La pasión por la artesanía, la curiosidad por el diseño, o las memorias de su madre artista mientras trabajaba son algunas de las razones que han llevado a Valeria Vasi a crear unos jarrones bellos, funcionales y delicados. Ha sido directora artística freelance durante años, trabaja para Bottega Veneta, y hace unos meses decidió lanzarse a la aventura. De forma natural surgió su interés por involucrarse en procesos artesanales y ha acabado fundado su marca. Y no podemos estar más contentos. Si creías que lo artesanal estaba muerto, repiénsatelo.
Valeria, ¿podrías contarnos un poco quién eres y qué has estudiado?
Nací en Moscú y a los seis años vine a Barcelona. Desde entonces he pasado gran parte de mi vida entre estas dos ciudades. Después de estudiar marketing en Barcelona, me di cuenta de que lo que realmente me interesaba era la moda. Por eso decidí irme a vivir a París, y allí tuve la gran suerte de trabajar como directora artística freelance en distintos eventos y desfiles. Ahora vivo en Barcelona y trabajo en Bottega Veneta, donde me ocupo de los conceptos de marca relacionados con las nuevas colecciones y las tendencias.
Por lo que veo, el proyecto es muy nuevo. Por más que busco encuentro pocos detalles y, además, por ejemplo, el primer post de la cuenta de Instagram es de marzo. Así que cuéntanos, ¿cuándo nace este proyecto y qué objetivos persigue? ¿Y qué tal está yendo de momento?
¡Sí, así es! Todo empezó de una manera muy espontánea y natural. Después de haber trabajado diez años en el mundo de la moda, me apetecía experimentar otros campos. Así empecé a experimentar con la cerámica y, poco a poco, me fue gustando; y así fue como decidí lanzar la marca. Además me permite desarrollar dos cosas que me gustan mucho: poder crear objetos y pensar la dirección creativa. Así nació Valeria Vasi en enero de este año. El punto de partida fue mi curiosidad por el mundo del arte y del diseño y, sobre todo, por el proceso manual de la artesanía y en particular de la cerámica.
En tu web he leído que “Valeria Vasi nace de la fascinación por el diseño de objetos, las esculturas, y el arte plástico”. Pero dime, ¿qué interés vino primero: el diseño, la escultura, o el arte visual? ¿Hay alguno que ocupe un espacio mayor?
Desde muy pequeña, el mundo del arte ha estado muy presente en mi familia ya que mi madre es escultora y pintora. He tenido la suerte de haber crecido entre Moscú y Barcelona, dos ciudades con culturas completamente distintas que me han hecho más permeable y abierta a expresiones artísticas muy distintas. Para mí es muy difícil separar arte o diseño, y creo que cada vez la frontera entre ambos campos está más diluida. Tengo la suerte de viajar mucho por trabajo y en cada lugar donde voy procuro encontrar tiempo para visitar museos y exposiciones.
Has estado –y estás– en el mundo de la moda, pero tal como dices, tu madre es escultora y el arte siempre ha estado ahí. ¿Siempre supiste que, en algún momento, querrías dedicarte al diseño de artículos de interior o surgió a partir de algo en especial?
La verdad es que el diseño siempre me ha gustado, pero sin pensar que podía dedicarme a ello. Ha sido una especie de evolución –como ir pensando alguna pieza determinada que me gustaría tener en casa. Supongo que también ha influido el hecho de vivir con mi pareja, que es interiorista, y que los dos compartimos la obsesión por los objetos bellos.
En una era en la que el plástico, lo prefabricado y lo industrial predominan, tú vas a contracorriente y apuestas por la artesanía, por el hacer las cosas a mano. Supongo que es difícil ir contra las leyes del mercado. ¿Por qué abogas por los productos handmade, y cuáles son los mayores retos a los que te enfrentas al hacerlo? ¿Y la mayor satisfacción/recompensa que obtienes?
Supongo que todo depende de dónde quieras llegar y en mi caso no pretendo alcanzar un gran mercado –tampoco podría, se trata de unas piezas casi únicas o de series muy pequeñas. Me gusta así, el trato directo con el material, la fabricación artesanal, el acabado personalizado y también el trato casi directo con el cliente. Es todo un viaje, un proceso que me inspira y que disfruto haciendo. No soy la única, cada vez somos más los que preferimos apostar por productos ecológicos, cosas únicas, materiales naturales, etc.
De momento veo que estás centrada en los jarrones. ¿Qué tiene esta pieza que la hace tan especial? Y como curiosidad, ¿te planteas expandir horizontes y atreverte con otros objetos?
Diría que en mis piezas confluyen la forma y el volumen y mi intención es la de crear unas pequeñas esculturas funcionales de líneas definidas. Me gusta que las formas jueguen con el vacío que las envuelve, que la frontera entre lo que es materia y lo que no es se diluya. Son piezas que juegan con la presencia, la ausencia y la sombra. Por ahora estoy experimentando con la cerámica pero me gustaría experimentar con otros materiales o quizá otro tipo de piezas en un futuro. No sé, de momento estoy empezando.
“Me gusta que las formas jueguen con el vacío que las envuelve, que la frontera entre lo que es materia y lo que no es se diluya.”
Puedo imaginar o visualizar tus piezas en distintos sitios: desde pisos señoriales de l’Eixample (ya que estás en Barcelona) hasta casas más rurales o incluso masías, pasando por todo tipo de tiendas y restaurantes. Así que dime, ¿tienes algún cliente o sitio en particular en mente cuando creas?
Me gustan las formas básicas, lo sencillo y con una estética mediterránea. Por eso podría imaginar perfectamente mis piezas tanto en una masía austera como en un piso Haussemannien en París. Creo que mientras sea un espacio único y honesto, mis piezas podrían integrarse a la perfección. De todos modos, lo que me encanta es ver cómo cada cliente integra la pieza en su propio espacio.
Varias de tus piezas tienen un sentido de unión, ya que se complementan. Por ejemplo, los jarrones Duo Vase, que en realidad están ‘partidos por la mitad’. ¿Crees que individualmente no cumplen la misma función? ¿Funciona el uno sin el otro?
Yo creo que sí, cada pieza y cada forma tienen entidad por sí mismas. Pero como ya he dicho, me fascina la unión de forma y volumen y, al ser dos, el juego se vuelve mucho más rico en matices. La geometría interior del objeto juega con el espacio exterior y con la otra presencia de la otra pieza, es como un diálogo de sombras y materias. Cada pieza es única pero todas ellas están pensadas como parte de un conjunto.
¿En qué te inspiras a la hora de diseñar?
Por mi trabajo viajo mucho y esto me ayuda a tener una visión amplia a nivel artístico y cultural. Me encanta visitar museos, galerías, ferias, espacios arquitectónicos, etc. y creo que todo lo que absorbo durante los viajes es mi inspiración. Y quizá en memorias antiguas. La geometría para mí es algo ancestral, original, en el sentido de origen.
Movimientos artísticos, materiales, formas, colores, etc. ¿Tienes algún tipo de preferencia a la hora de decorar interiores?
La verdad es que me gusta lo natural, lo simple y mejor si está hecho artesanalmente. Me gusta la combinación de diseño y artesanía, recuperar cosas que ya han tenido otras vidas. A nivel estético me gusta mezclar referentes de distintos campos, como el arte o la moda. Admiro a escultores como Oteiza, Brancusi, Hepworth, a arquitectos como Manrique, Barragán, o Coderch, y a pintores como Malevich o Kandinsky.
¿Cuáles son tus planes a futuro? ¿Quizás alguna nueva exposición o línea de productos?
En septiembre participaré en dos exposiciones: una en París durante la Semana del Diseño, dentro de un proyecto llamado 1000 Vases en colaboración con @sayhito. Y otra Madrid, llamada Mujer objeto, en la que se cuestiona el género en el diseño y en el ámbito de la creación en general. Habrá un conjunto de obras hechas por mujeres emergentes a nivel nacional. Y también estoy preparando piezas nuevas que estarán disponibles en mi web a finales de octubre.