Universo Eirín no es una galería. Tampoco un estudio de arquitectura, ni se dedican a la construcción de muebles. Es una fábrica que trata de aunar todos los conceptos bajo un mismo nombre. Instalados en Sevilla abren las puertas de su inmenso local para mancharse las manos, literalmente, con el arte.
Universo Eirín, en palabras de su fundadora, Mercedes Eirín, “es un espacio en el que se desarrolla la creatividad con toda la libertad que pueda existir en el universo y sin control ni limitaciones formales de ningún tipo”. La filosofía del estudio abarca desde el diseño de espacios y productos, hasta identidades corporativas, moda o decoración. “Es un estudio de arquitectura de interiores donde se produce diseño no industrial de mobiliario y objetos de serie limitada. Creamos espacios, objetos e imagen (branding), siempre a través de una visión artística que es lo que nos hace vivir día a día”.
El alma que mueve este proyecto es la propia Mercedes. El estudio es el resultado de sus más de 20 años dedicados al diseño principalmente de interiores. “Tras casi 20 años en el sector, esto surge a través de una inquietud artística que anteriormente no he podido desarrollar en total plenitud porque estaba invadida de trabajos y proyectos, abordando todo lo relativo al diseño de interior. Cansada de esta situación, poco a poco me fui haciendo mi propio álbum de creatividad y acumulando ideas, objetos de arte, diseño y mobiliario artístico. Desempolvé todo mi arsenal artístico y lo llevé a Milán junto a mi compañero, el arquitecto Antonio Pérez Romero. Aunamos cabeza y corazón y expusimos allí”. Milán supuso un punto de inflexión en la carrera de Eirín, que decidió dejar de lado los negocios convencionales y pasar al ámbito artístico en estado puro. “La liberación no fue fácil y para ello necesitaba un sitio, un espacio grande donde poder desarrollar los productos in situ, donde tener un taller para mancharme, literalmente”. Ahora regenta un espacio de 250 metros cuadrados en pleno centro de Sevilla -aunque su visión es completamente internacional- donde se combina el taller, la exposición y el estudio.
A priori puede resultar complicado organizar un proyecto formado por profesionales de muy distinta categoría -Universo Eirín cuenta con un equipo humano que engloba desde arquitectos a aparejadores, pasando por cineastas, filósofos o artistas plásticos-, pero su creadora tiene muy claro el proceso. “Empieza en cualquier sitio. La inspiración comienza en el día a día. Una vez que esa idea existe, se medita, se estudia, se obtiene un concepto que aúna la idea con algo establecido culturalmente, sin perder un ápice de nada. Después, transmito toda la información a mi equipo, con quien llevo a cabo todo el proceso del proyecto y todos nos manchamos las manos”. Eirín deja muy claro que pese a dedicar una parte de su espacio a exposiciones, no son una galería de arte. “Queremos promocionar el arte a nivel cultural aunando fuerzas y haciendo puente con otros artistas. El artista debe reunir los mismos requisitos que mis colaboradores. Primero a nivel personal, si yo no notase esa sensibilidad, no estarían. No me gustan los artistas sobre los que me tenga que leer tesis doctorales para conocer lo que está haciendo. Me gusta que llegue el arte espiritualmente en el momento y que luego yo investigue sobre todo el background que hay detrás de su obra”. Además, uno de los objetivos del estudio es establecer una relación duradera con los artistas con los que colaboran. “Actualmente, tenemos el proyecto de un hotel en un pueblo de la sierra de Huelva donde sí hemos introducido una galería. Se trata de una forma diferente de crear el branding y de poder colaborar con los artistas”.
La seña de identidad de Universo Eirín es, precisamente, la filosofía sobre la que se ha construido el proyecto. “Este es un estudio multidisciplinar y no porque esté de moda el término. Lo que nos diferencia es nuestro propio espíritu, la mezcla entre empresarios, artistas y diseñadores. Esta historia hace crear ilusión en los amantes del arte. Genera bienestar y confianza en los clientes”. Y tal vez esa sea la clave para conseguir vencer un momento económico tan delicado para la cultura. En Universo Eirín, desde luego, lo han conseguido.
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