La ilustradora y diseñadora de moda Tíscar Espadas siente debilidad por las formas y la estética, es especialmente sensible a la vida y busca la inspiración en el entorno que le rodea. Sus ilustraciones de personas solitarias y misteriosas nos invitan a desear conocerlas, y sus prendas suelen ser fieles a sus dibujos, consiguiendo plasmar en tela lo que previamente ha creado en papel. Hoy nos explica cuáles son sus inspiraciones y sus próximos proyectos, y cómo encontrar la felicidad en las pequeñas cosas.
¿De dónde surgió tu vocación por la ilustración? ¿Estudiaste algo relacionado con ello?
Ahora que lo pienso, no recuerdo el momento exacto en que me puse a hacer de esto una rutina. Mis padres siempre han puesto mucho interés en potenciar nuestra creatividad, y creo que nacer rodeada de lienzos, arcilla, pinceles y telas con los que jugar –en definitiva, vivir entre arte–, ha influido de manera determinante en que hoy me dedique a esto. Mi padre es escultor y mi abuelo, pintor. Yo soy un poco desastre y me cuesta mucho terminar las cosas que empiezo, pero recuerdo la insistencia de mi padre en que dibujara casi a diario. ¡Ahora se lo agradezco! Necesito ir siempre con un cuaderno y un bolígrafo para plasmar alguna cotidianidad, casi como acto reflejo.
También recuerdo el momento en que mi abuela me enseñó a utilizar su antigua (y maravillosa) máquina de coser. Me obsesioné, disfrutaba mucho inventando, transformando o haciendo prendas nuevas, y que en aquellos tiempos yo veía hasta modernas, aunque ahora me horroricen (risas). Entonces decidí cursar moda en IED Madrid.
Como dices, has crecido un ambiente muy artístico. ¿Cómo crees que hubiera sido tu vida sin esa influencia constante?
Tal vez ahora fuera matemática, o me dedicaría al estudio del canto del colibrí... ¿te imaginas? (Risas). Supongo que la vida reparte talentos, y cada uno intentamos descubrir aquellas pocas cosas que se nos dan bien o que nos hacen felices. A mí me tocó esta debilidad por las formas y la estética, y es lo que intento desarrollar.
Pero creo que el entorno donde una crece también determina, en parte, la vocación, y como te comentaba, esa ha sido mi gran suerte. Creciendo con mi padre y mi abuelo, no solo he aprendido un lenguaje plástico, sino a ser especialmente sensible a la vida, a intentar trascender lo cotidiano para buscar la belleza y la armonía de las pequeñas cosas.
Te sientes muy arraigada a tu tierra y a tus raíces. ¿Te inspiras de ello a la hora de realizar tus prendas o de ponerte a dibujar?
Yo soy de Úbeda, un pueblo grande, o una ciudad pequeña, como nos gusta a decir a nosotros (risas). Y claro que muchas veces, de manera inconsciente, bebo de lo que he vivido allí. Crecer en un entorno tan cargado de belleza, marca, sin duda. La artesanía como hecho cotidiano, los olores, los paisajes, la gente… van dejándonos un poso que nos cimienta, pero hay que seguir construyendo, absorbiendo de nuestro día a día, estemos donde estemos. ¡Entre lo local y lo universal no hay tanta diferencia!
¿En qué otros lugares encuentras inspiración?
Creo que más que en qué, es en quién. Me encanta conocer a todo tipo de personas y lugares; observar seres que, unas veces desde la cercanía y muchas otras desde el anonimato, me sugieren vidas imaginadas que me sirven de inspiración. Y es en mi estudio donde nacen y crecen esos personajes, construidos con los recuerdos ya destilados. Un buen estudio consiste en una mesa grande, con todas las cosas que necesito sobre ella, desordenadas. Que tenga luz natural y un ordenador con música.
Ahora mismo trabajo en Barcelona, me resulta una ciudad muy evocadora y sugerente. Está llena de cosas, siempre hay algo que hacer y donde ir, siempre te encuentras cosas nuevas. Solo llevo medio año aquí, pero creo que ya puedo afirmar que esta ciudad está hecha para la creatividad y el diseño.
¿Tu way of life influye en tu arte? ¿O viceversa?
Creo que, en este caso, la respuesta es ambas. Como te he contado, tengo la suerte de vivir en un entorno creativo y social que me estimula constantemente a hacer cosas, a crear. Y muchas otras veces intento que sea al revés, que sea este el que me sorprenda, y que gracias a él pueda llegar a tener nuevas metas.
¿Qué relación encuentras entre tus ilustraciones y tus diseños?
Me interesa el diseño de moda como acto creativo, que trascienda la necesidad de cubrir el cuerpo con prendas, para hacerlo con un concepto que dé sentido a las formas que generamos. Y me he especializado en sastrería porque me apasiona todo lo artesanal, lo que está más escondido en cada detalle. Es un oficio que se está perdiendo, y no estamos sabiendo recuperarlo y adaptarlo a las necesidades actuales. La mezcla de estos conocimientos con todo lo anterior constituyen el fruto caído del árbol de mis búsquedas.
Detrás de todo trabajo creativo, tanto en moda como en ilustración, debe haber un ansia de búsqueda, una pasión por generar ideas, un concepto o una emoción que justifique y dé sentido a las creaciones que se desprenderán de ella. Se trata de moldear ideas y conceptos, jugar con los recursos. Las líneas y los colores construyen dibujos, y los volúmenes y movimientos construyen indumentarias. Nacen de una misma búsqueda, aunque se materialicen sobre soportes diferentes.
Detrás de todo trabajo creativo, tanto en moda como en ilustración, debe haber un ansia de búsqueda, una pasión por generar ideas, un concepto o una emoción que justifique y dé sentido a las creaciones que se desprenderán de ella. Se trata de moldear ideas y conceptos, jugar con los recursos. Las líneas y los colores construyen dibujos, y los volúmenes y movimientos construyen indumentarias. Nacen de una misma búsqueda, aunque se materialicen sobre soportes diferentes.
Tus últimas ilustraciones hablan, en su gran mayoría, de la soledad de las personas. ¿Inventas tú los personajes? ¿Tienen alguna característica que los una?
Últimamente me atrae retratar a personas anónimas (aunque de vez en cuando se cuela algún amiguillo), seres desconocidos pero cuyas expresiones o gestos nos sugieren una personalidad, una vida en torno a ellos. Yo, en el dibujo, construyo un espejo, y el espectador construye una vida o una personalidad que no es sino un reflejo de partes recónditas de sí mismo. Creo que esa necesidad de representar lo más profundo del ser humano es lo que les une.
¿Has pensado en pasarte al mundo digital a la hora de ilustrar? ¿Qué diferencias encuentras entre el arte digital y el arte old school?
Pensar, lo he pensado, y probar, lo he probado. Pero nada. ¡Yo me quedo con mis lápices y acuarelas! Me gustan mucho y admiro a varios artistas que trabajan con la ilustración digital, pero yo me veo incapaz. Tal vez sea porque no le he dedicado mucho tiempo, pero me limita mucho, ya que yo soy de trabajar sobre el error (manchas de acuarela accidentales, marcas de bolígrafo que no tienen vuelta atrás…), y en el ordenador siempre puedes borrar.
Se pueden hacer cosas realmente increíbles dentro del panorama digital, y seguramente ahí se encuentre el futuro del arte (si es que no lo hace ya). Pero yo sin libretas y hojas arrancadas, no tendría nada que decir. En cualquier caso, la técnica, el medio o la herramienta no son sino accidentales, lo que me importa es el fondo, que una obra me resulte sugerente o expresiva.
Se pueden hacer cosas realmente increíbles dentro del panorama digital, y seguramente ahí se encuentre el futuro del arte (si es que no lo hace ya). Pero yo sin libretas y hojas arrancadas, no tendría nada que decir. En cualquier caso, la técnica, el medio o la herramienta no son sino accidentales, lo que me importa es el fondo, que una obra me resulte sugerente o expresiva.
¿Qué proyectos tienes entre manos actualmente?
Estoy con varios proyectos personales y probando cosas nuevas; por ejemplo, una pequeña colección de moda, por llamarlo de alguna manera. Al ser una colección con carácter experimental y personal, tiene una intención más provocadora e innovadora que comercial. Al mismo tiempo, estoy trabajando con un hotel para el artwork de sus habitaciones. Tengo varios proyectos con marcas de moda de Barcelona, y algunos encargos personales muy interesante a la vista.
¿Y qué planes tienes para el futuro?
¿El futuro es mañana? Mi filosofía de vida es improvisar, jamás pensar en el futuro. Planificar el futuro lo mata o lo constriñe. El mañana genera una cierta inquietud ante lo desconocido, y a la vez una atracción por la sorpresa que no necesito dejar abierta. De manera genérica, un buen plan será seguir creciendo, construyendo y aprendiendo de la realidad allá donde esta me lleve, para poder hacer mi trabajo lo mejor posible, y ser lo más feliz posible haciéndolo.
¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido ilustrando y diseñando?
Llegar a las personas. Despertar algo, tanto bueno como malo, que mueva las entrañas de los demás. Creo que, con veintidós años, que alguien se fije especialmente en ti y ponga tu trabajo en un marco no se paga con dinero. Seguro que hay otras formas de vivir que hacen que todo resulte más fácil. Pero también más feo.