¿Qué pasa cuando dos marcas de culto se unen? Pues que al día siguiente de celebrar el evento de presentación de su colaboración, se hace sold out. Como lo oyes. Al menos, este ha sido el caso de Swatch x Bape. La marca suiza de relojería y A Bathing Ape, marca nipona de referencia en el mundo del streetwear, justo han presentado una colaboración que se ha traducido en seis relojes inspirados en distintas ciudades el mundo. En Tokio, donde los han presentado mundialmente, se han agotado las existencias. ¿Cuánto tiempo durarán en las demás?
Tokio es un paraíso para los amantes de la moda. Sobre todo, para aquellos que admiran la que es atrevida, discordante, divertida, hiperbólicamente barroca o tan sencilla como una hoja de papel en blanco. Y ha sido también el mejor sitio para presentar Swatch x Bape, la nueva colaboración entre ambas marcas. Y es que Swatch apuesta fuerte esta temporada con el lanzamiento de su nuevo modelo, el Big Bold. Según explican, la nueva colección “está inspirada en ideas atrevidas, diseñada para personas aún más atrevidas”. El cristal, plano; y la esfera, de cuarenta y siete milímetros de diámetro, está impresa en 3D, una prueba más de que Swatch siempre mira hacia el futuro y la vanguardia.
Pero vayamos a la génesis. Cuando hablamos con Gonzalo de Cevallos, vicepresidente y director de operaciones del Grupo Swatch, afirma que el proyecto “no fue algo provocado”, sino más bien, fruto del azar. “Coincidimos con Billy un día, hubo muy buenas vibraciones, decidimos que teníamos que hacer algo juntos, y aquí estamos después de un año”, explica sonriendo. Con Big Bold, Swatch quiere subrayar que la moda urbana sigue siendo parte de su identidad. Y con Bape, el mensaje se refuerza. “Bape desde luego tiene una cultura urbana que a nosotros nos encanta”, dice Gonzalo. “En los últimos años, nosotros no la hemos tenido tanto como al principio, en nuestros orígenes”, confiesa.
Los equipos creativos de ambas marcas han trabajado codo con codo en esta colección compuesta por seis relojes, cinco de los cuales están dedicados a varias ciudades del mundo –Berna, Tokio, Londres, París y Nueva York–, y un último pensado como más global, el Big Bold Bape the World, que las une a todas (y nos une a todos). Como indica Gonzalo, los ADNs de las marcas son “muy diferentes pero complementarios”, y si esta unión ha salido tan bien es porque comparten valores como “la provocación positiva, las ganas de pasárnoslo bien, y de ser adelantados a nuestro tiempo en lo que se refiere a diseño.”
El evento de presentación, que ha empezado en Roppongi Hills, ha celebrado el espíritu global, aventurero e incluso pirata de Swatch –“piratas en el sentido de que nos gusta mucho hacer las cosas de otra manera, diferente”, aclara. Primero, gran revelación de la mano de Gonzalo de Cevallos y Billy Choi (CEO de Bape) de dos de los modelos de la colaboración: el de Berna como ciudad representativa de Swatch, y el de Tokio como ciudad de Bape. El primero, de esfera y correa negras con detalles azules oscuros, elegante y sobrio. El segundo, dominado por el estampado de camuflaje verde, más atrevido y vistoso.
Además, cada reloj está lleno de detalles –que es donde reside la excelencia y donde se demuestran el mimo y el cuidado con el que se hacen las cosas–, como la manecilla de la hora, cuya punta es una cabeza de mono (el logo de Bape). O en el modelo global, donde hay escritas las fechas 1983 y 1993, marcando los nacimientos de Swatch y Bape respectivamente, en celebración a la joven pero distinguida trayectoria de ambos. O en el modelo de Berna, donde los números 8 y 3 de la esfera se resaltan en rojo, también en homenaje al año en que Swatch llegó al mundo (en el de Tokyo, Londres y Nueva York, se resaltan el 9 y el 3).
Otro detalle que no se escapa es lo limitadísima que es la edición de cada reloj. De algunos modelos solo hay 983 piezas, mientras que de otras, 1993. Cada uno de ellos, además, está numerado. Para más inri, tan solo se venden en tiendas seleccionadas de las ciudades que los han inspirado. Pero no sufras, tú también puedes conseguir uno. El próximo 15 de junio, el modelo global llega a España: en Barcelona, en la tienda de la Illa Diagonal; en Madrid, en las tiendas de la Castellana, Goya y Preciados.
De vuelta a la presentación, que todavía aguarda más sorpresas. Tras desvelar los dos primeros modelos, los asistentes nos acomodamos en unos pequeños buses con varios de los estampados de los relojes y ‘viajamos’ hasta las tres ciudades que faltan en un tour interurbano. La primera parada es Londres, en un club privado inglés. Además de las vitrinas con el modelo de la capital británica, de esfera roja brillante y pulsera negra con detalles también rojizos, la impresionante casa alberga una exposición de joyas –colgantes con forma de cabeza de simio hechas de diamantes.
La segunda parada nos lleva hasta París, y lo hace con macarons, champagne, y un elenco de chicas encorsetadas y rebosantes de plumas que bailan y nos transporta hasta el Moulin Rouge. ¿El modelo? Colorido y vistoso: con un estampado a medio camino entre el de camuflaje y el mapa de Europa, pero de los colores de la bandera francesa –rojo, blanco y azul. Culminamos el recorrido de ‘las ciudades dentro de la ciudad’ en una pizzeria , el Slice Pizza 2.
El local nos recibe con un graffiti en la entrada al más puro estilo neoyorquino, y los ‘camareros’ de los relojes muestran el último modelo en cajas de pizza (invento ingenioso donde lo haya). Allí, entre el olor delicioso a queso, tomate y champiñones, descubrimos el reloj New York: con una esfera amarillenta en contraste con una correa violeta, morada y grisácea. El estampado sigue la misma idea que el de París: se encuentra entre el camuflaje (como el de los modelos Tokyo y global) y un mapa, esta vez por eso, el del continente americano.
Tras las presentaciones oficiales, la única manera de culminar el evento: una buena fiesta. Un club es, al fin y al cabo, un lugar de reunión, hasta incluso de comunión. Y con el espíritu global y colaborativo de Swatch x Bape, el 1 Oak Tokyo parece el lugar idóneo. También lo es para conectar con la juventud, el caballo de batalla de la industria relojera. Gonzalo admite que “nuestro mayor reto es que la gente joven vuelva a llevar reloj”. Pero un Swatch es mucho más que eso. No lo sustituye un móvil plano como el de todos los demás. Tras sus incontables colaboraciones con artistas –que algunos coleccionistas exquisitos buscan como si de un tesoro se tratara–, está más que demostrado. “Tenemos un reloj para cada momento y cada día. E intentamos transmitir emociones. Y las emociones nunca pasan de moda”, concluye Gonzalo.