En su adaptación a los nuevos tiempos, Untitled Gallery es una nueva galería nómada que yuxtapone la tecnología con el arte contemporáneo. Héctor Vidal fundó este novedoso proyecto hace dos meses aproximadamente, “aunque ya lleva años de preparación”, afirma el joven emprendedor. Siguiendo un enfoque disruptivo, “no solo queremos trabajar pintura, también escultura… buscamos incluso rozar la alegalidad dentro del arte urbano, porque es ahí donde se genera el impacto”.
Originario de Albaida (Valencia), Vidal no proviene del mundo del arte, “sino un poco de todo lo contrario. Primero, estudié Informática de Telecomunicaciones y luego, cuando me mudé a Londres a los veintiún años, trabajé como product manager en HarperCollins, me metí en venture capital, monté mi primera start-up de datos… En ese tiempo he aprendido diferentes modelos de negocio e innovación que me han venido muy bien, pero, por otra parte, después de visitar la Tate Modern, el Barbican, la Gagosian, etc. fue cuando realmente me di cuenta de que el mundo del arte me tiraba mucho”, declara el joven galerista.
Hasta el momento, Untitled Gallery ha desarrollado su actividad principalmente en Barcelona, Valencia y Madrid, contando con artistas como Gemma Alpuente (Algemesí, 1993) y Samuel De Sagas (Málaga, 1983; afincado en Barcelona). El pasado domingo 21 de julio se celebró su sesión más reciente de live painting con Miguel Ángel Belinchón Bujes, alias Belin (Linares, 1979), un referente del ‘postneocubismo’ en el street art y el óleo. Además, Belin ha expuesto recientemente junto a otros grandes artistas de arte urbano (Okuda, TelmoMiel, Musa 71, Leon Keer, Suso33, Irene Lopez, y más) en el Straat Museum de Ámsterdam con motivo de la colectiva Duo. Beyond Two Visions: A Spanish Dutch Creative Collaboration. “Después del hype de aquel show pensamos en hacer nueva obra con él y, de hecho, el pasado domingo pintó un lienzo a spray durante cinco horas en el directo de Instagram, en colaboración con nosotros, Cultura Inquieta y Plataforma PAC”, explica Vidal. “Próximamente, también queremos traer a Mariana Oushiro (São Gotardo, 1992; afincada en Nueva York), que estuvo trabajando recientemente con Arma Gallery”.
De esta manera, Untitled se especializa en proyectar el proceso creativo más allá de los estudios de los artistas, apostando plenamente por el storytelling dentro de su estrategia de contenidos y eventos comerciales. “El objetivo de esta narrativa es enseñar esa parte más privada, más íntima del artista. A los coleccionistas les interesa conocer en qué espacio físico y mental se encuentran los artistas para conectar mejor con ellos, no solo con su obra. También es una forma de compartir esa experiencia phygital con el público general, mediante el live streaming y la asistencia presencial. Entonces, a través de las redes redirigimos a la gente a nuestra plataforma, donde pueden encontrar tanto la obra original del artista como la que se está haciendo en directo. Nuestra obra original se encuentra entre los mil y los seis mil euros, aunque con Belin subimos a quince mil. No obstante, también tenemos prints para ofrecer una línea más asequible”, declara el galerista.
“Tu piensa que el artista casi nunca tiene tiempo para desarrollar toda esa comunicación a pesar de lo importante que es. Un ejemplo bonito fue cuando trabajamos con el artista emergente Pablo Ozo (O Grove, 2000; reside en Madrid), el restaurante BiBo (Madrid) del chef Dani García, que actualmente tiene tres Estrellas Michelin, y su coctelería El Coleccionista. Nosotros queríamos ofrecer una activación muy íntima en su reservado, por lo que planteamos cuatro mesas de entre ocho y nueve personas con un menú de 150 euros en el que había platos del BiBo, el Smoked Room, etc., acompañado de un maridaje de vino, champagne y coctelería. Una experiencia única donde unimos gastronomía y servicio artístico en directo, porque organizamos un live painting como el de hoy, pero también con opción a subasta. La verdad es que fue todo un subidón de adrenalina, ¡un éxito! Muchos salieron con las obras debajo del brazo, emocionados por esa fusión de alta cocina, buen servicio y arte en vivo”, relata Vidal con sincero entusiasmo.
“Estamos mirando para hacer más activaciones en diferentes sitios y nuevas colaboraciones, como nuestra última amplificación de contenido con Cultura Inquieta. Madrid nos está arropando mucho, de hecho, queremos abrir un par de pop-ups de más duración aquí. También estamos hablando con hoteles de cinco estrellas, donde ya hay un potencial comprador, y con varios museos para organizar este tipo de experiencias exclusivas, pero al mismo tiempo accesibles, porque los seguidores de los artistas pueden llegar y hablar con ellos. El arte es un reflejo de la vida, entonces tienes que vivirlo con el artista. Lo que más me apasiona de todo esto es la recepción que está teniendo, pero también, el hecho de bajar el arte un poco a la tierra y que el público se lo pase bien”, concluye Héctor Vidal.
Inés Jimm y su experiencia en el live painting de Untitled Gallery
Del 8 al 10 de julio, tuvo lugar el cuarto evento de Untitled y el segundo celebrado en Madrid: un live painting a cargo de Inés Jimm (Sevilla, 1996) en el Espacio Olivar8, ubicado en el barrio madrileño de Lavapiés. Esta joven artista tiene un Máster en Arte Digital e Ilustración (2020) y un Máster en Animación 2D (2021) de la Escuela Trazos. El trabajo de Jimm ha sido expuesto en individuales y colectivas a nivel nacional en la Galería Gärna y en la Feria de Arte Contemporáneo Estampa con PAC. Su obra ha aparecido publicaciones como Yorokubu, ReasonWhy, 20 Minutos y La Razón.
“El momento en el que estoy en el estudio es casi mágico. Se parece mucho a cuando la gente hace ejercicio, porque no piensas en ninguna otra cosa. Pero mira, es gracioso porque mi obra va sobre el sueño y para mí, que tengo mucho insomnio, el pintar es lo más parecido que tengo al descanso. Al final, estoy representando algo que no tiene nada que ver conmigo en pos de conectar con esa paz, de ahí la paleta naive muy apastelada que utilizo, que contrasta con esa ansiedad y frustración detrás del sketch rojo. Por eso siento que tiene mucho de onírico, porque es un estado casi inalcanzable para mí”, afirma Jimm. “Me pareció una iniciativa preciosa [el live painting], el hecho de que el público me pudiese acompañar para apreciar la templanza que se necesita, lo lento, lo físico que puede ser… es un proceso muy complejo en muchos sentidos. Está bien que se vea el camino”.
Así, la artista desarrolla cómo ha cambiado su forma de trabajar con el paso del tiempo: “En los sketches de mis inicios me peleaba con el lienzo de una manera muy visceral porque tenían que ser lo suficientemente buenos como para que todo lo que pintase por encima tuviera sentido y coherencia. Digamos que tenía que pintar todo el cuadro al mismo tiempo. En cambio, cuando algo falla ahora, puedo modificarlo con la brocha prácticamente como si acariciara el lienzo. Si bien el sketch sigue debajo, aunque con pintura en vez de a lápiz, siempre intento tener muy en cuenta qué voy a dejar a pesar de que no lo planifico. También el hecho de que se vea algo del lienzo y el sketch me parece muy importante, porque ahí es donde reside un poco el pasado. Ahora no me considero ilustradora, pero tampoco me quiero deshacer del dibujo”.
Entonces, Inés Jimm concluye reflexionando sobre sus futuros proyectos: “Más a corto plazo, me gustaría ‘hablar el mismo concepto [del sueño] en otros idiomas’. Es decir, salir un poco del rostro y la encarnación, pintando una cama desecha o una persiana bajada al 99%, pequeños detalles que te dicen cómo ha dormido esa persona. Por otra parte, en vez de pintar a personas cercanas a mí, porque ahora mismo necesito que haya un vínculo, me gustaría empezar a representar la marginalidad social en ese estatus de gracia. Al presentar a esas personas que la sociedad rechaza en esta magia de completa inocencia que es el sueño, creo que eso nos acerca mucho. Me gusta mostrar que todos compartimos las mismas ilusiones y los mismos sueños, porque al dormir todos nos vemos igual, somos nosotros mismos sin impostar apariencias. Sin embargo, en un momento dado también me gustaría explorar la abstracción, porque me parece un ejercicio de liberación muy revelador, en cuanto a esos sentimientos difíciles de describir con palabras”.