durante muchos años diseñando para la marca que tuve durante un tiempo, Planet Palmer, y haciendo colaboraciones con otras marcas. Aunque también trabajo como DJ y hago colaboraciones de imagen con diferentes marcas, siempre me he sentido mucho más vinculada al diseño y es lo que mejor me define. Actualmente, estoy especializada en el diseño de estampados y en la ilustración, que es lo que realmente disfruto más.
Tus orígenes aristocráticos te han permitido estar en sitios y ver cosas que definitivamente te convierten en privilegiada frente a otros artistas: desde pasear por el palacio de Líria, el de Dueñas o Monterrey, a ver La virgen de la granada colgado en las paredes de alguno de ellos. ¿Crees que eso te ha condicionado en tu evolución como artista y te ha hecho partir desde otro punto?
Lo que realmente me ha condicionado es sin duda la educación que he recibido por parte de mis padres. Potenciaron mi creatividad desde niña: jugábamos a hacer portadas de libros con collages, pintando, me llevaban a muchos museos, etc. Además, creo que la inspiración puede estar en cualquier lugar, no necesariamente en lugares privilegiados. La naturaleza es para mí lo más inspirador y está al alcance de todos, por ejemplo. Además, en Madrid podemos gozar de museos impresionantes como el Prado, el Thyssen o el Reina Sofía. Si hay interés, todos tenemos acceso al arte y podemos nutrirnos de muchas cosas.
En tu perfil de Instagram te defines como un “personaje de ficción”. ¿Qué tiene de personaje de ficción y qué tiene de real la Brianda de las redes?
Definitivamente no podemos conocer a una persona por su perfil de Instagram. Por eso, creo que en redes siempre hay un punto de ficción. Yo lo utilizo como una herramienta de trabajo más: es el canal idóneo para enseñar lo que hago y todas las cosas que me inspiran. Sin duda, además, es un gran canal para conocer el trabajo de otros artistas. En mi caso particular, siempre he sentido cierto pudor en lo que a mi vida personal se refiere, trato de mostrar lo mínimo posible. Quizás de ahí lo de personaje de ficción. No me conocerás personalmente a través de mi Instagram, pero sí como artista.
Tu imaginario artístico gira en torno a, sobre todo, la naturaleza: la flora, la fauna y los minerales son definitivamente partes esenciales de todas las ilustraciones y estampados que diseñas. ¿Qué fuerza te une a todo ello y qué ha hecho que se conviertan en parte fundamental de tu obra?
Para mí la naturaleza es lo más alucinante que tenemos. Siempre he sentido una conexión muy especial con ella: los animales, el campo, etc. ¡Me hace inmensamente feliz! Probablemente el hecho de haber vivido siempre en la ciudad hace que me impacte mucho más la belleza de la naturaleza y me atraiga especialmente.
Después de diseñar durante años para La Casita de Wendy te convertiste en empresaria y sacaste a la luz un proyecto muy ilusionante para ti, Planet Palmer. Ya no se oye hablar de ello y la web ha desaparecido. ¿Qué fue de él? ¿Pretendes continuar con el proyecto en un futuro o seguir diseñando en otro?
Planet Palmer fue un proyecto precioso y con el que aprendí muchísimo. Pero por suerte, al poco tiempo me di cuenta de que no era realmente lo que quería hacer. En muchas ocasiones tienes una idea de las cosas que no se corresponde con la realidad, y la parte creativa, a mí, se me quedaba pequeña, tenía mucho más presente todo lo demás y no iba conmigo. Me di cuenta que con lo que disfrutaba realmente era dibujando y decidí dejarlo y especializarme en ello. Ahora, la verdad, estoy muy contenta de haber tomado esa decisión, que en su momento no fue nada fácil.
Tu feed de Instagram es arte en mayúsculas: sobre todo destacan tus ilustraciones pero también aprovechas para publicar algunas obras renacentistas importantes de los museos que visitas. ¿Te ha influido de algún modo este movimiento artístico en tu obra?
Sí, mucho. Siento predilección por ese movimiento artístico e inevitablemente eso queda patente en mi obra. Además, algo que me encanta es reinterpretar obras que admiro, que suelen ser renacentistas.
Una de tus últimas colaboraciones ha sido con Kenzo, en un proyecto en el que diversas artistas habéis expuesto una obra que va a ser subastada y cuyos beneficios van destinados a causas sociales. ¿Sueles implicarte en este tipo de iniciativas?
Para mí es muy gratificante poder ayudar en causas sociales y, encima, si lo puedo hacer a través de lo que más me gusta, que es pintar, no puedo pedir más.
La obra que hiciste para la colaboración se titula Armonía. ¿Qué es la armonía perfecta para ti? ¿Cómo la plasmas en la obra en cuestión y la consigues en la vida real?
Para mí la armonía está en la naturaleza y se consigue cuidándola y encontrando un equilibrio sin destruirla. En mi obra están representados los opuestos, la luz y la sobra, como imprescindibles para el equilibrio. Venus es la diosa del amor y los cisnes simbolizan la luz y la oscuridad que se complementan en el ciclo de la vida. El cisne, como animal totémico, es el transmisor entre hombres y dioses y, además, un icono de la pureza del alma y del amor eterno.
Vivimos en un mundo globalizado en el que mucha gente se une, a priori y sin darle muchas vueltas, a la opinión mayoritaria. ¿Eres de las que se deja llevar por esa marea o intentas diferenciarte y reivindicar siempre tu opinión real pese a las críticas?
Independientemente de la opinión que tengas siempre va a haber alguien que no esté de acuerdo, ¡es inevitable! Públicamente, lo cierto es que no soy muy reivindicativa. En general, no me gusta el conflicto. Aunque si me tengo que implicar lo hago a fondo. Quizás es por eso que prefiero centrarme en mi trabajo y, si puedo ayudar con alguna cuestión del momento, lo hago.
He oído por ahí que, aunque amas toda la parte creativa de la moda, te aburre un poquito todo lo que la envuelve. Pero en realidad estás siempre en el meollo. ¿Crees que es algo inherente a tu profesión estar siempre ahí para poder hacerte un nombre?
Es necesario, ¡pero no imprescindible! Siempre viene bien moverse un poco. Cuando acabas centrando tu trabajo en la parte que más disfrutas, como es mi caso, lo demás se lleva de otra manera. Además, me lo tomo como un ejercicio buenísimo para vencer mi timidez. Si fuera por mí, me atrincheraba en casa con mi gata y solo saldría para coger provisiones (risas).
Has colaborado con marcas muy importantes como Chanel o Swatch, siempre aportando algo de creativo en todas las acciones que realizas. ¿Es eso un requisito para ti, encontrar siempre una vinculación artística?
Intento que sea un requisito pero no siempre es posible. Trato, en la medida de lo posible, aportar siempre mi parte artística y centrarme en proyectos creativos que son los que realmente disfruto y le dan sentido a la acción en general.
Finalmente, estamos deseosos de saber cuáles son tus planes de futuro y expectativas.
Acabo de volver de Japón, de exponer en una tienda que se llama Ellipse en Tokio, y voy a empezar a fabricar productos con ellos. El viaje a Japón ha sido definitivamente un sueño hecho realidad, y poder diseñar para ellos, un verdadero privilegio. Muy pronto presento un libro de ilustraciones sobre arte para la editorial infantil Mosquito Books; es mi primer libro de ilustraciones así que no puedo estar más feliz. También estoy trabajando en otros libros de ilustración de los que por el momento no puedo contar mucho más para no gafarlo (risas). Por otro lado, sigo haciendo prints para marcas de moda. Estoy trabajando además en unos diseños de alfombras, de papel de pared, vajillas, etc. Me motiva mucho trabajar con diferentes soportes: es un verdadero reto y además, ¡así nunca me aburro!