Sin duda, Pinassa es de aquellos proyectos que ejemplifican la posibilidad de hacer lo que uno quiere, partiendo de una necesidad personal llevada hacia un terreno más profesional. Hablamos con Marc, quien inició este proyecto y quien hoy presenta, en el Estudio Sauvage de Barcelona, la colección de espejos creada durante este último año; un juego coherente y estético de formas geométricas y materiales.
Para empezar, y suponiendo que tus inquietudes y profesión están sujetas al terreno creativo, ¿cómo te definirías? Cuéntanos un poco sobre tu trayectoria.
La verdad es que mis intereses y mis proyectos han ido cambiando mucho con el tiempo, pero más o menos todos están relacionados con la música, el diseño y el cine o audiovisual. Estudié Comunicación Audiovisual y he trabajado como redactor, guionista o montador, pero cuando estudiaba también me empecé a aficionar al diseño, y durante un tiempo hice carteles de conciertos, flyers, carátulas de CDs (¡qué antiguo suena ya lo de los CDs!), camisetas... Casi todo relacionado con la música. También tuve un pequeño sello discográfico, y he hecho de crítico musical y periodista cultural. Lo de los muebles vino más tarde, quizás porque estaba ya un poco cansado de pantallas y teclados. La verdad es que trabajar con las manos y producir algo físico es muy satisfactorio, aunque te llenes los pulmones de serrín (risas).
¿Cuándo se inició Pinassa? ¿Cuáles fueron las motivaciones para empezar el proyecto?
Hace casi cuatro años me mudé, y pasé del típico piso de estudiante al piso propio, ese que ya te esmeras más en decorar, compras plantas, muebles chulos... Algunos de los muebles que quería y que vi por internet eran muy caros, así que pensé en hacerlos yo mismo. Y así empezó Pinassa, haciéndome una mesa estrecha para poner al lado del sofá. Luego empecé a hacer otras cosas que había visto por Etsy, como macetas de madera maciza, gracias a que mis padres tienen una finca cerca de Reus y hay mucha madera para leña y de árboles muertos. Ahí fue cuando empecé a ponerme más en serio con el tema, ya que vi que salían cosas que podrían estar perfectamente en una tienda de decoración.
¿Cómo fue evolucionando el proceso, desde los primeros objetos creados hasta la colección de espejos que presentas ahora?
Después de las macetas hice una mesa que me encargó una amiga arquitecta para una casa que estaba reformando. Era bastante sencilla, de hierro y pino; nunca había hecho nada así, pero me entusiasmó tener un primer encargo. Luego hice un cursillo de carpintería, en 12 clases tenías que hacer una silla de playa usando herramientas no eléctricas, que era algo de lo que había pasado bastante hasta el momento.
¿Por qué hubo un momento en que decidiste centrarte en los espejos como objeto a indagar formalmente?
También surgió de un espejo que hice para mi casa. Quería uno bien grande con forma de triángulo, así que busqué quién me lo podía hacer y lo encargué. Quedó bastante chulo y ahora cuelga en mi recibidor. Además se me ocurrió ponerle unos leds detrás, y puedes cambiar el color, queda bastante guay con luz verde. Supongo que ese fue un primer paso, aunque la idea del primer espejo de la colección, el que tiene forma de cubo, vino de una imagen que vi por internet: un cubo que mezclaba madera, mármol y cemento. Se me ocurrió cambiar el cemento por espejo, y luego ya fue ir jugando con formas y texturas.
Todos partimos de referentes cuando creamos cosas. ¿Hay alguno clave o recurrente en tu búsqueda de nuevas ideas?
No sabría decirte nadie en concreto, la verdad es que me nutro sobre todo de lo que veo por Pinterest, Instagram... Sí que es verdad que me flipa todo lo del grupo Memphis (como a todo el mundo), y me encantan las lámparas de Alvar Aalto, pero, al menos para esta primera colección, los referentes son más de diseño gráfico que propiamente de muebles. Al fin y al cabo son formas geométricas muy puras, y luego hay un juego de texturas y materiales.
“Me interesa hacer objetos más bellos que útiles, para eso ya están los espejos del Ikea.”
Vemos que como base formal partes de la geometría, y que con los espejos ha evolucionado en algunos casos con un juego tridimensional. ¿Por qué este tipo de formas?
Las formas geométricas tienen algo que atrae, no sé por qué. Quizás porque son algo totalmente opuesto a lo orgánico, y tienen un punto mágico o incluso místico. Desde el primer espejo hubo esa idea de que tuvieran cierto efecto 3d, aunque a medida que la colección avanzaba las formas evolucionaron y empecé a probar cosas, como el que parece una pastilla, o el triángulo con listones de sapeli, que son formas geométricas pero sin perspectiva.
Existe un componente importante en cuanto a la experimentación material. ¿Cómo ha sido este proceso de trabajo con los distintos materiales? ¿Ha condicionado tu proceso de diseño y realización de los objetos?
Desde el principio tenía la idea de mezclar la madera con otros materiales. Empecé a probar cosas con corcho, pero luego descubrí la formica que imita al mármol, y pensé que era una material con el que podía trabajar con mucha más facilidad que el mármol de verdad (que además pesa una barbaridad). Lo bueno de la formica es que le puedo dar la forma y el grosor que quiera; con el mármol no, lo tendría que encargar a un marmolista. En el futuro quiero experimentar también con cemento y con otros tipos de formica, y quizás también con cerámica, mármol o terrazo, que es un material que me encanta.
Además, en cuanto a la colección, parece que dentro del juego de formas y materiales hay una tendencia a llevar el objeto más allá de su función dandole un valor escultórico, ¿es así?
Sí, me interesa hacer objetos bellos más que útiles, para eso ya están los espejos del Ikea. Es cierto que tienen un punto escultórico, y de hecho tengo ganas de probar cosas un poco más por esa vía. Me gusta mucho lo que hacía Frank Stella con madera, y me gustaría probar cosas así.
Hoy es la presentación oficial tanto la colección como del proyecto, en el estudio Sauvage. ¿Qué crees que supone dar este paso? ¿Cuáles son las dudas o los miedos?
Llevo dos años haciendo cosas, y casi uno con los espejos. La verdad es que he pasado muchas horas encerrado en el taller, probando, aprendiendo, experimentando... y ahora me apetece compartir lo que he hecho con mis amigos y con quien esté interesado. Para mí es importante hacer esta celebración y poner los espejos en un contexto que les dé valor y protagonismo. Es un poco como una fiesta de fin de curso, o un desfile de moda. Es en plan: “mira, esta es la colección Pinassa 2016, ¿qué os parece?”
Viendo el resultado, y después de esta presentación, ¿qué sigue? ¿Cuáles son tus planes para Pinassa?
Pues supongo que empezar la colección del año que viene. Tengo muchas ganas de hacer lámparas y también una estantería con mármol de verdad para mi casa. También está el tema de ver cómo hacer pequeñas series de cada espejo y la comercialización. Es algo que aún no tengo muy claro, pero bueno, lo que es seguro es que seguiré echando horas en el taller probando cosas nuevas.