El secreto de una vida exitosa parece estar en desbloquear el secreto de la productividad. Nos hacemos miles de preguntas sobre cómo hacerlo más rápido y mejor. Pero mientras las personas están obsesionadas con moverse al ritmo que impone esta sociedad revolucionada, todavía hay quien se niega y quiere apreciar los detalles, el proceso y los alrededores. Rocío y Jorge, sin ir más lejos. La pareja quiso hacer un cambio en sus vidas y hacer lo que de verdad les inspiraba y se alineaba con sus valores. Así pues, nació Simuero a finales de 2019, una marca de joyería artesanal que no es una marca cualquiera, sino una de esas con las que tienes un flechazo a primera vista.
De trabajar juntos en una consultoría, a empezar un proyecto de orfebrería. ¿Cómo surgió este cambio en vuestras vidas?
Precisamente por eso, por el cambio que suponía para nosotros. Al trabajar en una consultoría de diseño, vivíamos un día a día acelerado que giraba en torno a fechas y plazos que cumplir, donde toda nuestra creatividad la exprimíamos para proyectos de terceros. Así nos dimos cuenta de que también necesitábamos crear ese lugar para nosotros y la orfebrería era un mundo que ninguno de los dos habíamos explorado. Empezamos nuestras clases de joyería con mucha ilusión, pero sin pretensiones. Simplemente, para compartir una actividad que nos permitiera sentirnos más libres y profundizar con técnicas y materiales que, hasta el momento, eran auténticos desconocidos para nosotros. Y poco a poco, una actividad extralaboral comenzó a convertirse en nuestro modo de vida y nuestra prioridad.
¿De qué manera os ha influido vuestras formaciones previas en el proyecto de Simuero? Por una parte, Rocío, estudiaste diseño de moda y, Jorge, tú estudiaste diseño de producto.
Entre las dos formaciones encontramos el punto medio en la joyería. Aunque siempre hemos tenido una inquietud artística, estudiar estas carreras nos hizo sentir que podíamos materializarlo, buscando procesos y soluciones para conseguir expresarnos como queríamos. Nos dio herramientas y nos hizo sentirnos más libres para poder dar al proyecto la forma que buscábamos. Desde toda la parte gráfica (la identidad, el universo de la marca), la fotografía, el diseño de cada pieza y su desarrollo hasta la propia comunicación que llevamos entre nosotros dos.
En relación con los estudios, ninguno de los dos estabais formados en el mundo de la joyería. ¿Cuáles fueron los retos más importantes que tuvisteis que gestionar? ¿Cómo fue el proceso de formación en la materia?
Nos apuntamos a una escuela cercana con la única intención de experimentar, pero desde la primera clase ambos sentimos que habíamos desbloqueado una parte creativa que nos permitiría explorar diferentes formas de expresión. El primer contacto con los materiales, las herramientas y el espacio fueron los que nos animaron a poner en marcha el proyecto que, desde el inicio, ha venido marcado por retos. El reto principal fue el adentrarnos en un sector hasta el momento, totalmente desconocido por ambos. Durante los primeros meses, descubrimos cómo funciona el proceso de creación de una pieza de principio a fin y, juntos, empezamos a experimentar y a darle forma a nuestras piezas. Por un lado, sentíamos que teníamos que avanzar con el proyecto y disfrutábamos creando cada pieza, pero, por otro lado, teníamos que compaginar este proceso con nuestros trabajos de ese momento, así que no fue un camino fácil. Por suerte nos gustó tanto que dedicarle todo nuestro tiempo libre se convirtió en un regalo hasta que finalmente se convirtió en nuestro modo de vida.
¿Cómo surgió el nombre de Simuero?
Simuero es lo que querríamos hacer hoy si mañana no estuviéramos en el mundo.
Ostras, no me había fijado en el juego de palabras, qué bonito. “Creamos piezas masivas porque queremos cubrir la piel con metal para empoderar, no para embellecer”. Estas fueron palabras que usaste, Rocío, para describir la función de Simuero. ¿Cómo se diferencian los conceptos entre empoderamiento y belleza? ¿No crees que podrían trabajar juntos?
Sí, perseguimos la belleza con nuestro trabajo, pero no para relacionarla directamente con una persona, sino como objeto en sí, buscamos un gesto concreto, unas proporciones, volumen, textura y formas que hacen que sean piezas bellas e imperfectas. Cuando entran en contacto con la piel, el objetivo no es embellecer, buscamos fuerza y una sensación de armadura. La diferencia entre estos dos conceptos es sutil, pero creemos que la belleza funciona más hacia el exterior y el espectador y la sensación de empoderamiento es interna.
Parte del ADN de Simuero es el respeto, la inspiración y el cuidado a la naturaleza. ¿De dónde procede esta concienciación en el medio ambiente? ¿Forma parte de vuestras vidas desde hace mucho?
Debería ser un imprescindible en cada marca que los recursos sean controlados, tanto los humanos como materiales, ya no se necesitan más marcas, realmente nunca se necesitaron y por ello crear una tiene que pasar por dos puntos: una propuesta diferente y no generar más de lo necesario. Pensamos que el concepto de ‘sostenibilidad’ es un poco confuso. ¿Qué es ser sostenible? ¿Quién pone la etiqueta de lo que sí o no lo es? En nuestro caso producimos en nuestro propio taller en Valencia, con nuestras manos, por lo que somos capaces de trazar cada paso para dejar la menor huella posible. Nuestros materiales son reciclados y trabajamos con proveedores locales, aun así, no somos residuo 0 ni estamos haciéndole ningún favor a La Tierra. Nos enseñaron desde pequeños a respetar nuestro entorno y es la única forma en la que queremos vivir y trabajar.
Este respeto a vuestro entorno se ve reflejado en la temática de las distintas colecciones. ¿Qué proceso seguís para cada colección? Por ejemplo, en la Colección n.4 Huella, la relación entre la pisada humana y la naturaleza. ¿Cómo empezasteis con esta idea?
Todo surgió por contrarrestar una campaña tan masiva como el Black Friday. En nuestro caso no trabajamos con stock ni temporadas, por lo que este tipo de descuentos carece de sentido para nosotros, porque no tenemos que quitarnos temporadas anteriores ni nuestros precios están pensados para poder rebajarlos, nuestro trabajo vale lo mismo el 25 de noviembre, el 3 de marzo y el 1 de julio. Sabemos que nuestro crecimiento es limitado por la forma en la que producimos y queremos que así siga. La colección Huella habla justo de esta problemática y de cómo muchas veces lo esencial de la vida sería pasar haciendo exactamente lo contrario a lo que nos vendieron, no dejando ningún tipo de huella. Los procesos de cada colección cambian porque nosotros cambiamos, por ello no tenemos fechas ni una manera de trabajar muy acotada.
Vivimos en una sociedad donde se busca constantemente la productividad, ahorrar tiempo, a crear y consumir continuamente. No obstante, vosotros os queréis apartar de este discurso y veláis por la artesanía, que sigue una filosofía completamente antagónica. ¿Por qué preferís este estilo de vida? ¿Creéis que ha influido en vuestra creatividad?
La brecha entre el diseñador y el productor es cada vez más grande, una brecha entre oficios, falta de entendimiento y de precariedad económica. Hay una pérdida de libertad enorme en el momento en que como diseñador no sabes fabricar tu producto, porque en ese camino de fabricación hay muchas más respuestas que mientras lo imaginas. No queremos perder las riendas de nuestras piezas y nos encanta aprender con el propio material, por lo que nuestra creatividad se desarrolla mucho más haciendo que imaginando.
Simuero ha crecido mucho en pocos años. ¿Os asusta que en el futuro se vea perjudicada la manera en que trabajéis?
No nos asusta porque esa decisión depende exclusivamente de nosotros, siempre podemos decidir parar, dejarlo o buscar una red artesanal más grande. Aún no sabemos dónde llegaremos, pero no nos asusta porque seguiremos siendo nosotros mismos.
A causa de las formas y materiales característicos de Simuero, os han definido como un estilo robusto y delicado. Esto podría causar confusión, ya que a primera vista pueden parecer dos adjetivos antagónicos. ¿Cómo explicarías esta definición?
No nos sentimos muy identificados con la etiqueta ‘delicado’, pero puede que sea por el cuidado con el que creamos cada pieza de principio a fin que nos hayan atribuido esta característica, para nosotros es algo nuevo que leemos en esta entrevista.
¡Exacto! Delicadez en todos los detalles para crear el producto único. Vivir en Valencia es parte de vuestra esencia, ¿cómo os ha influido la escena que hay en la ciudad? En específico, en el universo de las artes y la artesanía.
Valencia nos ha permitido desarrollar nuestro proyecto gracias a la red artesanal que tiene, hemos podido acudir a clases para aprender este oficio sin pasar por horas de desplazamientos, hemos conocido personas que han sumado al proyecto vida y nos sentimos muy orgullosos de trabajar y desarrollar nuestro futuro en esta ciudad, además para nosotros la luz y el clima son vitales para poder sentirnos inspirados.
Otros dos puntos claves para vosotros son Ibiza y Galicia, ambos lugares reconocidos por su naturaleza. ¿Por qué son una fuente de inspiración estos lugares?
Ibiza es un imán para nosotros, pasamos mucho tiempo en la isla y poco a poco creemos que irá a más, la luz, la naturaleza y las personas con las que compartimos momentos tan especiales forman parte esencial del imaginario de lo que es Simuero y, por lo tanto, nosotros. Galicia es parte de la infancia y familia de Rocío y ahora también de la vida de Jorge. Pasamos también temporadas en una pequeña aldea entre Lugo y Ourense, en la Riberia Sacra, donde visitamos a nuestras vecinas y parece que el tiempo pasa más lento y la vida cobra un sentido más real. Son lugares en los que la naturaleza se impone y la belleza te abruma.
Habéis comentado en el pasado que además de la joyería estaríais interesados en adentraros al mundo de los objetos. ¿Es una idea que sigue en mente? Si puedo preguntar, ¿de qué manera lo queréis enfocar?
Aún estamos en un proceso de investigación de hacia dónde queremos ir, puede que lo hagamos de una forma personal para divertirnos o que finalmente vea la luz, aún no tenemos un camino marcado para este nuevo apartado dentro de Simuero. De momento estamos 100% implicados en un nuevo espacio, Casa Simuero, que se encuentra en Valencia y donde dedicaremos los futuros meses de creatividad.
Habéis comentado antes la importancia de la sostenibilidad y quién tiene exactamente los estándares para saber qué es y qué no es. ¿Cómo creéis que debería ser vuestro caso?
Acercarse a la fabricación, conocer bien los procesos que implican crear tus objetos, liderar de forma crítica, esta parte es vital para que la cadena se acorte y no haya producciones infinitas pagadas con céntimos. Lo más sostenible es no tener avaricia y no aspirar a tener más como forma de vida.