Hace unos días nos hacíamos eco de la inminente celebración de la nueva edición de Pasarela Barreira en este artículo. El mayor evento de estas características de Valencia volvía a la carga con su undécima convocatoria para presentar el trabajo de los estudiantes del Área de Moda -cuya coordinadora es Elena Giménez y cuenta con docentes como Adrián Salvador, Betto García o Eva Muñoz- quienes, en esta ocasión debían desarrollar sus propuestas en torno al concepto Renewal. Ahora ha llegado la hora de analizar la última edición de esta cita conducida por Barreira A+D, anunciar los ganadores en las distintas categorías y sacar conclusiones. ¡Vamos a ello!
Nada más y nada menos que 33 estudiantes de moda desvelaron sus proyectos en la última edición de Pasarela Barreira el pasado viernes en el espacio de Zeus de La Marina de Valencia. El evento anual en el que los estudiantes de moda del centro valenciano presentan sus trabajos de fin de ciclo o grado nos permitió conocer más a fondo la visión creativa de más de una treintena de jóvenes talentos, quienes demostraron ser plenamente conscientes de que replantearse el sistema de la moda, su ritmo y funcionamiento, no es una opción sino una necesidad imperiosa.
Convencidos de que el único camino posible es la renovación profunda de la industria y los hábitos de consumo, estudiantes del Grado Medio en Sombrerería y Complementos de Moda, del Grado Superior en Estilismo de Moda y del Grado en Diseño de Moda subieron sus creaciones a la pasarela ante un expectante público de más de cuatrocientas personas. Familiares, amigos, profesores, profesionales del sector y un jurado de expertos conformado por la periodista Amanda Prado, la estilista Nirave Sánchez, la diseñadora de moda y docente de Barreira A+D, Marina Lafuente, el diseñador Nicolás Montenegro y la directora académica de Barreira, Carmen Alabau. Nadie quiso perderse ni un detalle de la carta de presentación de estas jóvenes promesas de la moda española.
Reconectando con la esencia de la moda y huyendo del frenético ritmo intrínseco a las tendencias, las colecciones presentadas en la undécima edición de Pasarela Barreira subrayaron la importancia de contribuir a la sostenibilidad, estableciendo relaciones duraderas con el objetivo último de generar valor desde una perspectiva consciente. Y de entre todas las propuestas, estas fueron las que conquistaron al jurado alzándose con el premio a mejor propuesta en las distintas categorías: Sempiterno, de María Molina (estudiante de GM en Sombrerería y Complementos de Moda); Deformati_0, de Elías Enrique Dana (GS en Estilismo de Moda); y Since 2011, de Aseel Salah Salem (Grado en Diseño de Moda).
La primera galardonada, María Molina, nos transportó al fondo marino con su colección Sempiterno. Partiendo de un concepto que no entiende de finales, el de la durabilidad infinita, la diseñadora llevó a cabo una selección de elementos que componen el mundo marino para crear el suyo propio, materializando sentimientos y narrando a su vez su crecimiento personal. Técnica, conciencia y emoción unidos en una colección que se proclamó vencedora entre los estudiantes del Grado Medio en Sombrerería y Complementos de Moda.
Elías Enrique Dana optó en su lugar por un impresionante maximalismo con toques de ugly design, visión que materializó en su colección Deformati_0. Renegando de los cánones de belleza establecidos y ampliando horizontes a través de uno de los lenguajes universales más potentes, la moda, el premiado en la titulación de Grado Superior en Estilismo de Moda e Indumentaria nos trasladó a un mundo que abraza la dismorfia, la deformación corporal y el no binarismo. Todo ello de la mano de la moda escultural, en la que elementos históricamente rechazados adquieren un nuevo significado y se convierten en protagonistas.
El proyecto presentado por Aseel Salah Salem no dejó a nadie indiferente. Inspirado en la Primera Guerra Civil que comenzó el 17 de febrero de 2011 y se prolongó hasta la Segunda Guerra Civil en Libia, este trabajo transmite cómo era la vida en el país partiendo de las vivencias de la autora y cómo cambió una vez su ciudad pasó a estar bajo control del ISIS. “La primera parte de la colección se basa en mi infancia en Libia antes de la guerra, mostrando cómo era la vida y, lo más importante, mi relación con mi abuela”, responde la diseñadora cuando le preguntamos por la inspiración de su colección, Since 2011, premiada con el título a mejor propuesta en la categoría Grado en Diseño de Moda.
“La colección de mujer refleja la religión, la cultura y la vestimenta de las mujeres en Libia, así como el dolor, la pérdida, y cómo quedó después de la guerra. He logrado transmitir este concepto a través de una profunda investigación en el textil, utilizando la técnica del tie-dye”. La carga emocional de la propuesta, exquisita a nivel visual y estético, vuelve a poner de manifiesto el poder de la moda a la hora de reflejar realidades, canalizar sentimientos y exponer vivencias de forma efectiva y contundente.
Esta edición de Pasarela Barreira también nos ha dejado interesantes propuestas inspiradas en la energía del cuerpo en sus distintos estados, la obsesión por los huesos, la geometría fractal que se refleja en la naturaleza o los abuelos, perfectos embajadores de la artesanía y el savoir-faire. También hemos visto colecciones capaces de trasladarnos a lugares concretos, como la presentada por Sara Magen Pascual, cuyo punto de partida es un municipio de Teruel, Cella. “Orígenes habla de su gente y de su historia, de su campo y de su jota. De hogar, de pasión por la alta costura y la costura artesanal de su indumentaria tradicional”, comenta su artífice.
Elena Velázquez Sanz quiso aprovechar esta oportunidad para hablar de uno de los problemas de salud mental que más azotan a la sociedad a día de hoy. “ANGOR nace de la necesidad de expresar visualmente aquello que sentimos al sufrir ansiedad, con el fin de dejar de banalizar este trastorno”, explica la joven creadora, quien a través de una propuesta muy bien resuelta quiere ayudar a las personas para que no se sientan solas y busquen ayuda.
Mientras Laia Medina ha dado forma a su colección partiendo de sus vivencias en Nápoles, tras la observación y fijación frente a la devoción de santiguarse cara a los altares dedicados a las vírgenes, Laura Cárcel ha tomado la relación con su hermano como fuente de inspiración para su propuesta A imagen y semejanza. “La historia se narra como si de actos de una obra de teatro se tratara, y se emplea la iconografía religiosa descontextualizada y contemporánea como elemento principal de inspiración”, comenta sobre un proyecto que contrapone conceptos como el bien y el mal, la envidia y el perdón.
Mención especial merece el trabajo firmado por Mar Torregrosa, Rapsodia, en el que la ansiedad vuelve a estar presente, en esta ocasión en forma de referencias a la figura humana y sus fragmentos. “En esta primera colección, se materializa la ‘sensación del peso de las emociones’ a nivel mental y cómo influye en el proceso de expresión artística de una persona. Arte para procesar y comprender las emociones”, dice la diseñadora. Su colección transita por cuatro etapas: el conflicto interno, el desencadenamiento, la liberación emocional e la integración.
Tampoco debemos pasar por alto la colección presentada por Yumi Wang, estudiante de la titulación Grado Superior en Estilismo e Indumentaria. Su proyecto, Ballerina, es una apreciación de la actitud y el espíritu libre de los bailarines ante la danza, sentimientos con los que la creativa conecta profundamente. Tomando como referencias la vestimenta de la película Cisne negro protagonizada por Natalie Portman, la estética naíf de Barbie y las 12 princesas bailarinas, o la espiritualidad de Billy Elliot, esta es una de las colecciones –con una potente carga emocional– mejor resueltas.
Ya sea recurriendo a sus vivencias durante la infancia, a los relatos de sus padres y abuelos o a elementos de la naturaleza que a todos nos conectan, los estudiantes de Barreira A+D han demostrado en esta última edición estar comprometidos con la concepción de la moda que de verdad interesa. Una visión que no depende de las tendencias, aunque es consciente de ellas. Una forma de pensar conectada a la emoción que busca hacer de este sector un lugar mejor.