Tras una máscara que esconde de todo menos cobardía, la Woolman Family mantiene una incesante y valiente lucha contra el sexismo, el clasismo, el racismo, la xenofobia y demás dolencias de una sociedad que ellos definen como “confundida y manipulada”. Con un rostro cubierto que pretende cuestionar la apariencia externa y las actitudes y comportamientos que adoptamos en sociedad, y sintiendo predilección por la performance, los Woolman utilizan el arte como objeto de denuncia y provocación. Y el resultado es, como ellos bien dicen, una “absoluta fantasía”. Orgullosos de su trayectoria y unidos por sus ideales comunes, se convierten en una familia rompedora, atrevida e indudablemente muy, muy auténtica.
Una breve explicación propia que sirva de presentación para los que esta es la primera vez que oyen hablar de la Woolman Family. ¿Cómo pasa de ser una idea platónica a un proyecto real?
Woolman Family es un grupo de artistas con el objetivo común de cuestionar la apariencia externa y nuestro modo de hacerlo es a través de la máscara, la performance y la indumentaria. Nos autodefinimos como una familia A.T.A., que son las siglas de Artistas Travestis Activistas; somos travestis humanos que elegimos nuestro género a voluntad, cuando es necesario. Todo empezó en 2005 con Sr. Woolman, que fue el primer integrante de la familia. Con el tiempo se fueron desarrollando otros personajes, y ahora, casi hemos perdido la cuenta de cuántos somos, pero podríamos ser un grupo de más de veinte familiares que convivimos y actuamos juntoas.
Vuestra rompedora iniciativa nace en 2005. ¿Qué es lo que os sigue motivando para liderar este movimiento, más de diez años después?
La motivación primordial para seguir trabajando con este concepto es que todavía queda mucho camino por recorrer y muchas personas a las que despertar de su ostracismo sexista, clasista, racista, xenófobo y de todos los demás. Creemos que el ser humano tiene todos esos problemas porque no ha tenido suficiente tiempo para darse cuenta y pensar en ello; es un problema de la sociedad, no del individuo, y por lo tanto es algo que se puede solucionar. Por ahora nos sentimos muy gratificadoas porque después de quince años de trayectoria se empiezan a ver los resultados de nuestra labor.
Habéis experimentado un proceso de transición brutal, desde el anonimato e incluso el rechazo o el desprestigio, al reconocimiento y al éxito. ¿Cómo ha sido este viaje?
Desde el primer momento, el rechazo estuvo inherente en el concepto Woolman y lo sigue estando, de la misma forma que también lo estuvieron el éxito y el reconocimiento; la gran diferencia es que han cambiado los tornos y ahora hay más gente que nos ama. En 2005, y de un modo totalmente aislado, empecé con el concepto Woolman, era el florecer del selfie y nuestras pantallas estaban repletas de las mismas fotos una y otra vez. El arte en su contestación natural empezó a esconder los rostros, en 2017 la moda robó del arte el concepto de la máscara y lo lanzó a las pasarelas de todo el mundo. Es lo que hace el diseño, toma los conceptos artísticos y los vuelve asequibles popularizándolos. Lo que ha sucedido es que ahora, para la mayoría, la máscara es moda, y ha superado el miedo que produce el arte, lo innovador, y se ha infiltrado en el diseño, lo común.
La Woolman Family cada vez es más amplia. Debe ser enriquecedor, reconfortante y motivo de orgullo ver crecer una comunidad tan icónica y tan reivindicativa, cada vez más poderosa…
Muchas gracias, y sí, es muy gratificante vivir algo que nace desde un individuo sin ninguna idea preconcebida de hacia dónde se encaminará el proyecto o de lo que va a suceder a nivel público, y se convierta en una en una gran familia que trabaja y lucha por ideales comunes. Una absoluta fantasía.
Si hay algo característico de la Woolman Family es el mantenimiento del anonimato. ¿Por qué?
Las personas vamos cargadas con todo lo que significamos para nosotras mismas y para loas demás; nos identificamos con nuestro físico, con nuestras expresiones y nuestro modo de comportarnos y de movernos en sociedad. La máscara nos convierte en otroas, el anonimato nos protege del ego y nos ayuda a ser nosotroas mismoas dentro de la familia, sin el peso de lo que significa ser el actor y el personaje, todo es uno. Además de que carece de toda importancia quién está dentro… Lo importante es su comportamiento hacia fuera.
La performance es vuestra disciplina artística predilecta, por la que más se os conoce y con las que más popularidad habéis ganado. ¿Hay otros tipos de interdisciplinas o manifestaciones artísticas con las que también os sintáis tan cómodos?
La performance es una disciplina muy completa en la que nos sentimos confortables, así como todo lo que en sí conlleva: el diseño y la confección de los personajes, su caracterización y el trabajo de construcción de cada unoa de nosotroas –sin olvidar la puesta en escena y los guiones. Es a lo que dedicamos gran parte nuestra atención. También hacemos trabajos como modelos, presentadoreas, animadoreas o anfitrioneas en eventos privados, organizamos fiestas y colaboramos activamente con artistas de todo tipo, etc. En la familia hay diseñadoreas de moda, gráficoas, pintoreas, estilistas y fotógrafoas.
También mencionáis la importancia de aquello oculto en nuestro subconsciente. ¿Por qué ese interés en el subconsciente? ¿Es ahí, lejos de las pretensiones, donde está la sinceridad y donde el humano esconde su peor y su mejor versión?
Las personas estamos olvidando lo que somos. Vivimos desarraigadas de nuestra naturaleza, de nuestros sueños y de nuestra verdad primigenia. En la abstracción de la música, de las matemáticas o de la pintura es donde está la autentica evolución del ser humano. Una persona que entiende el simbolismo y la abstracción es más amplia y está más preparada para entender y amar a loas demás. En el subconsciente es donde yace nuestro poder abstracto y simbólico, es el lugar donde se desarrollan nuestros pensamientos auténticos y donde vive nuestro ‘yo real’, sin ego ni parafernalias. No creemos en una mejor o una peor versión de las personas, sabemos que en todoas nosotroas están las opciones de hacerlo de un modo o de otro y eso define nuestros actos.
Lucháis contra la hipocresía, el odio, la intolerancia y la intransigencia. ¿Cuál es la cura para estas dolencias de la sociedad?
No creemos que haya una cura porque no hay ninguna enfermedad. La sociedad lo que está es confundida, engañada, manipulada, extorsionada, temerosa, apabullada, ninguneada… Así que para nosotroas no hay cura pero sí remedio, y es el ser conscientes de nosotroas como individuos y como especie. Las personas deberíamos dejar de creer y empezar a ser, arraigar nuestros conocimientos en la raíz de nuestro yo y darnos cuenta de que somos un todo de posibilidades, tanto a nivel particular como grupal.
¿Quién o quiénes consideráis referentes o fuente de inspiración?
Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Leigh Bowery, Jean-Paul Sartre, Simone Weil, Boris Vian, Mark Rothko, John Waters, Ed Gein, Lao-Tzé, La Cubana… entre otroas.
Habéis tenido presencia en sitios como Vogue, la 080, Loom Festival, etc. ¿Qué es lo siguiente? ¿Cómo o dónde os veis en un futuro próximo? Alguna meta, algún que otro sueño…
Ahora estamos trabajando junto a Santo en un proyecto de vídeo-mapping muy interesante, que se presentará en breve en la Galería Artevistas, y también estamos organizando en Ocaña la quinta edición de Karaoke A Todo Plumón, una fiesta mensual muy loca donde el público canta a dúo con un elenco de más de doce drags. Ambos eventos en Barcelona.
Unas palabras que todos debamos aplicarnos.
Las palabras mienten aunque a veces pueden ayudarnos a decir la verdad.