Pepe Font de Mora, comisario de la exposición Ramón Masats, el fotógrafo silencioso, lo repitió varias veces: qué lástima que las historias que cuentan las fotografías no las pueda contar el propio Masats y que no haya podido ver la exposición, pues es su homenaje, un reconocimiento a uno de los fotógrafos más influyentes de los años sesenta en España. Y para organizar las ciento cuarenta fotografías que llenan las paredes de la fundación Foto Colectania en Barcelona, han participado Sonia Masats, hija del protagonista, y Jaume Fuster, quien hizo una tesis doctoral sobre su trayectoria fotográfica.
Sonia Masats fue un elemento fundamental para completar esta muestra. “Nos sentábamos a ver copias y negativos y él empezaba: no, no, no, sí. Sabías cuáles eran imprescindibles porque su sí era enorme”. Las copias originales que se encuentran en su archivo eran una circunstancia poco común entre fotógrafos españoles, y permitió meterse de cabeza en sus inicios.
Su primera exposición fue Las Ramblas, un tópico con el que Masats podía jugar porque no pretendía describir esa calle, ya conocida por todo el mundo, sino aportar una mirada nueva, una realidad más humana, más realista. Y si seguimos con tópicos, viajamos hasta Pamplona en el mes de julio. Un Masats todavía aficionado quería demostrar que tenía las capacidades para ser un fotógrafo profesional, sin influencias ni referencias. El resultado fue Los Sanfermines, un libro formado por tres visitas a la ciudad navarra. Las fotografías fueron su carta de presentación y, gracias a ellas, acabó siendo un profesional.
En 1962 le encargan un libro, Neutral Corner, sobre el mundo del boxeo, sin él saber nada de eso. Masats destacaba por su mirada irónica y humorística, pero en este trabajo deja atrás su marca personal. Empezó a visitar gimnasios sin cámaras y, poco a poco, concertó sesiones fotográficas con los boxeadores. Es un trabajo que muestra las duras condiciones con las que los profesionales desarrollaban su oficio: humedades, frío, analfabetismo y violencia. Hay que tener en cuenta que su trabajo se desarrolló durante la dictadura franquista, así pues, sus imágenes se alejan de estereotipos y muestran una mirada empática hacia la gente común.
En la muestra que acoge Foto Colectania hasta el próximo 25 de mayo, todos estos proyectos que marcaron un antes y un después en la fotografía documental española se pueden ver y apreciar. Porque durante poco más de diez años, Masats retrató la realidad con un punto de vista único que le valió el reconocimiento de instituciones, comisarios y editores que celebraban su trabajo. Aunque luego dejó la imagen fija para dedicarse al cine y la televisión, Masats es y seguirá siendo una figura imprescindible en la historia de la fotografía española.