¿Pantalón o falda? ¿De negro o con colores? ¿Cuello alto o redondo? Estas solo son algunas de las preguntas que nos podemos hacer por la mañana cuando escogemos lo que vamos a llevar durante todo el día. Para muchos es como un ritual de preparación para lo que nos espera en el exterior. Esto, Pati e Inés, fundadoras de Rus lo saben muy bien. De hecho, este es el nombre de su primera colección: The Ritual. Pero también el equilibrio y la introspección influyen en su trabajo, sobre todo la colección de Spring/Summer 2020, que presentamos hoy. Hablamos con estas hermanas gallegas sobre su concepción de la moda, que expresan a través de productos atemporales y contemporáneos en los que la calidad es el punto de partida.
Pati, antes de la creación de vuestra marca, tú ya trabajabas en el mundo de la moda como diseñadora de punto, directora de arte o estilista. Pero tú, Inés, hasta ese momento trabajabas en una empresa de telecomunicaciones. ¿Por qué decidisteis dejar vuestras vidas por separado e iniciar este proyecto juntas?
Antes de tomar la decisión de crear Rus, Pati ya llevaba casi un año trabajando como freelance y fantaseando con la idea de empezar un proyecto propio, e Inés se planteaba un cambio de sector a algo que fuese más afín con sus intereses. Realmente tuvimos la suerte de que nuestras ‘crisis profesionales’ coincidiesen en el tiempo y que se diese el momento perfecto, porque nunca habíamos pensado en la posibilidad de encontrar algo en lo que trabajar juntas. Tenemos muy buena relación y una estética similar, y además ambas teníamos ganas de ser independientes y emprender un proyecto propio.
¿A pesar de vuestra vida laboral anterior, la moda siempre ha sido una fuerza de unión entre vosotras? O de desunión, que me imagino que os robabais la ropa la una a la otra sin consultar…
La verdad es que de pequeñas, a Inés, como hermana menor, le tocaba siempre heredar, lo cual no le hacía demasiada gracia (sobre todo porque pasamos esa fase en la que nuestra madre nos vestía iguales). Durante la adolescencia, cuando empezamos a definir más nuestro estilo propio, fue cuando empezó a haber más tránsito de ropa de un lado a otro –y más peleas, claro… Pero en general todavía a día de hoy compartimos bastante ropa y zapatos, incluso con nuestra madre, que fue la que nos inculcó el interés por la moda ya de niñas.
La idea de crear Rus surgió en septiembre de 2018 en un viaje que hicisteis las dos a Copenhague. Un año después, vuestra página web ya está en funcionamiento y vuestras prendas se encuentran en tiendas multimarca de París, Seúl, Florencia o Los Ángeles. ¿Cómo ha sido esta evolución? ¿Qué ha significado para vosotras?
En ese viaje a Copenhague fue cuando nos decidimos a dar el paso, pero nos tomamos nuestro tiempo para dar forma a la idea que teníamos y a plantear la identidad y valores de Rus. Los primeros meses se nos hicieron larguísimos, ya que teníamos que dedicar todo nuestro tiempo a un proyecto que solo existía en nuestras cabezas, y sobre el que teníamos muchas más preguntas que respuestas.
Aunque desconocíamos cómo iba a reaccionar el mercado, las dos teníamos muy claro que teníamos que arriesgarnos y proponer algo con lo que nos identificásemos 100%. Nuestra primera colección surgió de manera muy orgánica; después de más de ocho años trabajando para otras marcas, Pati había tenido más que tiempo de reflexionar e imaginar tanto el tipo de prendas como de mujer para la que quería diseñar. Realmente es un poco surrealista que en tan poco tiempo hayan pasado tantas cosas, hemos tenido la gran suerte de contar con el apoyo desinteresado de nuestra familia y de muchos amigos, algunos de ellos procedentes de ese increíble mundo global. Esa es la gran ventaja de nuestra época: las fronteras se diluyen cuando se trata de pasiones compartidas.
Aunque desconocíamos cómo iba a reaccionar el mercado, las dos teníamos muy claro que teníamos que arriesgarnos y proponer algo con lo que nos identificásemos 100%. Nuestra primera colección surgió de manera muy orgánica; después de más de ocho años trabajando para otras marcas, Pati había tenido más que tiempo de reflexionar e imaginar tanto el tipo de prendas como de mujer para la que quería diseñar. Realmente es un poco surrealista que en tan poco tiempo hayan pasado tantas cosas, hemos tenido la gran suerte de contar con el apoyo desinteresado de nuestra familia y de muchos amigos, algunos de ellos procedentes de ese increíble mundo global. Esa es la gran ventaja de nuestra época: las fronteras se diluyen cuando se trata de pasiones compartidas.
Unir la vida personal con la profesional puede ser difícil a veces. ¿Cómo os repartís las tareas? ¿Cómo es trabajar con familia?
En nuestro caso, trabajar juntas ha sido una decisión clara. Siempre nos hemos llevado bien y compartimos muchos intereses, aunque obviamente también tenemos nuestras diferencias. Al margen de la edad, al principio, como Pati tenía más experiencia en el sector y para Inés todo este mundo era muy nuevo, las dos estábamos involucradas en prácticamente todos los aspectos del negocio. Pero poco a poco, a medida que Inés se ha ido formando, nos hemos repartido las tareas de la manera más lógica teniendo en cuenta nuestras cualidades y experiencia; Pati lleva la parte creativa e Inés la operativa, aunque seguimos tomando todas las decisiones importantes juntas. Ahora la vida familiar y la laboral están muy mezcladas, pero para nosotras eso es una ventaja porque lo que más disfrutamos es viajar y poder pasar tanto tiempo juntas.
Guiadnos un poco por vuestro día a día. ¿Cómo es el proceso de creación de las prendas? ¿Escogéis primero la materia prima o creáis primero el concepto de la colección y los diseños?
Cada día es diferente. Aunque pasamos mucho tiempo juntas, también hay muchos momentos en los que trabajamos de manera independiente. Pati es la que se encarga del proceso creativo y desarrollo de producto, consultando con Inés prácticamente todo, porque Rus es un proyecto muy personal y con el que las dos nos identificamos mucho. Hay factores que nos inspiran constantemente como las distintas expresiones artísticas, la simplicidad, limpieza de líneas, volúmenes amplios inspirados por la influencia de la estética asiática, colores especiales y otras corrientes como el cine o la música. A menudo tenemos alguna idea abstracta del tema pero no tomamos la decisión hasta ver las hilaturas en Florencia.
Vamos juntas a Pitti Filati, la feria donde realizamos la selección de hilaturas italianas con las que confeccionamos todas nuestras prendas; vamos con la mente abierta para descubrir hilos y posibilidades técnicas nuevas. Ya de vuelta al estudio, realizamos una selección más detallada y centrada, haciendo un planteamiento de calidades y colores, dando ya forma concreta al concepto y pensando en volúmenes también. A continuación, pedimos los primeros conos de hilos para hacer tests y ya en la fábrica hacemos pruebas de tejido, lavado, tensión y estructura del punto. No decidimos la tipología de prendas hasta ver los primeros tests de puntos.
Vamos juntas a Pitti Filati, la feria donde realizamos la selección de hilaturas italianas con las que confeccionamos todas nuestras prendas; vamos con la mente abierta para descubrir hilos y posibilidades técnicas nuevas. Ya de vuelta al estudio, realizamos una selección más detallada y centrada, haciendo un planteamiento de calidades y colores, dando ya forma concreta al concepto y pensando en volúmenes también. A continuación, pedimos los primeros conos de hilos para hacer tests y ya en la fábrica hacemos pruebas de tejido, lavado, tensión y estructura del punto. No decidimos la tipología de prendas hasta ver los primeros tests de puntos.
¿Por qué decidisteis especializar la marca en el punto? ¿Tenéis pensado aumentar la oferta en el futuro o queréis que este sea vuestro sello personal?
El punto es la gran obsesión de Pati, a la que se dedica desde hace ya nueve años, por ser una especialidad en la que existen infinitas posibilidades gracias a la combinación de creatividad y técnica. No podíamos desaprovechar su experiencia y conocimiento, esenciales para ofrecer un producto de calidad y diseño a la altura de Rus. Desde el primer momento supimos que debíamos empezar por lo que sabíamos hacer y, poco a poco, ir descubriendo y abriéndonos a nuevas posibilidades. Por ahora, el punto es nuestro sello personal, que complementamos con pequeñas colaboraciones.
“Esa es la gran ventaja de nuestra época: las fronteras se diluyen cuando se trata de pasiones compartidas.”
Otro de los sellos de Rus es la creencia de seleccionar antes que acumular. Con este propósito tratáis de crear prendas atemporales y funcionales. Ahora más que nunca, el cambio climático y nuestra responsabilidad son temas de actualidad. La industria de la moda es una de las más contaminantes, pero cada vez nacen más marcas que entienden la moda de una forma diferente y siguen procesos y valores más ecológicos y sostenibles. ¿La lucha contra el cambio climático y el consumo responsable os motivaron a crear la marca? ¿Consideráis que formáis parte del llamado ‘slow fashion’?
El consumo responsable es uno de los valores con los que más nos identificamos. Desde un primer momento nos motivó fomentar el aprecio por la calidad y la artesanía, por las prendas bien concebidas y éticamente producidas. En el punto hay muchos procesos manuales que requieren su tiempo. Producir localmente y elegir materias primas de calidad es una prioridad para nosotras con el fin de ofrecer un producto que sea a la vez atemporal y contemporáneo, para disfrutar durante un largo período de tiempo, disminuyendo el ritmo del consumo y trabajando para construir un armario que trascienda las estaciones.
¿Creéis que realmente el mundo de la moda, tanto por parte de los productores como de los consumidores, está viviendo una transformación? ¿O hay mucho green-washing?
Creemos que sí, que estamos viviendo un momento de transformación. Quizás todavía falte convencimiento de que no podemos seguir consumiendo al ritmo que lo hacemos en la actualidad, no es viable. Respecto al green-washing, creemos que es importante que las marcas multinacionales se unan a los grandes cambios, y aunque están haciendo gestos, no parecen suficientes, sobre todo porque la palabra sostenible se ha vuelto una herramienta de marketing de las que todos echan mano con palabras, pero no con hechos. Además, no llegan a hacer la reflexión de que ese consumo irresponsable al que estamos habituados es absolutamente insostenible.
La inspiración para The Ritual, vuestra primera colección, la de Fall/Winter 2019, proviene del acto de vestirse, un momento íntimo que queréis elevar a la categoría de rito místico. Se trata del momento en que decidimos cómo nos vestimos según nuestro estado de ánimo y necesidades. ¿Alguna vez las prendas que habéis escogido han tenido un papel terapéutico?
El proceso de elegir prendas es un proceso de construcción que nos permite expresar de manera simbólica aunque tangible muchas cosas. Los colores, las texturas o el confort son portadoras de un mensaje emocional, todo influye. Las buenas elecciones refuerzan el estado de ánimo y la confianza. Prepararse para enfrentarse al exterior y a lo que traiga cada estación, el sol, la brisa, la lluvia o la nieve.
A nivel personal, ¿a qué momento le dais más importancia, al de vestirse o al de desvestirse?
El acto de vestirse nos parece un momento mágico, además de íntimo y personal. Un momento de preparación para afrontar cada día según se presente.
Ya que la colección va de rituales, ¿tenéis algún otro que nos queráis confesar?
Nuestros favoritos son los pequeños rituales, esos que te hacen sentir mejor instantáneamente, como un baño caliente, encender una vela, tomar una cerveza fresca, pasar la tarde con un buen libro…
Vuestra colección, con su gama de colores y sus cortes limpios, tiene una aura muy espiritual. ¿La espiritualidad o la meditación forman parte de vuestras vidas? Si es así, ¿cómo se ha traducido en vuestras prendas?
Gran parte de nuestra inspiración procede de la influencia de Japón y su filosofía, una cultura con una potente carga espiritual. Creemos en el poder de la meditación, de dar un paseo junto al mar o rodearse de naturaleza, tener un rato para estar con nosotras mismas o sentir la levedad del mundo. Esto se traduce en las prendas en forma de distintas texturas, ligeras y delicadas, que producen diferentes sensaciones en contacto con la piel.
“Los colores, las texturas o el confort son portadoras de un mensaje emocional, todo influye. Las buenas elecciones refuerzan el estado de ánimo y la confianza.”
En las fotografías de la colección destaca la presencia de paisajes naturales o de elementos de la naturaleza. Ya habéis dicho en varias ocasiones que os inspiráis en sus colores o en sus formas. ¿Vuestra inspiración reside en algunos paisajes específicos? ¿Hay algo que os involucre con ellos?
Como hemos crecido en Galicia nos inspira la presencia del mar y sus bosques de robles y castaños. Nos atrae la variedad de nuestro paisaje: la limpieza de los acantilados, la armonía de los cielos cambiantes, la paz de ciertos espacios deshabitados. También nos impacta la obra creativa: la arquitectura y su relación con el espacio, la armonía de lo simple, la belleza de lo efímero, las formas limpias y los materiales nobles.
En la cuenta de Instagram de Rus se ve claramente cómo la arquitectura y otras expresiones artísticas comparten protagonismo con fotografías de vuestros productos. ¿Cuáles son los artistas que más influyen vuestro trabajo?
Nos inspiran las obras de John Pawson, Isamu Noguchi o Donald Judd y sobre todo la de mujeres artistas como Rachel Whiteread, Eileen Grey o Charlotte Perriand.
Siguiendo esta filosofía, habéis colaborado con varios artistas de disciplinas diferentes, como por ejemplo la pintora Esther Chang o la artista digital Rebecca Lee. ¿Creéis que la moda no se puede entender sin la conexión con otros artes o simplemente creéis que es un valor añadido?
El arte es una de nuestras principales inspiraciones, es por ello que tuvimos idea de hacer esta serie de colaboraciones, que nos permiten también poder ver y comunicar el universo de Rus a través de los ojos de otros creativos a los que admiramos. No solo creemos que dan valor a la marca sino que también forman parte de nuestros valores.
¿Qué podemos esperar del futuro de Rus? Justo acabamos de recibir las imágenes de la nueva colección de Spring/Summer 2020, que acompañarán la entrevista. ¿Vuestras colecciones futuras seguirán girando alrededor de rituales y de la mística?
De alguna manera sí. Siempre vamos a buscar esos momentos de confort y de introspección, de equilibrio y de simplicidad, porque forman parte de la identidad de Rus. Por ejemplo, nuestra colección de verano 2020 tiene como título The Lightness of Being (La levedad del ser), continuando con esa influencia mística, la tensión entre lo visible y lo invisible y la importancia de las experiencias táctiles. Además contemplamos que haya prendas que permanezcan presentes en consecutivas temporadas, fieles a nuestra filosofía de crear prendas intemporales.