Me topé con Devin Osorio por primera vez de la mejor manera: a través de su arte. Su exposición Who Am I But A Heights Kid en la Charlie James Gallery de Los Angeles, mostraba, mediante la pintura, el trabajo en papel y la instalación, un viaje temporal, espiritual y geográfico al mundo en el que Devin creció como parte de una familia dominicana en el barrio neoyorquino de Washington Heights. Confrontando trauma y complejidad de manera delicada, viva, humorística y amorosa, su trabajo asombra y conmueve a partes iguales.
Tras ese encuentro a solas con su arte, es un placer poder sentarme (y morirme de risa) con Devin para descubrir más sobre su vida, su trabajo y su identidad. Juntes chismorreamos como buenas doñas de todo lo que interesa: vivir en un mall, pegatinas de las Spice Girls, los profesores borrachos, perderse para encontrarse, las matriarcas dominicanas, lo bello y lo trágico. Como en una buena bachata.