Qué fácil es diferenciar entre un acto genuino y uno fingido. Cuando llega el día de la mujer se ve claramente. Logos de empresas que cambian a lila, nos felicitan, como si hubiera algo a celebrar, hacen campañas supuestamente inclusivas con modelos no convencionales, entre otras atrocidades que destapan la verdadera cara de las marcas. Andrea Zuckerman, mejor conocida como Zucki, tuvo un accidente y desde entonces va en silla de ruedas, y son estos actos los que la modelo denuncia.
El activismo lo practica ejerciendo su trabajo sin ser la ‘la chica con discapacidad’ que queda bien en el anuncio. “Queremos estar en los espacios, no en una sección alterna”, dice en esta entrevista. Allí está su queja, harta de tener que segregar a las personas con movilidad reducida y estar en espacios solo porque su rasgo primordial es la silla de ruedas. Hoy hablamos con ella sobre lo auténtico, el amor propio y el activismo en redes.
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Camisa FRANKIE SHOP, corset: MIAOU, pantalones ESANT, zapatos MACH AND MACH.
Estudiaste Diseño Industrial, y allí nació tu interés por las relaciones socioculturales. Un tiempo más tarde cursaste dos posgrados en Londres y en París para profundizar en el mundo de la moda. ¿Cómo y cuándo surge esta curiosidad o ese impulso para meterte de cabeza como modelo, o fue más bien un proceso gradual?
Fue aventarme directo a todo. Para mí, era introducirme al mundo de la moda que tanto amo pero hacerlo por algo importante, por generar visibilidad de mi comunidad con discapacidad, de desafiar los estereotipos. La idea surgió por un amigo fotógrafo que me dijo que podría modelar y de ahí tuve esta necesidad de ver cuerpos como el mío en una industria como esta.
Tener un accidente te cambia la vida, la perspectiva que tienes sobre esta, la manera en la que te mueves; probablemente también cambia la visión que los demás tienen de ti. ¿Cómo has vivido tú todos los cambios que han surgido en tu vida a raíz del accidente?
Es rudo porque no crecí conociendo la discapacidad, no había nadie en mi escuela así, era ignorante tristemente. Sin embargo, al romperme, también se rompieron todas las ideas que tenía de lo que representaba la belleza, el valor de una persona, y para mí se sintió como que la discapacidad me salvó de una vida de querer encajar y cambiar mi cuerpo. Claro que es difícil y muchas personas tienen mucho capacitismo hacia la discapacidad, entonces navegar eso y entenderlo fue complicado. Es aprender también que si tú piensas que algo está mal contigo, los demás lo van a percibir así también.
Existen obstáculos que dificultan la vida de las personas con movilidad reducida, como la falta de rampas en las vías públicas, aceras demasiado estrechas u objetos que se encuentran a gran altura. ¿Dónde encuentras más dificultades para moverte de manera autónoma?
En todos lados, la verdad, y es algo muy difícil porque la falta de rampas o de accesibilidad se sienten como un grito del mundo hacia ti de que no perteneces, y todos los días es reconstruirte y decirte a ti misma que vales lo mismo que los demás.
“Al romperme, también se rompieron todas las ideas que tenía de lo que representaba la belleza, el valor de una persona, y para mí se sintió como que la discapacidad me salvó de una vida de querer encajar y cambiar mi cuerpo.”
Tuviste el accidente hace cuatro años, y desde entonces has participado en charlas de amor propio y has convertido un asunto personal en un acto político, ¿en qué momento te das cuenta de que es un tema que necesita ser hablado?
Creo que viene desde mi privilegio. No me voy a conformar con ser tratada como algo menos, y al ser de una minoría, nuestra presencia se vuelve política. Es una manera de mostrar que necesitamos accesibilidad, y las personas que se dan cuenta de que hay que hacer un cambio son el primer paso. Y como dije, mi privilegio es lo que no me deja quedarme callada, porque merecemos más.
¿Cómo te ha afectado la falta de referentes?
Al principio me afectó muchísimo; ver series donde las personas con discapacidad son un error, son los malos, nos salvan milagrosamente, somos miserables… Yo pensaba, así no es mi vida, no quiero que sea así, y me preguntaba, ¿cómo saldré a una cita? ¿Cómo será el amor así? ¿La intimidad? ¿El respeto? ¿Lo laboral? Y ahí fue cuando me di cuenta de lo importante que es que estemos en todos los espacios y que seamos vistos, que nuestras historias se cuenten con honestidad.
Las redes sociales son una de las herramientas de comunicación más grandes que existen, donde la sobreexposición de las vidas ajenas da lugar a comparaciones con cuerpos normativos, tema que tiene décadas de historia y es extremadamente complicado de combatir. ¿Cómo vives o has vivido este proceso? ¿Eras consciente de la falta de inclusión?
Antes de mi accidente no era para nada consciente, y fue un proceso de educación. Darme cuenta también del contexto histórico, de que siempre las personas con discapacidad son las primeras en ser eliminadas. Nuestra existencia se elimina constantemente de la historia y el contexto. Aprender eso es el primer paso. Y como modelo recibí muchos más ‘no’ que ‘sí’, y ahí fue cuando llegué a la conclusión que tenía que venderme desde otro ángulo. Y es constantemente recordarte que eres igual de valiosa y mereces los mismos derechos.
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Has dado charlas sobre amor propio, inclusividad y la mortalidad individual. Todos los discursos que has ofrecido han cambiado la perspectiva de las personas que te han escuchado, pero en alguna ocasión has comentado que practicas el “activismo silencioso”, ¿en qué consiste para ti?
Para mí, el activismo silencioso es estar en un desfile, hacer una película con una historia genuina sobre la discapacidad, las fotografías, el arte en general.
Tras años trabajando delante de la cámara compartiendo espacio con directores, fotógrafos, otras modelos y demás profesionales, has acumulado una experiencia invaluable y has ido aprendiendo de errores que cometiste al empezar a construir tu carrera profesional ¿cuáles son las líneas rojas que no permites que sucedan mientras estás trabajando?
Lo más importante para mí es el respeto, ya sean imágenes de referencia en donde haya errores o de algún shoot de personas que usaron la discapacidad como un disfraz. También que siempre avisen si es accesible o no antes para tú prepararte emocionalmente.
Has trabajado con firmas como Chanel, adidas, o Calvin Klein, entre otras, que han abierto sus puertas a los cuerpos no normativos. ¿Has tomado la decisión de no apoyar económicamente a aquellas marcas que no dan esa posibilidad? ¿Crees que hay marcas que incluyen modelos con movilidad reducida o necesidades especiales de forma genuina y orgánica, o solo lo hacen como un espectáculo para quedar bien?
En marzo no trabajo. En el mes de la mujer todos quieren a la chica con discapacidad y no me quieren pagar. De esta manera no están valorando mi trabajo y digo que no. También he tenido que cortar relaciones con marcas cuando no tienen interés en mejorar la accesibilidad en sus eventos y que no se vea genuino.
La mayoría de las marcas lo hacen como espectáculo para quedar bien, solo sé que Anthropologie sí hizo una campaña supergenuina y con las opiniones de personas con discapacidad. Fuera de eso se siente falso. Por ejemplo, Victoria’s Secret el año pasado usó modelos con discapacidad, pero no para su show, sino para otro evento con puras personas con discapacidad. Así no es, queremos estar en los espacios, no en una sección alterna.
“En el mundo se necesitan modelos de personas que muestren que la vida no es perfecta, que hay altos y bajos, y que básicamente todos merecemos respeto y que todos tenemos valor.”
En algún post has comentado que no todos los días tienes seguridad en ti misma, hay días que incluso te avergüenzas de tu cuerpo y sientes que debes estar a la altura de tu antigua tú, ¿cómo luchas contra esos pensamientos? Elegir bien las personas que te rodean es clave, pero, ¿sientes que a raíz del accidente hay personas que se han quedado por el camino?
La mayoría de las personas las dejé atrás porque un accidente de esa magnitud te hace madurar muchísimo y, tristemente, a veces las personas no evolucionan como tú, y también tienen capacitismo interno y no me trataban igual. Cuidar mi energía es mi prioridad más grande. Y no me da miedo cortar a personas de mi vida porque si no me hacen sentir bien o me tratan como menos, no tengo por qué contaminarme de esa energía cuando amarte es un trabajo de 24/7.
Aaron Rose Philip nos comentó que para combatir el odio, en ese caso el racismo, se necesitan personas que estén en altas posiciones de la industria que se atrevan a tener conversaciones incómodas para generar un impacto y poner las cartas sobre la mesa. ¿Qué cambios crees que deben suceder para que el mundo de la moda abra sus puertas y esté dispuesto a normalizar e incluir modelos de todo tipo?
Creo que inicia dejando de tenerle miedo a la discapacidad y realmente querer abrir los espacios. Cuando se abran las puertas para las personas con discapacidad es cuando se verá el cambio real: somos la comunidad más llena de todo tipo de personas, sin discriminación, de cualquier religión, color de piel, identidad sexual; somos la clave y la última pieza. Eso va a tomar tiempo, pero cada paso importa y cada avance es un gran avance.
Tu carrera ha nacido en México, tu país natal, y está cruzando el charco para crecer y darte a conocer. ¿Qué tipo de influencia te gustaría que se viera representada al mencionar tu nombre?
Me gustaría ser conocida por ser genuina, transparente y vulnerable. En el mundo se necesitan modelos de personas que muestren que la vida no es perfecta, que hay altos y bajos, y que básicamente todos merecemos respeto y que todos tenemos valor.
¿Tienes algún proyecto entre manos que nos puedas confesar o igual algún sueño que pensaste que no se cumpliría nunca?
Pues ahora voy a empezar a actuar y es un sueño. Participaré en una serie que se llama Ojitos de huevo, de Santiago Limón, para Netflix.
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