La semana pasada presentábamos con esta editorial las nuevas Reebok Aztrek. “Estoy lista para lo que sea, cuando sea. Quiero cambiar el mundo. Quiero criar a mi hija. Quiero criar a una reina. Quiero criar el futuro”, dice Cardi B en el vídeo de la campaña, haciendo suyo el espíritu combativo y transgresor de una década, la de los 90, tan presente también en nuestros días. Y es que hoy no solo vemos el reflejo de aquellos años en términos de moda y estética, sucede lo mismo en la música, si entonces el Hip Hop llegó al gran público, hoy la música urbana sigue conquistando nuevos territorios; y desde luego también en términos reivindicativos, porque si algo caracteriza a los millennials y el momento en que vivimos es el compromiso social y la lucha por las causas justas. Sobre todo esto y más hablamos con algunos creativos del momento que precisamente nacieron en los noventa.
Empieza Soraya Yasmin, polifacética donde las haya, y bien conocida dentro y fuera de Instagram por sus múltiples alter egos: “Todo vuelve y para mí lo más curioso es la manera en la que se exponen las súper estrellas a través de la música. Recuerdo a Whitney Houston como una musa cuando era pequeña, recuerdo cómo proclamaba su identidad con fuerza; y ahora tenemos a Cardi B, una artista fuerte, inspiradora e de imagen impecable, que en sus galas proclama la belleza de venir del ghetto y ser una misma”. Kristina Petkovic, 22 años, estudiante de Historia del Arte, DJ, productora musical y e integrante del grupo punk Hooligans del Amor, ahonda en la importancia de reafirmarse uno mismo: “En la actualidad encuentro a una juventud que quiere moverse y conseguir cumplir sus proyectos, y no conformarse con lo que le ha tocado en la vida”. Y la también cantante Aleesha Rose sentencia: “Hacemos las cosas a la manera que nosotros queremos”.
¿Qué suponen los noventa para alguien que vivió su infancia en esa época? Obviamente no puedes más que tomar conciencia mucho después, pero Kristina lo tiene claro: “Al pensar en los noventa, lo primero que me viene a la cabeza es internet, la moda del tribal, los tramp stamps, la creación de las Bratz, el terror de serie B, la música gabber, el fin de la era del Bakalao, y sobre todo una década en la que musicalmente las masas consumían absolutamente todo a la vez, desde el pop más comercial pasando por R&B y Hip Hop, hasta el punk con grupos como Rancid o el boom del grunge con grupos como The Gits”. La ilustradora Amanda Portillo, que acaba de lanzar junto a los Javis una nueva marca de moda bajo el nombre de AS IF Clothing, se muestra aún más entusiasta si cabe: “Llevamos años reivindicando los noventa porque es la década más guay del mundo mundial (risas). Todo lo que mola pasó en los noventa: internet, la revolución del móvil, la oveja Dolly... Aunque lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en los noventa son las series y películas. Los protagonistas iban vestidos que te mueres, y todo estaba lleno de color, algo que ya venía de los ochenta pero que se reforzó en la siguiente década”. Y el estilista y director creativo Javier de la Blanca, ojito a su Instagram, recuerda que la década de los noventa fue el comienzo del antifashion, “y con ello, la creación de muchas de mis actuales marcas favoritas. Además, las modelos, y las famosas en general, ya no tenían que ser perfectas y bellas dentro de los cánones clásicos impuestos, otros cánones de belleza empezaron a emerger, una versión diferente de la belleza, donde lo feo era bonito; y a día de hoy, se siguen experimentado nuevas versiones de belleza”.
Se siguen experimentando y propagando con una rapidez endiablada gracias a lo que todo el mundo coincide en destacar como la gran revolución de los noventa. Internet. Quién nos iba a decir que aquellos móviles de antaño serían hoy prácticamente una extensión de nuestro propio cuerpo que utilizaríamos para casi todo. Y que las redes sociales, más allá del dame un like, han demostrado ser una herramienta imprescindible en las movilizaciones sociales. Soraya de nuevo: “Me parece precioso la forma en la que internet nos une y nos da voz a la hora de sentar las bases para crear una revolución que nos lleve a un mundo mejor, el hecho de ver cómo nos unimos y cómo hacemos piña para gritar juntos y así cambiar poco a poco en temas de ecología, feminismo o cultura LGTBQX. Hay que gritar por la igualdad y la evolución, seguir el camino que empezaron nuestras madres, abuelos, y toda una generación para que sigamos siendo seres humanos libres y con igualdad de derechos sin distinción de géneros binarios, procedencia o forma de ser”. La estilista Helena Gorogoro ahonda en el tema: “Los noventa fueron el despertar 'revolucionario' de muchos temas en la manera que los conocemos hoy, temas tan importantes como la toma de conciencia del medio ambiente, o asuntos de colectivos LGTBI. Sencillamente son luchas que siempre habían estado en colectivos minoritarios (que los siguen siendo) pero que en los noventa empezaron a tener más voz. Lo realmente revolucionario hoy en día es la manera en la que luchamos por esos temas, que viene dada por la forma en la que nos comunicamos, por la rapidez con la que accedemos a la información. Parece algo muy obvio, pero pienso sinceramente que eso ha marcado la diferencia. Los nuevos recursos nos han permitido escuchar voces y causas que antes nunca hubieran llegado a los medios de comunicación por ejemplo”.
Todos estamos de acuerdo en que internet y las redes sociales han moldeado la forma en la que nos relacionamos y consumimos información. También en que es necesario luchar por tus sueños y por las causas justas. Kristina: “Considero que vale la pena luchar por la libertad de expresión, por los derechos y mejoras sociales y políticas. Hay que mejorar el sistema educativo, y desde luego seguir en la lucha feminista y contra las discriminaciones raciales. La nueva ola feminista es una auténtica revolución y aunque quede muchísimo camino por recorrer es innegable todo el empeño y el esfuerzo que se está poniendo en generar cambios a mejor”. Amanda: “Hay muchas causas por las que luchar, la igualdad, el cambio climático, el reciclaje, contra el maltrato animal y las injusticias sociales y laborales”. Alex de la Croix, filmmaker y co-director de La Juan Gallery, en Madrid: “Vale la pena luchar para ser escuchado. Dar voz a causas que quizás tienen menor repercusión mediática y son, en cierta forma, olvidadas. Vivimos en un sistema mundial basado en un primer mundo y en un tercero, y el primero no existiría sin el tercero. Es importante tenerlo muy presente para aportar todo lo necesario a quienes lo necesitan, ya que disponemos de muchos recursos para poder hacerlo”. Javier: “Hay millones de causas, pero la mía ahora es la lucha feminista”. La cantante y compositora Brisa Fenoy asegura: “Sin lucha, todo estaría perdido. Quizás la primera gran contienda comience por nosotras mismas ya que la libertad no es un don, es una conquista diaria y requiere mucha energía para mantenerse despierta y dispuesta a elegir lo justo, aunque nos cueste”. Y el artista y fotógrafo Daniel de Valle, cuyo trabajo con flores aplicadas sobre el rostro y cuerpo de modelos causa sensación desde que mostrara sus primeros proyectos hace un par de años, sintetiza en unas palabras el pensamiento general: “La vida es una batalla que tenemos que jugar a diario. Hay que luchar siempre por todo lo que deseas.”
Pero, ¿cómo se hace eso? ¿Cómo mantenerse fiel a tus principios, defender tus ideales, apostar sin desfallecer por tus proyectos? ¿Nos sentimos libres y fuertes para ello? ¿Sucumbimos ante ciertos límites? ¿Es la subversión una forma de reafirmar nuestras convicciones? ¿Qué es ser subversivo hoy en día? Aleesha: “Ser realmente tú, que le den a los estereotipos y a lo que la gente espere o diga de ti”. Javier: “Intentar tener siempre una crítica (positiva o negativa) de todo lo que te rodea”. Helena Gorogoro: “Ser subversivo está súper ligado a la autenticidad. A veces la idea de lo subversivo está ligada a romper con ciertas cosas que tenemos muy normalizadas, da la sensación incluso que la palabra carga con cierta idea de agresividad. Pero me parece que una persona puede ser subversiva simplemente existiendo de una forma auténtica. Creo que no hay nada más subversivo que eso”. ¿Y qué es ser auténtico entonces? Daniel: “Mantener tu identidad y gustos sin intoxicarte de toda la información que recibimos diariamente”. Javier de la Blanca: “Ser siempre tú mismo, y nunca una versión 'mejorada'”. El estilista David Herráez: “Ser fiel a uno mismo en todos los sentidos. Irse a dormir tranquilo porque sabes que intentas hacer las cosas bien”. Amanda Portillo: “Ser fiel a tus principios y hacer lo que te de la gana. Subversivo sería hacer lo que te de la gana molestando a los demás”, se ríe. Retomemos el tema de los límites, ¿qué o quién nos limita? Brisa Fenoy: “Quienes pudiendo ayudar, no lo hacen. Quienes pudiendo colaborar, entorpecen. Quienes pudiendo empujar, frenan. Esas son las personas que colaboran en crear limitaciones. Las limitaciones en ocasiones suponen retos y enfrentarse a ellos genera acción creativa. Los límites suelen estar relacionados con lo desconocido y el primer trabajo que hago es informarme, conocer. El conocimiento ya lo decía el filósofo te hace libre. Y la libertad es la llave para superar límites. Si te ponen límites, sobrepásalos. Eso hago constantemente, porque si no lo haces, no evolucionas”. Aleesha: “La libertad es lo más importante, en todos y cada uno de los aspectos de la vida”.
Y hablando de límites, ¿existiría alguno a la hora de vestir? Ya sabéis, esa fina frontera cada vez más diluida entre el buen y el mal gusto, aplicable, por cierto, no solo a la vestimenta. Habla Soraya y el resto no podemos más que callar: “Hace poco hicimos un vídeo para Sor&Mor (el proyecto que comparte con Alex de la Croix) donde hablábamos del Camp y decíamos, el gusto por el mal gusto es tan liberador… No creo que exista ni tan siquiera el concepto de buen o mal gusto. ¡Que más da! ¿Por qué enjuiciar?” Nada más que añadir.
Pero, ¿cómo se hace eso? ¿Cómo mantenerse fiel a tus principios, defender tus ideales, apostar sin desfallecer por tus proyectos? ¿Nos sentimos libres y fuertes para ello? ¿Sucumbimos ante ciertos límites? ¿Es la subversión una forma de reafirmar nuestras convicciones? ¿Qué es ser subversivo hoy en día? Aleesha: “Ser realmente tú, que le den a los estereotipos y a lo que la gente espere o diga de ti”. Javier: “Intentar tener siempre una crítica (positiva o negativa) de todo lo que te rodea”. Helena Gorogoro: “Ser subversivo está súper ligado a la autenticidad. A veces la idea de lo subversivo está ligada a romper con ciertas cosas que tenemos muy normalizadas, da la sensación incluso que la palabra carga con cierta idea de agresividad. Pero me parece que una persona puede ser subversiva simplemente existiendo de una forma auténtica. Creo que no hay nada más subversivo que eso”. ¿Y qué es ser auténtico entonces? Daniel: “Mantener tu identidad y gustos sin intoxicarte de toda la información que recibimos diariamente”. Javier de la Blanca: “Ser siempre tú mismo, y nunca una versión 'mejorada'”. El estilista David Herráez: “Ser fiel a uno mismo en todos los sentidos. Irse a dormir tranquilo porque sabes que intentas hacer las cosas bien”. Amanda Portillo: “Ser fiel a tus principios y hacer lo que te de la gana. Subversivo sería hacer lo que te de la gana molestando a los demás”, se ríe. Retomemos el tema de los límites, ¿qué o quién nos limita? Brisa Fenoy: “Quienes pudiendo ayudar, no lo hacen. Quienes pudiendo colaborar, entorpecen. Quienes pudiendo empujar, frenan. Esas son las personas que colaboran en crear limitaciones. Las limitaciones en ocasiones suponen retos y enfrentarse a ellos genera acción creativa. Los límites suelen estar relacionados con lo desconocido y el primer trabajo que hago es informarme, conocer. El conocimiento ya lo decía el filósofo te hace libre. Y la libertad es la llave para superar límites. Si te ponen límites, sobrepásalos. Eso hago constantemente, porque si no lo haces, no evolucionas”. Aleesha: “La libertad es lo más importante, en todos y cada uno de los aspectos de la vida”.
Y hablando de límites, ¿existiría alguno a la hora de vestir? Ya sabéis, esa fina frontera cada vez más diluida entre el buen y el mal gusto, aplicable, por cierto, no solo a la vestimenta. Habla Soraya y el resto no podemos más que callar: “Hace poco hicimos un vídeo para Sor&Mor (el proyecto que comparte con Alex de la Croix) donde hablábamos del Camp y decíamos, el gusto por el mal gusto es tan liberador… No creo que exista ni tan siquiera el concepto de buen o mal gusto. ¡Que más da! ¿Por qué enjuiciar?” Nada más que añadir.