Existe cierta tendencia a pensar que tradicional es sinónimo de anticuado, cuando en realidad la artesanía es uno de los máximos representantes de la conexión del ser humano con la naturaleza y sus raíces. En un mundo enfocado en la innovación tecnológica y el futuro, es importante dar voz a iniciativas que fusionan contemporaneidad y clasicismo, como es el caso de VOA, un proyecto dedicado a impulsar el trabajo de artesanos y sus obras. Y por si tienes alguna duda, hoy hablamos con sus fundadoras.
Elena y María, gallegas y entusiastas de todo lo artesanal, tienen claro su objetivo: dar a conocer a creadores con estilo propio, conocer sus necesidades y promocionar su trabajo en el mercado tanto dentro como fuera de España, ayudándoles a desplegar sus alas (de ahí el nombre). Respaldadas por instituciones tanto públicas como privadas, nos explican el esfuerzo y trabajo, pero también satisfacción que se esconde tras este interesante proyecto.
Para quien no conozca Voa, ¿podéis hablarnos un poco más sobre el proyecto y quién lo conforma?
Voa es un proyecto enfocado en la artesanía contemporánea que surgió del impulso de ayudar a artesanos y creadores que emplean técnicas tradicionales y tienen un estilo y una voz únicos a alcanzar sus metas, tanto desde el punto de vista creativo como de negocio. Esa idea y nuestra pasión por la artesanía fue la que nos llevó a nosotras, que somos dos socias que procedemos del mundo de la comunicación, a comenzar a investigar, a hacer una labor de escucha con los artesanos, a conocer sus necesidades y dificultades, los mercados más adecuados para sus obras, los agentes que operan en ellos, los profesionales e instituciones relevantes del sector, etc. e ir configurando poco a poco lo que hoy es Voa: una plataforma de promoción de artesanos contemporáneos y de comercialización de sus obras en el mercado nacional e internacional.
La palabra ‘voa’ proviene del gallego y significa volar. ¿De qué manera estáis conectadas con Galicia y qué os ha llevado a escoger este concepto como título para vuestra plataforma?
Las dos somos gallegas y estamos repartidas entre Galicia y Madrid. El nombre de la plataforma quiere ser una invitación para creadores (y para nosotras mismas) a desplegar las alas, a dar el salto y a levantar el vuelo hacia los horizontes que se vayan marcando: donde quieren estar vendiendo sus piezas, creando, colaborando con otros artistas; persiguiendo, en definitiva, sus objetivos y sus impulsos creativos de manera enriquecedora y también eficaz.
Galicia también es conocida por ser tierra de artesanos: cerámica en Buño, carpintería en A Estrada, creación de joyas en Vía de la Plata… Contadnos más sobre vuestra vida en el norte y de qué manera os ha influenciado.
Nuestra cultura y nuestra economía están muy ligadas a la tierra y a lo manual, y es algo que se palpa desde que eres niña. Lo ves en las fiestas, en los mercados tradicionales, pero también en un montón de objetos cotidianos y domésticos que te rodean desde siempre: piezas de barro para cocinar, cestos para la ropa, zuecos, encajes, collares de conchas, tablas y tallas de madera, velas. Infinidad de objetos que ponen de manifiesto una tradición de producción artesanal y de maestría que se ha transmitido de generación en generación y que se ha ido conservando y, en ocasiones, depurando en las manos de jóvenes creadores que están convirtiendo muchas de esas técnicas en el medio de expresión con el que canalizar sus impulsos creativos.
El 17 de julio publicáis por primera vez un post en Instagram en el cual os definís como un “espacio de referencia para la visibilidad y promoción de artesanías y sus creadores”. A pesar de llevar tan solo unos meses en marcha ¿habéis notado una buena acogida?
La verdad es que ha sido fantástica y estamos muy muy agradecidas. Hemos recibido muy buena respuesta por parte de organismos e instituciones vinculados con la artesanía y el diseño, como Fundesarte, Artesanía de Galicia, la Real Fábrica de Cristales o la Fundación Loewe, y particularmente de artesanos, artistas y creadores que han visto en Voa el lugar donde quieren estar, tanto por la estética de la plataforma y su forma de comunicar, como por nuestra manera de trabajar, que pretende ser muy cercana con ellos, muy honesta y basada en la confianza y en la conexión.
Emprender nunca es fácil. ¿A qué dificultades os habéis enfrentado a la hora de empezar?
No, no es nada fácil pero tiene un aliciente fundamental: supone estar aprendiendo continuamente. Y eso es muy estimulante. Exige una superación personal y profesional continuas, nunca te aburres. En cuanto se te presenta un reto y logras resolverlo, aparece el siguiente. La suerte que hemos tenido y que nos sigue acompañando es que tenemos unos colaboradores fantásticos que nos ayudan y nos orientan en todo aquello que nosotras no dominamos, y así cualquier dificultad se va salvando.
Aún con pequeños contratiempos, habéis contado con el apoyo de instituciones como Fundesarte o Loewe, como nos comentabais, con las que compartís vuestra pasión por la artesanía. ¿De qué manera influye esta acogida en vuestra empresa y cómo habéis sentido su apoyo?
Cualquier respuesta positiva sobre Voa es un subidón, pero cuando se trata de entidades expertas en la materia con la que tú trabajas, la artesanía en este caso, es un espaldarazo con mayúsculas. Lo que entiendes cuando instituciones como la Fundación Loewe o Fundesarte elogian tu proyecto es que no te estás equivocando, que vas por el buen camino. Y eso sí que es importante cuando emprendes: no solo acertar en las decisiones particulares que vas tomando, sino sobre todo saber que no equivocas el rumbo, que vas en la buena dirección.
Hoy en día es importante el ayudarse y colaborar. ¿Creéis que uno de los pilares del éxito de este tipo de iniciativas es la cooperación entre empresas del mismo sector?
Nos parece clave fomentar la colaboración y adoptarla como filosofía de trabajo. Una de las líneas en las que basamos nuestros proyecto es precisamente la colaboración con entidades públicas y privadas, en sentido amplio. Es una manera de hacer que surjan nuevas oportunidades, obtener otros puntos de vista, enriquecer los procesos, pensar de una manera más abierta.
En general, pensamos que siempre es una estrategia enriquecedora y es algo que tratamos de fomentar también entre los artistas que forman parte de Voa porque colaborar estimula, permite aprender de los otros, etc. Cuando los esfuerzos se suman, los resultados se multiplican.
En general, pensamos que siempre es una estrategia enriquecedora y es algo que tratamos de fomentar también entre los artistas que forman parte de Voa porque colaborar estimula, permite aprender de los otros, etc. Cuando los esfuerzos se suman, los resultados se multiplican.
“Lo artesanal nos aporta sosiego y nos reconcilia con lo puramente humano.”
Me gusta el nombre de vuestra primera colección, Lavandeira (otro término gallego con el que se conoce al pájaro Mostacilla Alba), y como habéis continuado con una misma temática narrativa sobre alzar el vuelo. El proyecto cuenta con una veintena de artistas con estilos y procesos de creación diferentes. ¿Qué les une en Lavandeira?
Son todos muy distintos, es verdad, pero la característica común que mejor los define pensamos que es que cada uno de ellos tiene una voz única, una manera propia y diferenciada de expresarse a través de una técnica tradicional, que es lo que los sitúa en ese espacio tan fecundo que se genera cuando se cruza arte y artesanía.
Al hablar de los artistas, es inevitable pensar en las creaciones tan variadas que realizan con materiales como pueden ser la madera, la cerámica o incluso el vidrio. Con perfiles tan variados ¿qué debe tener un profesional de la materia para captar vuestra atención?
Desde que empezó a gestarse Voa hasta ahora hemos visto obras de infinidad de artesanos y creadores, desde lo más tradicional hasta lo más rompedor, y al final nuestros ojos han ido adquiriendo un filtro natural que nos hace dar un frenazo cuando vemos esa voz única de la que hablábamos, esa manera de crear imprimiendo un sello propio, compartiendo técnicas, pero logrando un acabado personal que hable de quien crea la obra y de su impulso creativo.
A eso se añade nuestros gustos personales, que son muy distintos, y también la aportación de nuestros colaboradores, que nos ayudan a que el conjunto de obras, dentro de sus deseables diferencias, tengan equilibrio y armonía.
A eso se añade nuestros gustos personales, que son muy distintos, y también la aportación de nuestros colaboradores, que nos ayudan a que el conjunto de obras, dentro de sus deseables diferencias, tengan equilibrio y armonía.
Y una vez trabajan con vosotras, llega el momento de plantearse a qué público quieren llegar. ¿Es difícil acceder al mercado internacional, o, por el contrario, en otros países se valora más este tipo de técnicas?
Abrir cualquier mercado es difícil y lento, no hay fórmulas mágicas, por eso es importante intentar tocar todas las teclas, tanto en el mundo digital como en el de las relaciones directas con profesionales, entidades y actores relevantes de la artesanía, el diseño, el interiorismo, el arte, etc. Hay países que tienen especial sensibilidad con las técnicas tradicionales, China y Japón, por ejemplo, pero en España hay también una gran tradición que cada vez se aprecia más y que está dando lugar al surgimiento de muchos jóvenes artesanos que quieren trabajar desde la raíz construyendo discursos nuevos y personales.
Europa en su conjunto es también cada vez más consciente de la riqueza de su cultura material, en América pasan cosas parecidas… En realidad, hay una tendencia general (que trasciende la simple moda) hacia una valoración cada vez mayor de lo manual, seguramente como respuesta a una economía de la sobreproducción y de lo digital que nos tiene a todos bastante agotados. Lo artesanal nos aporta sosiego y nos reconcilia con lo puramente humano.
Europa en su conjunto es también cada vez más consciente de la riqueza de su cultura material, en América pasan cosas parecidas… En realidad, hay una tendencia general (que trasciende la simple moda) hacia una valoración cada vez mayor de lo manual, seguramente como respuesta a una economía de la sobreproducción y de lo digital que nos tiene a todos bastante agotados. Lo artesanal nos aporta sosiego y nos reconcilia con lo puramente humano.
El mercado del arte ha sido influenciado por el capitalismo y la industrialización, que promueven la fabricación de productos en masa y homogéneos. Como plataforma que le da la misma importancia tanto al proceso de creación como al producto final, ¿podríamos decir que es una forma de protestar contra este tipo de prácticas?
El arte es, en esencia, lo contrario de la producción industrial y lo homogéneo, pero siempre ha surgido de la creación artística previa y se ha alimentado de lo que ocurre a su alrededor. Un artista, si es honesto consigo mismo y con su obra, no se conforma con copiar lo que otros hacen, sea su vecino de al lado o alguien que está creando al otro lado del mundo.
Nosotras le damos tanta importancia al proceso porque es lo que da valor al producto final y trasciende la mera utilidad de ese objeto. Hay un valor inmaterial fácil de sentir y, quizá, difícil de explicar en cada objeto artesanal, por eso nosotras hacemos un gran esfuerzo en contar las historias que hay detrás de cada pieza y mostrar de quién son las manos que lo crean.
Nosotras le damos tanta importancia al proceso porque es lo que da valor al producto final y trasciende la mera utilidad de ese objeto. Hay un valor inmaterial fácil de sentir y, quizá, difícil de explicar en cada objeto artesanal, por eso nosotras hacemos un gran esfuerzo en contar las historias que hay detrás de cada pieza y mostrar de quién son las manos que lo crean.
Y hablando más de vuestra filosofía, ¿qué valores os gustaría promover y expandir?
Los que nos hacen esencialmente humanos: la creatividad, la conexión personal, la creación manual, el respeto a los procesos y a sus tiempos, la escucha, el consumo consciente y responsable, la sensibilidad con los materiales, el equilibrio entre la tradición y la creación… Hay un lugar, decimos en nuestro claim, donde es posible avanzar y permanecer, donde las manos piensan, los cerebros se emocionan y los corazones planean y ejecutan. Queremos que ese lugar sea Voa.
Este campo no solo se ha visto afectado por el consumismo sino también por la digitalización. En un mundo cada vez más conectado, con nuevas formas de arte digital y herramientas como la Inteligencia Artificial, ¿pensáis que el oficio del artista artesano se encuentra en crisis, o, por el contrario, es cada vez más necesario frente a todo esto?
En absoluto, nos parece cada vez más necesario, tanto para quien tiene el impulso de crear como para quien necesita conectar o reconectar con lo material y con lo manual. Los cambios, sobre todo los tecnológicos, siempre dan miedo. Cada cierto tiempo parece que va a pasar algo que acabe con la esencia de la humanidad, pero de momento no ha ocurrido. Seguramente porque somos lo que somos, es decir, seres sensibles, imperfectos, aceptablemente inteligentes, hábiles, vulnerables, sociales, expresivos, nos fascinan las historias… Y, aunque suframos crisis y nos alejemos de algunas de esas características que nos hacen humanos, siempre acabamos volviendo, reconectando.
Lo que sí es cierto es que utilizar medios digitales para emprender puede ser buena opción, aunque con piezas artísticas tan especiales a veces pueda costar adaptarlo a un post de Instagram. ¿Cómo conseguís canalizar esencia y autenticidad a través de una pantalla?
Hablando mucho con nuestros artistas y conociendo bien cómo son y qué los mueve a crear cada pieza. Es la única manera de comunicar bien y ser fieles a lo que ellos son; respetar sus propias voces. Aunque nuestra plataforma tiene un soporte digital, el trabajo que hay detrás, offline y de contacto personal, es el que tiene más peso. Es también un trabajo muy artesanal, que requiere tiempo y mimo.
¿Hacia dónde se dirige Voa y qué podemos esperar de ella en un futuro?
En lo más inmediato, nuestra nueva colección, que se llamará Xílgaro (jilguero) y que mantiene nuestro sello de ofrecer piezas singulares de creadores con una personalidad artística muy marcada. Habrá mucho color, mucha luz, obras con toques surrealistas, tradiciones reinterpretadas… Nos tiene enamoradas: no podía ser de otra manera.
Ahora tenemos el corazón dividido entre Xílgaro y Lavandeira. A diferencia del mundo de la moda, nuestras colecciones nacen para quedarse, son espacios creativos permanentes en los que vamos incorporando obras de los artistas que integran cada una de ellas, mostrando sus universos creativos y lo que ocurre dentro de ellos, cómo evolucionan. La suma de todos ellos constituye el universo Voa, en el que queremos que siempre estén pasando cosas.
Ahora tenemos el corazón dividido entre Xílgaro y Lavandeira. A diferencia del mundo de la moda, nuestras colecciones nacen para quedarse, son espacios creativos permanentes en los que vamos incorporando obras de los artistas que integran cada una de ellas, mostrando sus universos creativos y lo que ocurre dentro de ellos, cómo evolucionan. La suma de todos ellos constituye el universo Voa, en el que queremos que siempre estén pasando cosas.