Con la teatralidad y la intención narrativa con la que Reparto aborda cada colección, la firma madrileña vuelve a las pasarelas catalanas en el segundo día de 080 Barcelona Fashion, con una propuesta que se siente como una continuación natural de lo presentado hace un año en el mismo escenario. Si antes retrataban esta serie de infortunios y luchas diarias a las que llamamos vida como si de un reality show se tratara, lo de esta colección ahonda en el dramatismo, en la tragedia y en la locura de la misma, decadente sí, pero bella también. Con la ideación de un vanitas del siglo XXI y la creación de los outfits que acompañan nuestras penurias, Ana y Margil siguen construyendo personajes, ampliando su reparto.
Completa oscuridad, solo un rostro tenebrosamente iluminado por un destello de luz abre la pasarela. ¿La pantalla de un móvil? ¿Una crítica a nuestra esclavitud hacia el mundo digital? No. Una simple linterna, porque esta historia va sobre la vida real, sobre los miedos, las inseguridades y los conflictos internos a los que el ser humano se ha visto sometido desde el principio de los tiempos, pre y post internet. Con un look de apertura donde un vestido con un estampado del vanitas que es imagen de esta colección, con el cráneo, las flores muertas y las colillas, es conjuntado con un lazo rosa gigante en la cabeza, como si de un regalo se tratara; se plantea la dicotomía que atraviesa toda la colección. ¿Es la muerte un regalo? Memento mori. ¿Castigo o premio?
Al ritmo de The Beginning of the End, banda sonora de Réquiem por un sueño, se construye una estética donde lo artístico y teatral de las vanitas del siglo XVII, donde la muerte cobra más significado que nunca, se funde con los propios dramas más cotidianos y propios de la juventud, que muchas veces son tan punzantes que llegan a doler tanto como el hecho de saber que vamos a morir. Para esto, piezas y siluetas de época, como las semejantes a crinolinas, cotas de malla, pololos bombachos y trajes festivos, se combinan de forma decadente y casi irónica con la deconstrucción de las prendas, la torsión de las camisas, los tejidos deportivos y los estampados gráficos tan propios del siglo xxi.
A través no solo de los looks, sino del estilismo, con los extravagantes peinados deshechos, el glamuroso maquillaje arruinado y algunas de las prendas hechas jirones, vemos cómo no hay fiesta que dure cien años, ni cuerpo, ni ropa que lo resistan. Los vestidos de monedas o cremalleras que una vez fueron el centro de atención por el brillo resplandeciente de los metales ahora resultan una carga que persigue con su ruido incesante al portador, y las plumas que una vez decoraron ostentosas estolas se enredan en el cuerpo, convirtiéndolo poco a poco en un animal que lucha por su vida. Como siempre, Reparto acude a la exploración material con todo tipo de recursos, desde la reutilización de prendas a la inclusión de fornituras inesperadas, que contribuyen a ampliar el interés de su propuesta.
Con Clasificación: R, nombre de esta colección, la firma crea su propia categoría, una en la que no se excluye o se prohíbe a los menores de cierta edad ver lo que se esconde detrás del título, sino que se explora, se retrata y se conecta con la dura realidad que se empieza a vivir precisamente en esa época de la vida, en la adolescencia. Con una crudeza tan sensible que solo se puede traducir como la vulnerabilidad propia con la que Margil Peña y Ana Viglione se enfrentan a sus propios miedos y preocupaciones colección tras colección, y un universo estético que con el paso del tiempo los representa cada vez más, Reparto continúa escribiendo historias que nos interesa leer.















