Grafitis, murales y otras intervenciones en el espacio público son el pan de cada día. Están en fachadas, edificios abandonados, en el metro, en el tren, en portales, en contenedores. Y ahora, también en una feria de arte. Urvanity nace para dar apoyo a esos artistas urbanos que, además de dejar una estela de obras por la calle, también deben vender su trabajo para llegar a fin de mes. Sergio Sancho es el director de esta feria y nos descubre todos sus secretos.
Del 28 de febrero al 3 de marzo, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid se llenará de galeristas, coleccionistas, artistas y demás interesados durante la llamada Semana del Arte. Esta es tan solo la tercera edición, pero Urvanity no para de crecer exponencialmente gracias a la calidad de su curación, que combina nombres consolidados como Shepard Fairey o D*Face con talentos más emergentes y desconocidos para el público general, y que además incluye intervenciones en directo, creación de murales, y más. Si quieres saber más sobre coleccionismo, el sentido reivindicativo del arte urbano, sobrevivir como artista, y el origen de la feria, sigue leyendo.
Antes que nada, ¿cómo empezó tu interés por el arte urbano?
Creo que ha sido algo a lo que he estado bastante ligado desde pequeño. Como mucha otra gente de mi edad nos pilló una época mágica con el skate; vivía a las afueras pero trataba de bajar a Colon, Plaza Castilla o el parque sindical. Esa cultura del skate y diseñadores gráficos que trabajaban para Santa Cruz, Powell Peralta o Sims hicieron despertar en mí una pasión por cierta iconografía popular que poco a poco he ido alimentado con otras disciplinas.
Urvanity nace hace tan solo tres años. ¿Qué viste en ese momento para crearla, y en qué se diferencia de las demás ferias de la Semana del Arte de Madrid?
Una de las principales cosas que vi es que todo lo que me gustaba coleccionar no estaba siendo mostrado en otras ferias durante esta semana. Pensé que si yo estaba teniendo ese problema habría más gente en la misma situación. La diferencia fundamental es que mostramos obras de artistas contemporáneos cuyas influencias principales han sido las calles –el arte urbano y el grafiti. En este sentido, digamos que mostramos arte urbano contemporáneo, postgraffiti, pero también disciplinas, como el surrealismo pop, que también están representadas.
ARCOmadrid, al igual que otras grandes ferias como The Armory Show en Nueva York o Art Basel en Basel, atrae a muchísimos visitantes de todo el mundo, sobre todo profesionales del arte. Es por esto que salen propuestas complementarias alrededor. ¿Qué recibimiento ha tenido Urvanity estos últimos años?
Es lógico que entorno a la feria ‘madre’ salgan propuestas complementarias. Hay mucho público y creo que es enriquecedor que haya propuestas de artistas para todos. En las dos ediciones anteriores, el recibimiento ha sido espectacular, por lo que pensamos que una feria así era necesaria.
El llamado ‘nuevo arte contemporáneo’ comprende a artistas que empezaron en la calle pintando murales y que fueron llevando ese arte al mercado a través de galerías. ¿Cómo sienta este cambio de contexto al arte urbano?
Bueno, los artistas son artistas pintado muros y pintando lienzos. Digamos que el contexto y el formato es lo que cambian, y que el artista debe tener en cuenta esas variables. Por supuesto, como en todo, hay artistas que saben trasladar perfectamente esos leguajes y esas restricciones, y hay otros a los que la entrada en estudio les cuesta más. De ahí que haya artistas con proyecciones muy distintas en sus carreras.
Aunque el nuevo arte contemporáneo está ya muy consolidado en países como Francia, Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos, en España sigue siendo un mercado pequeño. ¿Crees que en un futuro esta situación pueda cambiar totalmente? ¿Cómo esperas que Urvanity contribuya en este sentido?
Yo veo que el futuro es presente, que empieza a haber un interés muy importante por todo este movimiento, y que está conectando con un público que tal vez no estaba conectando con otros lenguajes. Es ahí donde creo que tenemos la posibilidad de contribuir y descubrir, de sorprender y aportar conocimiento sobre un movimiento que lleva ya más de cuarenta años a sus espaldas y que no había tenido el reconocimiento que se merecía.
¿En que situación se encuentra el coleccionismo de arte urbano en España?
Se trata de un tipo de arte que pese a su gran calado ha sufrido la desconsideración de ciertos círculos más elitistas.
¿Ha logrado ya el arte urbano situarse en una situación equitativa en la escena del arte contemporáneo?
Efectivamente queda mucho por hacer. Para mí no es tanto que haya habido una desconsideración –que también ha pasado–, sino que no ha habido mucho acceso a nivel nacional hasta la fecha. Muchos de estos coleccionistas no están familiarizados con estos artistas y, por tanto, no los han considerado. Afortunadamente, Colección Solo, en este sentido, creo que es un balón de oxígeno y un claro ejemplo de como hacer una colección completamente diferente con una coherencia y un gusto exquisito super contemporáneo.
El arte urbano era, al menos al principio, arte reivindicativo y totalmente democrático: con unas latas de spray se pintaban muros, paredes, edificios, etc. Todo el mundo lo podía hacer pero también disfrutar. Pero ahora, las obras de Banksy se venden por millones. Así como el resto de expresiones artísticas se legitiman al entrar en una institución (galería o museo), ¿es posible que el arte urbano pierda sentido, credibilidad y legitimidad precisamente cuando abandona la calle y entra en ‘el cubo blanco’?
El arte urbano está en la calle y sigue siendo reivindicativo, son los artistas urbanos los que han comenzado trabajar más en su estudio e incluso han evolucionado hacia lenguajes más contemporáneos. Pero en cierto modo tiene sentido porque como artistas también necesitan tener ingresos y poder vivir de su trabajo. Por lo tanto, no creo que haya una pérdida de sentido; hay una evolución y, aún así, muchos de ellos nunca han dejado las calles.
Una de las novedades de esta tercera edición es la puesta en marcha del Special Curated Program, un programa de actividades programadas por un comité de comisarios independientes que abarca tres secciones: exposiciones individuales, instalaciones específicas y murales tanto dentro como fuera del recinto. ¿Qué intenciones tiene este nuevo programa?
Desde la primera edición hemos querido dar visibilidad a las intervenciones en el espacio público justo por lo comentado en el párrafo anterior: no perder la esencia de donde muchos de estos artistas vienen. Con este programa especial lo que hemos querido es hacer una selección de entre todos los artistas participantes y darles la oportunidad de mostrar su trabajo en el contexto urbano así como algunas exposiciones individuales que den a conocer mejor a algunos de los artistas.
A nivel de galerías, ¿cuáles son los principales países que suelen participar en Urvanity?
Digamos que hay una representación europea muy nutrida. Este año hay mucha italiana. Pero además, algunas que repiten vienen desde México, o algunas que se incorporan, desde China.
¿Qué no se pueden perder aquellos que nos lean y que acudan a Urvanity este año? ¿Qué artistas destacarías?
Creo que este año la selección de galerías es espectacular: Wunderkammern, Doppelgaenger, Antonio Colombo, Magma Gallery, Urban Spree o Stolen Space, que son algunas con una trayectoria espectacular fuera de España. Pero SC Gallery, My Name’s Lolita o Yusto Giner, de la escena nacional, creo que también darán mucho que hablar. Pero no te podría decir que haya favoritas, en su conjunto forman una unidad que será interesante para el espectador.
En cuanto a artistas, es increíble la cantidad de nombres que vienen: Dan Witz, Miaz Brothers, Evol, Víctor Castillo, Grip Face, D* Face, Paco Pomet, Laurina Paperina, Hell’O, London Police, Miss Van, Monyless, Sam3… y así podría ir nombrando uno tras otro. Estamos muy contentos con la selección.
¿A qué se debió que la primera edición de la feria se celebrara en el Palacio de Neptuno mientras que las otras dos, en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid? ¿Cómo afecta la localización en las ferias de arte?
El cambio fue debido al crecimiento de la feria. El Palacio se nos quedaba pequeño para la segunda edición y este año, además, el COAM nos ha permitido crecer con más metros dedicados a la exposición. Creo que la localización es importante para facilitar la visita al espectador y es cierto que Madrid, en ese sentido, está algo limitado para poder hacer proyectos de gran envergadura en zona centro.
Este año se celebra la tercera edición de la feria. ¿Cuáles son las metas, deseos y esperanzas futuras para Urvanity?
Queremos seguir poco a poco consolidando la feria y ser un complemento a la programación de la semana del arte. Esperamos y deseamos que la gente se acerque a visitarnos y sigamos escuchando que les ha sorprendido. Para nosotros es el mejor reconocimiento al trabajo duro de todo el equipo.