A pesar de su cartel secreto, las entradas para el Festival Sinsal SON Estrella Galicia estaban todas agotadas semanas antes de que se celebrase esta nueva edición. Cualquier festival tendría motivos de sobra para estar orgulloso con un logro así, pero ese mérito reluce aún más cuando se trata de un festival independiente, que rara vez repite músicos en su cartel, y en el paradisíaco (y remoto) entorno de la isla de San Simón (Galicia). Es la experiencia de quien lleva catorce ediciones montando un espacio único de cultura. Por suerte, esta reseña no es secreta. ¡Te contamos los detalles!
En tres días, veintiséis nacionalidades (y algunas, como Corea del Sur, incluso con varios músicos representantes). Esa es la premisa, una pequeña ONU de músicos. La pluralidad es uno de los más importantes valores del festival junto con el respeto al medioambiente. Por eso también podíamos encontrar artistas plásticos trabajando con materiales reciclados, o una exquisita zona de catering con productos locales y restaurantes de la zona. ¿Alguna vez te has planteado a qué sabe una hamburguesa de chipirones con queso de tetilla? ¿Y una hamburguesa de pulpo? Nosotros tampoco, pero ahora no nos imaginamos vivir sin ellas.
El viernes destacamos el concierto de la portuguesa Ana Lua, una combinación entre la música tradicional y la electrónica que prendió la mecha para todo el resto del día. La sucedieron los holandeses YĪN YĪN, que bien podrían ser californianos por las reminiscencias a The Doors y a la psicodelia de los 60 que plagaban su música. Un sonido mega novedoso al que el grupo denomina ‘thaicadelic’.
Poco después de rockear con ellos, cambiamos rotundamente de estilo para sorprendernos con Adg7, desde Corea del Sur. Lejísimos del sonido K-pop al que el país no tiene acostumbrados, Adg7 es un homenaje a las raíces de su música folklórica con una divertidísima puesta en escena.
El sábado lo cogimos con muchísimas ganas (¡nuestro día favorito!). Músicos de Francia, Japón y Estados Unidos fueron sucediéndose por los distintos escenarios de la isla. Sin embargo, hubo dos conciertos que nos hicieron especial ilusión. El primero, el de Clara!, que no solo actuó como cantante sino que también pinchó como DJ en el cierre de la noche. Fue ella la encargada de traernos algunos beats de reggaetón y caldear la temperatura del ambiente, tanto en el micro como en los platos.
Y por otro lado, Pongo. Si no conocéis este nombre, os invito a tomaros unos segundos para retenerlo. La angoleña está teniendo un momento excelente en su carrera e incluso tenía cerradas un par de fechas más por diversos festivales de la región. No es para menos. Su participación en la banda Buraka Son Sistema dio lugar a uno de los mejores y más sonados temas de los clubs de todo el mundo, Kalemba (Wegue Wegue). En cuanto la artista empezó a entonar los primeros versos de este hit, el público enloqueció y subió al escenario en tropel para acompañarla con las coreografías. Más adelante, fue ella la que bajó a bailar con nosotros. La energía durante todo el concierto estuvo altísima, tanto como sus patadas voladoras.
De las propuestas del domingo, subrayamos la cumbia colombiana-neoyorkina de Combo Chimbita. Una agrupación multicultural con un sonido igual de diverso, que integra el jazz y lo experimental con percusión tribal o son cubano. Por otro lado, aún se sigue hablando del concierto de Grove, une artiste no binarie que no para de recibir premios por su fusión de raíces jamaiquinas con techno. Su paso por el Sinsal fue la primera actuación que Grove realizó en España. No se nos ocurre un sitio más bonito para hacerlo.