Este gallego residente en Berlín es artista y también comisario. Rubén Grilo usa materiales tan dispares como pantalones tejanos o moldes de plástico en forma de tabletas de chocolate. Es curioso y capaz de crear su propia tecnología láser para realizar obras, y lo representan las galerías Nogueras Blanchard, que lo llevó a ARCO, y la Future Gallery de Berlín, además de estar expuesto en la Fundació Miro de Barcelona hasta diciembre. Con un perfil tan interesante, decidimos hablar con él y entender mejor lo que hace.
Para empezar con la entrevista, vayamos atrás en el tiempo. ¿Cuándo supiste que querías ser artista? ¿Hubo algún momento en especial, o fue más bien un proceso?
El arte es una forma muy refinada de auto-explotación, ni siquiera recuerdo cuándo empezó. Solo recuerdo el momento en que decidí que viviría de ello, porque descubrí que, para conseguirlo, me tenía que distanciar emocionalmente de un trabajo que hasta entonces era puramente libidinal.
Actualmente vives y trabajas en Berlín, y es sabido por todos que es la ciudad europea de moda actualmente. ¿Cómo lo ves tú?
Ni idea. Ahora la mayoría de la gente tiene Internet, a lo mejor no hace falta estar aquí.
Usas materiales tan distintos como objetos encontrados, animaciones proyectadas en láser, presentaciones PowerPoint, pantalones, etc. ¿Dónde aprendiste a trabajar con todos ellos? Y dime un material con el que te gustaría trabajar y experimentar en tu creación artística que todavía no hayas usado.
Todo el mundo usa PowerPoint, para todo lo demás RTFM. Es verdad que algunos proyectos requieren ingeniería inversa, pero lo mismo que cualquier pirata. Otras veces hay que ponerse desde cero. En el caso del láser, hicimos nuestra propia tecnología porque la que se podía comprar era cara y obtusa. Los dos primeros prototipos que expuse estaban basados en una placa de finales de los 90 sobre Windows 32 bit: eficaz pero anticuada. Más adelante desarrollamos un hardware más autónomo. Ahora van en una caja que dispara automáticamente la animación al proyector en ILDA, con un pequeño DMX para controlar velocidad y demás. Para llegar a esto trabajé con dos ingenieros. Otras piezas se encargan, como una línea de pintura al óleo hecha en colaboración con Kremer Pigmente que está molida con aceite de caja de cambios para que no se seque nunca. En el futuro quiero tostar el denim en China.
Usas recurrentemente los pantalones vaqueros como lienzo o soporte de tus creaciones. ¿A qué se debe? ¿Qué tiene el denim que lo haga tan especial?
Como gallego he pasado la vida oyendo historias sobre Zara, y he ido observado lo que hacen y cómo operan en diferentes partes del mundo, así que es parte de mi folclore. A día de hoy hay muchas empresas de fast fashion en el mundo, pero probablemente ninguna que produzca tanto y tan rápido, por eso me interesó como tema. Aunque no es el único proceso que se utiliza para tratar el denim, es fácil encontrar pantalones vaqueros en los que han utilizado el láser para desgastar o cortar patrones digitales en el tejido. Lo que hago es samplear esos patrones y utilizar la misma técnica láser para reproducirlos de nuevo, dejando a la luz la poca relación que guardan con el cuerpo humano. A pesar de que el denim es un tejido que se inventó originalmente para protegerlo de las agresiones del trabajo físico, hoy en día el cuerpo aparece virtualizado.
Tienes una serie de obras llamadas Drawings of Alien Control, con señales/marcas que siguen un patrón. ¿Qué significan? ¿Por qué este título?
Intento no pensar en el significado de lo que hago. La verdad, no tengo ni idea de qué significan mis piezas ni me lo he preguntado nunca. Creo, además, que al utilizar esa palabra estamos engañando a la gente, porque es contingente y representa solo una pequeña parte de lo que hacemos. Pero entiendo lo que quieres decir: puse ese título porque en ese momento varias personas de mi entorno cercano estaban atravesando pasajes psicóticos. Esto me hizo pensar en la sensación de unidad del yo y en como nuestra relación con las máquinas puede ser definida en estos términos de continuidad o rechazo a lo que está fuera de la burbuja subjetiva. 'Alien' hace referencia a lo alieno, a lo que viene de fuera.
Como a (casi) todo el mundo, me encanta el chocolate. Y me han llamado la atención un par de obras que son composiciones hechas con los envoltorios de papel de las tabletas. ¿Cómo y por qué decidiste usarlos? ¿Cuál es el mensaje/intención (o en plural, si hay varios) detrás de estas creaciones?
Las piezas son moldes de chocolate hechos con plástico rígido que recuerdan a las que se utilizan en la industria. Las onzas en las tabletas de chocolate son unidades de medida que se relacionan con el tamaño de la boca. Al mismo tiempo, las tabletas tienen más o menos onzas dependiendo del público al que se dirigen y las estanterías en las que se ponen a la venta. Por ejemplo, en el Reino Unido, son más pequeñas que en España porque están pensadas para que se las coma una sola persona. Lindt hace que el chocolate más caro sea más frágil, y Nestlé controla el lugar por el que se va a romper estrechando las uniones entre algunas onzas. El objeto en sí contiene una gran cantidad de información sobre el cuerpo, la sociedad, la tecnología y la economía de la que participan. Quería copiar los moldes y no el chocolate para poner el acento en esta complejidad, recordando la famosa cita de Bateson: "el río moldea la montaña y la montaña guía al río. » No hay subordinación entre el río y la montaña, entre el chocolate y el molde. Los dos se hacen mutuamente. Es una forma de meter a Gilbert Simondon y a Willy Wonka en la misma caja.
Además de artista, eres curador de exposiciones. ¿Qué es lo que te gusta de este rol?
Es un poco más complicado. Te lo voy a explicar con esta paradoja: si eres artista e invitas a alguien a participar con una pieza en tu exposición individual, la gente dirá que eres muy generoso. Pero si en vez de invitar a una persona invitas a una veintena, lo que dirán es que te estás dando bombo y que deberías sacar tu trabajo de en medio. Estos son el huevo y la gallina del comisariado. Es interesante, porque ellos (los comisarios) también son como artistas, pero a diferencia de otros, ni hacen arte ni lo exponen. Es el render final de lo conceptual, su ego se manifiesta en la exposición a un nivel puramente cognitivo. Esa iconoclastia tiene sus ventajas, pero es al mismo tiempo su talón de Aquiles. A un artista se le dan más licencias.
El año pasado monté una exposición en la Future Gallery. La idea era presentar algo muy experimental en un formato muy convencional. Mark Chang es un ingeniero electrónico, Elf Stacy Rose es un avatar que hace decoración para fiestas infantiles, Chemical Guys es una empresa que fabrica ambientador con olor a coche nuevo, e incluso había un par de fulguritas. También había una copia autorizada por AA Bronson de un trabajo de General Idea de los 80s, el facsímil de una publicación para una instalación de Allan McCollum del 98, y una colección de colgantes de papel que compré con Megan Cotts en eBay, doblados con un técnica idéntica a la que su familia tenía patentada en Alemania antes de que fuera expropiada por los nazis. Había un vídeo que nunca me canso de ver de Alicia Framis, una pieza maravillosa de Ran Zhang producida con un microscopio, unos dibujos hechos con los ojos de Jochem Hendricks y unas piezas con telas de araña que Anne de Vries hizo para la ocasión.
El año pasado monté una exposición en la Future Gallery. La idea era presentar algo muy experimental en un formato muy convencional. Mark Chang es un ingeniero electrónico, Elf Stacy Rose es un avatar que hace decoración para fiestas infantiles, Chemical Guys es una empresa que fabrica ambientador con olor a coche nuevo, e incluso había un par de fulguritas. También había una copia autorizada por AA Bronson de un trabajo de General Idea de los 80s, el facsímil de una publicación para una instalación de Allan McCollum del 98, y una colección de colgantes de papel que compré con Megan Cotts en eBay, doblados con un técnica idéntica a la que su familia tenía patentada en Alemania antes de que fuera expropiada por los nazis. Había un vídeo que nunca me canso de ver de Alicia Framis, una pieza maravillosa de Ran Zhang producida con un microscopio, unos dibujos hechos con los ojos de Jochem Hendricks y unas piezas con telas de araña que Anne de Vries hizo para la ocasión.
Tu proyecto más reciente es la primera exposición del ciclo Cuando las líneas son tiempo, en el Espai13 de la Fundació Joan Miró en Barcelona. Cuéntanos un poco más.
El encargo surgió de Martí Manen, que además de ser un profesional excelente es un gran amigo y trabaja con una ética ejemplar. Martí conoce lo mejor y lo peor de mi trabajo, así que fue muy fácil circular con él sobre las ideas que barajamos para la exposición. Mi punto de partida era que las ideas no tienen propietario, que no existe la originalidad y que la subjetividad en el arte, que se manifiesta en el estilo y cosas así, está obsoleta. En ese sentido fue muy interesante preparar una exposición rodeado de piezas de Joan Miró, porque me hizo pensar en formas de escapar los aspectos psicológicos del arte, o incluso a preguntarme si puede existir el arte más allá de la representación psicológica del artista. Por eso la repetición, el uso de las medidas estándar, los procesos industriales y el uso de tecnologías digitales en el diseño de las piezas era muy importante.
En el Espai13 hay una pieza de audio con 6 canales que reproducen el sonido de un oboe sintético sonando entorno a los 440 Hz, la nota que se utiliza tradicionalmente para afinar las orquestas. Todos están ligeramente desafinados, así que lo que se escucha es muy parecido al claxon de un coche. Luego hay una pieza de luz que sustituye la iluminación del espacio con bombillas en diferentes matices de blanco montadas sobre raíles ERCO, el display del prototipo de la pintura fabricada por Kremer, y seis piezas nuevas con moldes de chocolate. Las piezas están juntas pero no revueltas. El centro del espacio está vacío como un garaje, la luz es blanquecina pero deficiente en algunas partes y no está muy claro qué es una pieza y que no. Mejor visitarla.
En el Espai13 hay una pieza de audio con 6 canales que reproducen el sonido de un oboe sintético sonando entorno a los 440 Hz, la nota que se utiliza tradicionalmente para afinar las orquestas. Todos están ligeramente desafinados, así que lo que se escucha es muy parecido al claxon de un coche. Luego hay una pieza de luz que sustituye la iluminación del espacio con bombillas en diferentes matices de blanco montadas sobre raíles ERCO, el display del prototipo de la pintura fabricada por Kremer, y seis piezas nuevas con moldes de chocolate. Las piezas están juntas pero no revueltas. El centro del espacio está vacío como un garaje, la luz es blanquecina pero deficiente en algunas partes y no está muy claro qué es una pieza y que no. Mejor visitarla.
A pesar de tu juventud ya has expuesto individualmente en distintas ciudades como Berlín, Madrid o Londres. ¡El futuro pinta bastante bien para ti!
¡Gracias! De todos modos, quiero dejar claro que esa idea de carrera artística me parece tóxica, (lo digo pensando en quien nos lea). Produce ansiedad en los estudiantes, histeriza la producción, baja la calidad y crea la falsa idea de que algo es menos interesante porque nadie lo quiere exponer o comprar. La verdad es que ser joven no hace tus exposiciones más interesantes, exponer en distintas ciudades no es la única forma de exponer, y exponer no es la única forma de hacer arte. Una amiga dijo una vez: "el sistema del arte es un mal sistema para el arte. » Estoy de acuerdo. Y formar parte de él no lo hace mejor. Por eso creo que en el futuro deberíamos trabajar en nuevos modelos. Lo digo con una sonrisa, a pesar de la foto (risas).