Como ya viene siendo habitual por estas fechas, seguimos vistiendo con ropa ligera y el frío se resiste a llegar. Pero llegará. Y entonces querrás tener muy cerca una de estas prendas de lana de Uniqlo. Suaves, calentitas, confortables. ¿El secreto? Una materia prima excepcional, y un proceso de fabricación cuidado hasta el mínimo detalle por los equipos de maestros artesanos de la compañía. Así no es de extrañar que, junto a sus afamadas prendas de plumas, la lana sea su otro punto fuerte. ¿Quién no tiene uno de sus jerséis en el armario? Desde luego, Sophia Pega, María Carvajal y Cristina Junquero, estas tres mujeres que os presentamos hoy, creativas y profundamente inspiradoras, sí.
En Japón a los maestros artesanos se les llama ‘Takumi’, así pues, los takumi de Uniqlo son quienes visitan regularmente las fábricas para garantizar la calidad en todo el proceso de fabricación, desde el teñido hasta el hilado o el empaquetado.
Solo así se entiende la alta calidad de las prendas, a precios además muy competitivos. Como el cashmere, por ejemplo, cuyo proceso se controla desde el abastecimiento mismo de la lana. “Las fibras de cashmere son tremendamente finas, más finas que un cabello humano. Cuando se juntan en un hilo, estas fibras incorporan aire entre cada hebra para crear una bolsa de aire aislante y la sensación de llevar una nube cálida y suave”, dicen desde la marca. María lo tiene claro: “Me pondría tres jerséis encima cada día e iría hecha una bola de cashmere si pudiera”, dice entre risas.
Aparte del cashmere también están las prendas de lana merino extrafina, que puedes meter en la lavadora sin problemas, y los jerséis en lana de cordero, suaves y esponjosos. Además como novedad este año, Uniqlo presenta las prendas en 3D, confeccionadas sin costuras para enfatizar la silueta. Y qué mejor que probarnos todas ellas junto a María, Cristina y Sophia, tres mujeres cuyo trabajo sabe mucho de procesos, calidez y artesanía. Con ellas hablamos no solo sobre la colección de lana de Uniqlo, sino sobre lo importante de respetar los tiempos y cuidar las cosas hasta el último detalle.
Aparte del cashmere también están las prendas de lana merino extrafina, que puedes meter en la lavadora sin problemas, y los jerséis en lana de cordero, suaves y esponjosos. Además como novedad este año, Uniqlo presenta las prendas en 3D, confeccionadas sin costuras para enfatizar la silueta. Y qué mejor que probarnos todas ellas junto a María, Cristina y Sophia, tres mujeres cuyo trabajo sabe mucho de procesos, calidez y artesanía. Con ellas hablamos no solo sobre la colección de lana de Uniqlo, sino sobre lo importante de respetar los tiempos y cuidar las cosas hasta el último detalle.
Sophia Pega
Me llamo Sophia Pega, nací en Menorca en el 90 y soy de padres alemano-belgas. Vivo desde los 18 años en Barcelona y me dedico a la pintura y a la estampación. Trabajo desde mi casa-estudio en obra propia y colaborando con estudios y marcas del mundo del interiorismo y la moda.
Tus dibujos y pinturas están plagados de plantas, animales y seres mitológicos, ¿de dónde proviene todo este universo? ¿Cuál ha sido tu formación, tanto académica como personal?
La casa donde crecí es una antigua finca menorquina que mis padres fueron reformando poco a poco. Está en medio del bosque y en la época teníamos un jardín con aloe veras, buganvillas, rosales, plantas aromáticas y un gran huerto con verduras y árboles frutales. Vivíamos además rodeados de animales: montábamos a caballo, ordeñábamos las cabras, recogíamos los huevos de las gallinas, criábamos conejos… Tuve una infancia conectada con la naturaleza y muy libre, con mucho espacio para la imaginación, y creo que es algo que se ha quedado conmigo.
Por otro lado mi madre también es pintora, además de budista, y pasé muchas horas a su lado trasteando con la pintura y ojeando sus libros de elementos tibetanos fotocopiados que ella usaba de referencia para sus cuadros. Tenía también una mezcla de libros de arte Románico y de pintores del S.XX, y algunas libretas de dibujos de cuando era más joven que yo adoraba y que ahora han pasado a mis manos. Siento que absorbí todas estas influencias y que están volviéndome ahora con fuerza. Respecto a mi formación, arranqué a dibujar de pequeña y desde entonces no he parado. Podría decir que he sido bastante autodidacta, aunque tuve muy buenas guías estando en l’Escola d’Arts de Menorca y con las clases de ilustración, color y dibujo que recibí mientras estudiaba la carrera de moda en la universidad.
Por otro lado mi madre también es pintora, además de budista, y pasé muchas horas a su lado trasteando con la pintura y ojeando sus libros de elementos tibetanos fotocopiados que ella usaba de referencia para sus cuadros. Tenía también una mezcla de libros de arte Románico y de pintores del S.XX, y algunas libretas de dibujos de cuando era más joven que yo adoraba y que ahora han pasado a mis manos. Siento que absorbí todas estas influencias y que están volviéndome ahora con fuerza. Respecto a mi formación, arranqué a dibujar de pequeña y desde entonces no he parado. Podría decir que he sido bastante autodidacta, aunque tuve muy buenas guías estando en l’Escola d’Arts de Menorca y con las clases de ilustración, color y dibujo que recibí mientras estudiaba la carrera de moda en la universidad.
Una de las cosas que destacan de estas prendas de lana es la calidad de la materia prima que se utiliza. En tu caso he visto que trabajas con diferentes materiales, tinta, lápiz, acuarela, gouache... ¿hay alguna con la que te sientas más cómoda, en función de qué escoges una y otra?
Me siento cómoda utilizando todas las técnicas, de hecho me gusta poder saltar de una a otra según me apetezca, me divierte esta flexibilidad. Suelo elegir los materiales con los que voy a trabajar en función del resultado que quiero conseguir, además del soporte que quiero pintar y del tiempo que le quiera dedicar a la obra. Utilizo muchísimo el lápiz y el carboncillo cuando quiero que las ideas fluyan y evolucionen de forma rápida, y técnicas más elaboradas como el guache o el óleo cuando quiero profundizar en la piezas. Pero siempre son intercambiables, depende de como quieras utilizarlas, jugar con esto también es parte de la diversión.
¿Qué te ha parecido la colección de lana de Uniqlo?
La colección me parece súper apetecible para el invierno, cómoda, cálida y muy envolvente. Da mucho pie a jugar con la superposición, contrastando los colores o combinando varias capas de un mismo tono. Me gustan en especial las piezas blancas, son muy de dama de las nieves.
Se me ocurre que las prendas de lana nos abrigan y nos dan confort, una cualidad que me parece indispensable aplicada a aquello que vestimos y de la que nos olvidamos muchas veces (tan preocupados que estamos por la estética y por lucir bien a cualquier precio), y los cuadros no solo abrigan las paredes de nuestros hogares sino que nos reconfortan con su belleza. Rodearse de cosas bellas nos hace sentir bien y tus cuadros son tremendamente bellos, ¿es la belleza una cualidad buscada en tu trabajo o te sale así? ¿Qué buscas tú en una obra de arte ajena? ¿Qué te conmueve?
Me halaga mucho esta pregunta. Cuando pinto sí busco conscientemente belleza porque coincido contigo en que la belleza reconforta, pero no la busco desde el perfeccionismo, si no que intento dejarme llevar y desconectar un poco lo aprendido para dar paso a la espontaneidad y a la parte más niña que tengo dentro. A menudo tengo que romper con el saber hacer para que lo que surja me sorprenda y conecte conmigo, para estar contenta con mi obra. Y lo más importante para mí, para que una obra ajena me conmueva, es sentir que el autor ha conectado con su parte más primaria al pintar. Me emocionan los signos de descontrol, de instinto, que prime la sensación sobre la forma. Al final para mí lo bonito es eso, la belleza instintiva.
María Carvajal
Soy Maria Carvajal. Hace unos años decidí dejar mi trabajo en una de las mejores agencias digitales en Barcelona para dar forma a una idea que había tenido y con la que me obsesioné, Otter.
¿Cómo empezó todo?
Todo empezó cuando tuve que buscar un carpintero y me pareció una de las cosas más lentas y poco eficientes que había hecho. Me sorprendió cómo podía ser que en esta era hiperconectada encontrar un perfil como éste fuera tan complicado. Así fue cómo hace cuatro años nació Otter, una plataforma digital en la que ponemos en contacto a particulares y empresas que quieren realizar un mueble o proyecto a medida con el carpintero adecuado dentro de nuestra curada selección.
¿Cuál es tu papel, participas en algún caso en el proceso de creación del mueble o más bien te mantienes al margen y es algo entre el consumidor y el carpintero?
Otter como producto digital se ha desarrollado de manera muy artesanal en realidad y de manera iterativa. Antes que crear nuestra propia app en 2018 yo formaba parte de todas las conversaciones que había entre usuarios y carpinteros, iba a las reuniones en talleres o casas y a las entregas de los muebles. Durante un año y medio me empapé de todo lo que sucedía en el proceso para entender cómo Otter podía ofrecer más valor y ver dónde éramos necesarios y dónde no. En ese sentido estaba presente al 100% en el proceso, pero no tanto para intervenir en el diseño sino para aprender y poder dar una solución digital que respondiera a necesidades reales. Actualmente, y gracias a la solución digital que hemos creado, permitimos que nuestros usuarios hablen directamente con el carpintero asignado desde el minuto uno, así el proceso es mucho más fluido tanto para nosotros como para nuestros colaboradores y lo que nos permite empezar a crecer.
¿Qué crees que es lo que lleva a alguien a embarcarse en este proceso slow en vez de comprar un mueble ya hecho?
Hay un tipo de cliente en Otter que para mí representa la búsqueda de nuestra propia identidad. La madera y lo que se puede conseguir tan al detalle con ella permite que el material se amolde a la persona y su idea, desde la elección del tipo de madera hasta el diseño y el acabado. Hacer algo a medida significa hacer algo a medida para ti, para tu personalidad, tus necesidades y tus sueños. A parte del valor que tiene por la calidad que implica una producción así, está el valor de tener algo único y que se ha producido pensando en ti. En mi caso, después de la experiencia de haber hecho varios muebles a medida en los últimos años, lo que más me gusta es poner la idea de lo que quiero en manos del carpintero o carpintera para que la haga suya y saque lo mejor de ella. Para mí un carpintero es un artista, y si trabajas con alguien creativo como es el caso de nuestros colaboradores, de la idea original al resultado hay un proceso en el que se saca brillo a lo que tenías en mente.
¿Qué te ha parecido la colección de lana de Uniqlo?
Lo que más me importa cuando elijo una prenda u otra es sentirme cómoda y libre dentro de ella. Me encanta cuando sientes que la ropa te abraza, y esa es la sensación que tuve con la colección de lana de Uniqlo. Son prendas que se adaptan a tu cuerpo y no al revés, además la textura es muy agradable y da gusto llevarlas encima. Y los colores son increíbles, me sorprendió el juego de superposiciones que se puede hacer combinando varias piezas de lana. Algo que no había probado antes y me dio ideas para mi día a día. Me pondría tres jerséis encima cada día e iría hecha una bola de cashmere si pudiera (risas).
Con tanto de todo, ¿lo esencial es al final lo que importa? Lo digo porque un básico de lana siempre va a tener un lugar en nuestro armario...
Como me pasa con los muebles, con la ropa que llevo también busco la atemporalidad. Estamos sobresaturados de novedades, ofertas, nuevas tendencias y nuevos must a tener. Está bien incorporar algo de todo esto si además te gusta el diseño y así darle alguna nueva pincelada a tu estilo, pero tener unos pilares básicos que luego puedes ‘customizar’ puntualmente es un poco mi manera de funcionar. Por eso me enamoran los básicos como un jersey de lana, como los de la colección de Uniqlo, porque veo que son piezas que me pueden acompañar durante tiempo y no cansarme de ellas.
Cristina Junquero
Soy Cristina Junquero. Nací en Chipiona (Cádiz) y hace 3 años me mudé desde Amberes a Barcelona para montar mi propio taller de joyería. Desde entonces me dedico a tiempo completo a diseñar y vender mi propia colección de joyas.
¿Qué es la joyería para ti?
La joyería forma parte de nuestra cotidianidad, de nuestra expresión y de nuestro ornamento también. Es un medio de expresión que usamos de manera a veces inconsciente, y que para mí recorre un largo camino desde la mera estética hasta el de su uso como medio de expresión. En mi caso, elegí la joyería para expresar y para representar conceptos sobre los que tengo la necesidad de estudiar y hablar.
¿Qué te ha parecido la colección de lana de Uniqlo?
La colección de lana me ha parecido una maravilla. Yo compro siempre la ropa de materiales de primera y que sean 100%, evitando materiales artificiales y de mala calidad. Sus prendas son suaves y muy delicadas al tacto, pero a la vez abrigan muchísimo y dejan transpirar, que es lo positivo de materiales como estos. Además, la gama de colores y los cortes básicos me encantan. ¡No sabría cual elegir!
Utilizar materiales de primera como bien dices, es básico. En tu caso, ¿qué tan importante es la selección del material que usas para tus joyas y cómo determina los diseños que realizas? Nos decías hace tiempo en una entrevista que lo que más te gusta es trabajar con metal y en especial en color dorado, ¿es el oro tu material favorito?
El material siempre es importante porque cada uno tiene unas cualidades y calidades diferentes. En mi caso, el oro es un material perfecto para trabajarlo ya que es dúctil pero resistente y, además de su color, tiene un brillo que a mí me cautiva. Independiente de que encaje con mi imaginario y mi estética, me parece un material de mucha calidad y excelente para trabajarlo. Para mí sin duda, es mi material favorito y cada día aprendo cosas nuevas con él.
Hay una cita de esa entrevista en la que dices: “Yo intento, experimentando con técnicas tradicionales, hablar de lo que vivo hoy. Aunque creo que es tan necesaria la tradición como saber romper con lo convencional”. ¿Crees que hoy en día hay un mayor interés por recuperar esas técnicas tradicionales de las que hablas? ¿Por lo artesanal?
Creo que hay ese interés y que debería ser fomentado. Hemos obviado durante muchos años la artesanía y el trabajo real, lento y de necesidad, para comprar de forma masiva y de cualquier calidad. Creo que tenemos que recuperar esa forma de respetar la materia y de abrazarla de forma sostenible para que podamos seguir disfrutando de ella y de lo que nos ofrece.
En las fotos te vemos haciendo una pieza manejando el soplete...
Todas las piezas que hago pasan por un proceso de diseño previo, de experimentación y de estudio, y después son hechas por mí. Recurro a artesanos de Barcelona para hacer ciertas cosas que yo aún no he aprendido, ya que la joyería es infinita y como artesanía que es, nunca acabaría de aprenderla. Pero lo más importante de mis piezas es precisamente mi relación con la artesanía y el proceso de creación de cada una de las joyas que salen de mi taller.
Una pieza hecha de forma artesanal dice mucho de quien la hace, pero también de quien la compra, ¿qué crees que transmiten tus piezas?
Mis joyas transmiten muchas cosas porque es mi intención, pero también transmiten todo lo que cada persona interprete de ellas. Lo bonito de hacer algo como lo mío y acercarlo al público es que cada pieza adquiere una intencionalidad, un discurso y una impresión diferente para cada persona que la posee. Por ello me gusta mucho estar siempre, en la medida que pueda, en contacto con mis clientes, porque me gusta hablar con ellos, saber qué piensan y por qué eligen una joya y no otra, y enriquecerme de todas sus impresiones e interpretaciones. Yo personalmente intento hacer mucho homenaje a cómo yo he vivido la joyería en mi casa, en mi familia, trayendo al presente lo que creo que a veces perdemos de vista: la necesidad de los artesanos, del consumo responsable y de las cosas hechas con mimo y cariño.