Para este artista, lo más importante es que el público –en su caso, cualquier transeúnte de las ciudades que interviene– conecte con su obra y llegue a reflexionar o, al menos, cuestionar lo que le rodea. SpY es el autor de obras que ponen sobre la mesa los temas más escabrosos y difíciles de resolver de la sociedad contemporánea: desde un mensaje pidiendo No More Walls en Ponta Delgada –hecho durante el festival Walk & Talk Azores– hasta banderas con la imagen de las monedas más poderosas y utilizadas en Barcelona que ponen de relieve quién manda en realidad.
¿Cómo fueron tus primeras intervenciones artísticas? ¿Han sido en espacios públicos desde el principio?
A finales de los 80 comencé a pintar graffiti atraído por las pinturas que veía en la calle. A partir de los 90 hubo una evolución natural del graffiti al arte urbano que me llevó a desarrollar ideas nuevas. Quería trabajar con otros métodos y el medio en el que mejor me desenvolvía era el ámbito urbano. Todos esos años de trabajo en la calle me hicieron tener un sentido agudizado a la hora de ver la ciudad como un soporte artístico con grandes posibilidades para realizar mis actuales obras de arte urbano.
¿En algún momento de tu trayectoria ha habido una cara detrás de las piezas? En un mundo donde el artista como persona (continente) en ocasiones importa más que la obra (contenido), ¿cómo te sienta o influye el hecho de no ser o no pertenecer al ámbito público?
Prefiero guardar el anonimato, No me muestro en entrevistas porque creo que no tienen ningún interés mi aspecto o mi cara, creo que lo realmente importante es enseñar mi obra y que la gente la pueda encontrar, disfrutar y reflexionar.
De alguna forma, tus obras y estilo resuenan entre grandes nombres como Bansky, por ejemplo. ¿Qué relación crees tener con él como artista? ¿Puedes decirnos algún otro nombre que haya servido como referente a lo largo de tu carrera?
Disculpad, no hablo de Banksy. Hay artistas de distintas disciplinas y épocas que me emocionan profundamente, generalmente artistas de Land Art como Andy Goldworthy, Richard Long, o James Turrel; artistas cinéticos como los venezolanos Cruz Diez y Rafael Soto, o urbanos como Keith Haring.
Del arte urbano –en sus distintas disciplinas– están consolidándose artistas de gran talento que están en total auge tanto nacional como internacional. Desde el muralismo hasta el intervencionismo, actualmente podemos encontrar piezas increíbles en ciudades de todo el mundo.
Del arte urbano –en sus distintas disciplinas– están consolidándose artistas de gran talento que están en total auge tanto nacional como internacional. Desde el muralismo hasta el intervencionismo, actualmente podemos encontrar piezas increíbles en ciudades de todo el mundo.
Tus trabajos aluden o vienen muy marcadas por a la cultura del graffiti, y vemos cómo establecen una comunicación muy directa con el espectador (en algunas, incluso, interacción). ¿Qué tipo de carácter quieres darles a tus piezas?
Me gusta generar algún tipo de reacción con mi trabajo, procuro despertar y crear una conciencia más lúcida con mis intervenciones. La ironía y el humor son una manera de hacer cómplice al receptor, crean un diálogo y hacen pensar que la obra comunica algo con lo que uno se puede sentir identificado. Son pequeños pellizcos de intención que hacen que la persona que lo recibe vea eclosionada su rutina de urbanita. Si al transeúnte que ha visto la pieza le ha gustado, ve la obra como un acto romántico y se lleva consigo parte de la intervención.
Toda tu producción, al menos la que hemos podido ver hasta ahora, tiene un sentido constructivo de una forma especial, puesto que no es de carácter invasivo. ¿Cómo eliges los lugares y las obras? ¿Hay algún determinante para situar una pieza en un lugar y momento específicos?
Cada intervención requiere procedimientos nuevos, no hay un método definido. Todas las piezas se presentan como un nuevo reto y busco la mejor manera de realizarlas. Desde la idea, la localización, la realización y la producción de la obra, la documentación, el encuentro con el viandante, hasta su posterior desaparición, generalmente a manos de las autoridades competentes.
A veces el lugar me sugiere una idea, hay otras en las que una circunstancia social me lleva desarrollar una intervención, en otras es una idea la que me lleva a un lugar, y a veces simplemente quiero contar algo y busco la mejor manera de hacerlo. Procuro ser receptivo al diálogo con la cuidad, que ha sido durante años el marco donde me he expresado y comunicado mis ideas.
A veces el lugar me sugiere una idea, hay otras en las que una circunstancia social me lleva desarrollar una intervención, en otras es una idea la que me lleva a un lugar, y a veces simplemente quiero contar algo y busco la mejor manera de hacerlo. Procuro ser receptivo al diálogo con la cuidad, que ha sido durante años el marco donde me he expresado y comunicado mis ideas.
Mayormente haces referencias críticas a situaciones actuales, tanto económicas como sociales. En varias de tus intervenciones –como Flags, Crisis o Cameras– el propio título queda conceptualizado en un mensaje muy directo. ¿Crees que el arte es un arma eficaz ante las situaciones que estamos viviendo?
La intención es generar pensamiento y reflexión. Representaciones como estas convierten en artistas a los ciudadanos, y en ciudadanos a los artistas; dan apertura a la sorpresa, al encuentro, al pensamiento. En breves palabras, hacen público el arte en beneficio de una conciencia más despierta.
Debido a la situación actual, muchos artistas y personas en general optan por compartir sus pensamientos y expresarlos sin ningún miedo en el ámbito público como medio de protesta. ¿Has tenido algún problema a la hora de mostrar alguna de tus intervenciones? El coche de policía envuelto en papel transparente no es precisamente poco provocadora…
Respecto al público que recibe mis obras he escuchado opiniones de todo tipo, pero generalmente son positivas: hay quien las ve como un acto gratuito y desinteresado con el que se ven identificados, y hay quien lo ve como vandalismo. Cuando las personas que son receptivas al diálogo con la ciudad encuentran las obras, reconocen que no tienen un aspecto institucional ni parecen haber sido autorizadas, sino que piensan que hay alguien que se dedica a realizar esas intervenciones de manera gratuita y espontánea. Esta circunstancia aporta una gran conexión con el receptor de la obra y ya pasa a formar parte de ella.
¿Cuáles son tus planes de futuro como artista? ¿Donde querrías llegar o donde querrías instalar próximamente alguna de tus intervenciones?
Ahora a finales de septiembre he hecho una instalación en la Plaza Mayor de Madrid que consiste en la reproducción de un perfecto circulo de setenta metros de diámetro formado por césped natural instalado en el centro de la plaza. Y en los próximos meses tengo algunos proyectos en Alemania, India y España.